VII Congreso Nacional y II Congreso Internacional

de la Asociación Argentina de Semiótica

 

en homenaje a Nicolás Rosa

7 al 10 de noviembre de 2007 - Centro Cultural Bernardino RIVADAVIA

Rosario, Argentina

 

 

 

MESA REDONDA - 1:

 

EL PRESENTE Y SU CARENCIA DE ENTIDAD SEMIÓTICA.

LA SEMIÓTICA COMO METODOLOGÍA DEL CAMBIO

 

 

COORDINADOR:

*JUAN MAGARIÑOS DE MORENTIN

 

INTEGRANTES:

 

*VILMA AROVICH DE BOGADO

*MIRTA BIALOGORSKI

*NATALIA VIRGINIA COLOMBO

*MIGUEL ESPÍNDOLA

*MERCEDES FILPE y SARA GUITELMAN

*GRISELDA GAIADA y CHRISTIAN ROY BIRCH

*CARLA GARCÍA

*MARTA SUSANA LÓPEZ

*JUAN MAGARIÑOS DE MORENTIN

*ALBERTO MARANI

*ALICIA PODERTI

*DORA RIESTRA

*ESTER RUTH TUCHSZNAIDER

*JUAN MANUEL VAIOLI

*ROXANA VELARDE

 

RESÚMENES

 

I - DE LA MESA:

El presente y su carencia de entidad semiótica.

La semiótica como la metodología del cambio

 

Mesa Redonda coordinada por Juan Magariños de Morentin

 

VII Congreso Nacional y II Congreso Internacional
de la Asociación Argentina de Semiótica
en homenaje a Nicolás Rosa

 

7 al 10 de noviembre de 2007 - Centro Cultural Bernardino RIVADAVIA
Rosario, Argentina

 

Resumen

Todo estudio semiótico acerca del proceso mediante el cual un determinado fenómeno adquiere una determinada significación o acerca de la eficacia de un determinado enunciado (icónico, indicial o simbólico) en cuanto a su capacidad para atribuir una concreta significación a un determinado fenómeno tiene, desde una perspectiva temporal y contextualmente situada, la posibilidad de diversos enfoques, cada uno con su específica capacidad explicativa.

Desde la perspectiva que propongo explorar como marco de las exposiciones en esta Mesa Redonda, se pueden estudiar tanto al enunciado que construye un determinado fenómeno como al fenómeno construido desde determinado enunciado: (1) en su carácter de presencia y construcción significativa actual; (2) o en su carácter de consecuencia resultante de un proceso previo de transformación de otro u otros enunciados y/o fenómenos precedentes que condujo hasta la aparición del actual enunciado y/o fenómeno; (3) o en su carácter de antecedente del que derivará, por un proceso subsiguiente de transformación, un nuevo enunciado y/o fenómeno que sustituya al actual. Estos dos últimos enfoques, considerados separadamente, o sea, cuando a un enunciado y/o a un fenómeno se los considera ya bien  como consecuencia o ya bien como antecedente de otro u otros, sitúan en la historia a toda la relación constructiva del significado, o sea, no pueden prescindir de tomar en consideración al cambio; todo lo cual puede identificarse como el carácter metabólico del significado.

El propósito de esta Mesa Redonda consiste en describir y analizar, desde la perspectiva académica y/o profesional específica de cada expositor, las situaciones en cuyo procesamiento éste pueda explorar la utilidad de la metodología semiótica como instrumento específicamente adecuado para explicar el carácter inherentemente histórico de todo enunciado y/o fenómeno constitutivo de su ámbito de conocimiento; o sea, la necesariedad de disponer de las operaciones metodológicas de una semiótica con capacidad para explicar el proceso de cambio que afectó al enunciado y al fenómeno, como requisito indispensable para alcanzar una explicación aceptable de su objeto de estudio. Plantea, por tanto, la hipótesis de que no se puede explicar el significado de ningún fenómeno sin tener en cuenta el enunciado del que procede y el enunciado al que dará lugar para generar la necesaria transformación histórica de la mirada del intérprete.

  


 

II - DE LOS INTEGRANTES:


 

*VILMA AROVICH DE BOGADO

(UNNE)

 

Temporalidad y romancero desde una perspectiva Semiótica

 

La exposición tiene como objetivo explicar: a) cómo comunidades diferentes,  en tiempos diferentes pero en el mismo ámbito geográfico, en el proceso de elaboración de  enunciados que ellas mismas registran como patrimonio de su colectividad, dan existencia ontológica a fenómenos que son relevantes para el grupo en el momento histórico de producción de dicho enunciado; b) cómo estos productos son el resultado de procesos de transformación de configuraciones semióticas preexistentes y a su vez podrían dar lugar a futuras transformaciones.

 

Se desarrollará la explicación  ejemplificando con dos romances, Las señas del marido y Don Bueso,  registrados en versiones sefardíes en Resistencia a comienzos de los años 80, y detectados también en textualizaciones  no sefardíes en los legajos de la Encuesta de Folclore de 1921 procedentes del Chaco.

 

Para lograr los objetivos propuestos, en primer lugar se tratará de analizar las secuencias de los enunciados romancescos identificando y contrastando los signos en ellas utilizados; en segundo término se observará la transformación operada y el componente dialéctico que en ella opera y que da cuenta de su historia.

 


 

*MIRTA BIALOGORSKI

(Museo de Arte Popular José Hernández)

 

El artesano y su entorno: aproximaciones desde una perspectiva semiótica del cambio

 

 

Este trabajo propone recuperar, a través de un análisis de diferentes textos (periodísticos, jurídicos y entrevistas) pertenecientes a la década de 1970 y al momento actual de la sociedad argentina, el conjunto de enunciados que atribuyen existencia ontológica al artesano de la ciudad de Buenos Aires y a uno de sus ámbitos de  acción –la feria artesanal- configurándolos como fenómeno social. Atenderemos a los procesos de transformación de su significación en función de las nociones de “entorno” y “mundo” (F. Varela, 1992; Magariños de Morentin, 2007)

 

Algunas de las preguntas que nos formulamos son: ¿Cómo se identificó esta propuesta de exhibición y comercialización en el ámbito urbano porteño? ¿En relación a qué otras entidades? ¿De qué otras modalidades de venta y de uso del espacio público, se diferenció? 

 

Por otra parte, el habitante común de la ciudad y también los funcionarios, los medios de comunicación, etc. ¿qué veían antes y que están viendo ahora cuando ven al artesano y a la feria artesanal? ¿Los propios artesanos, ¿cómo se percibían a sí mismos? ¿Cómo se da este proceso en el presente?

 

Este trabajo retoma la noción de “campo y bordes semióticos” (Magariños de Morentin, 2007) y es continuación de una investigación cuyos primeros resultados fueron presentados en el contexto del  9 Congreso Mundial de Semiótica (Finlandia, 2007)

 

 

 


 

NATALIA VIRGINIA COLOMBO

(Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Facultad de Humanidades, Instituto-Departamento de Letras)

 

Metodología semiótica y cambio: el proceso de de-semiotización de la esfera de producción primaria agropecuaria.

 

 

Esta propuesta busca contribuir con la reflexión acerca de la importancia de la semiótica como metodología eficaz para la explicación del proceso de cambio que, dentro de la sociedad, sufren discursos y fenómenos sociales. De tal proceso, resulta interesante puntualizar en el discurso como consecuencia resultante de un proceso previo de transformación de otro u otros enunciados, y/o fenómenos precedentes que condujeron a la aparición del actual enunciado y/o fenómeno (Magariños de Morentín, 2007). A partir de aquí se propone la observación, como fenómeno social, de los diversos tipos de protestas, cíclicas, (cortes de rutas, manifestaciones urbanas, etc.) que los pequeños productores agropecuarios argentinos (primer eslabón de la cadena productiva) realizan ante la sociedad como expresión corporal y alternativa al marcado y progresivo silenciamiento de su situación (López, 2005). Se considera a este fenómeno, entonces, como consecuencia de la de-semiotización (des-valorización) de este primer eslabón por parte de los otros de la cadena productiva, entre otros actores sociales. En alusión a Marx, un proceso de abstracción universalizante, en el cual se concreta el silenciamiento de la instancia relativa al trabajo del hombre de campo, y se sobrevalora, retiene la última instancia del proceso de producción: la elaboración y venta del producto final.

 

 

Bibliografía:

 

LÓPEZ, M. “Cadena de valor como cadena semiótica”. Ponencia. VI Congreso Internacional de Semiótica. Maracaibo, Venezuela. Octubre de 2005.

 

MAGARIÑOS DE MORENTÍN, J. El cambio social y las nuevas formas de la semiótica.  Archivo de Semiótica. Manual de Estudios Semióticos. En: w.w.w.archivo-semiótica.com.ar

                                                         El presente y su carencia de entidad semiótica. La semiótica como la metodología del cambio. Resumen de la mesa Redonda para el VII Congreso Nacional y II Congreso Internacional de la Asociación Argentina de Semiótica. 7 al 10 de noviembre de 2007 Rosario, Argentina

 

MARX, K. El Capital. Capítulo I: La mercancía y el dinero. Orbis.

                                                

ZIZEK, S. El Supremo Objeto de la Ideología. Siglo Veintiuno Editores.

 

 

 

 


 

*MIGUEL ESPÍNDOLA

(UNJu)

 

La poesía y su posible temporalidad

 

Como en ninguna otra semiosis la literatura hace evidente que a partir de un enunciado se construye un fenómeno; sin embargo en función de explicar este proceso, propongo indagar -no en forma concluyente- si la eficacia en la atribución de significación reside en el signo lingüístico (un tipo dentro de un sistema), un símbolo en el sentido peirceano; o en la “palabra” (enunciación), un índice en el marco de la misma teoría. Reflexionada esta problemática y los planteos temporales que de ella derivan, sugiero la hipótesis que la “palabra”, una intersemiosis, es la materia prima de la literatura. Cabe distinguir, entonces, del tratamiento que la crítica literaria hace de la enunciación, el que puede hacer la semiótica. Entiendo que la crítica literaria logró modelos de análisis del componente fonomorfosintáctico de las posibilidades “desautomatizadas” de aquella “palabra”, de hecho analizar esta neosintaxis es describir la base necesaria de la literatura y de sus semánticas posibles. Es pertinente reconocer que la crítica es competente para esta tarea no obstante la semiótica puede completar el efecto artístico de la literatura explicando cómo ese fenómeno lingüístico se hace existencial. En ese sentido, la semiótica busca completar el análisis de la estética gramatical y el de la sociocrítica con la descripción de la literatura como vivencia transformadora, para eso debe considerar cómo el tiempo es necesariamente experiencia en el mundo posible que construya la poesía.

 


 

*MERCEDES FILPE y SARA GUITELMAN

(UNLP)

 

Acerca de la tipografía como signo visual

Encuentros y divergencias:

de las vanguardias artísticas del siglo XX al diseño en la década del 90

 

La experimentación morfológica y sobre todo sintáctica con la tipografía, fue un procedimiento en el que incursionaron algunas de las vanguardias artísticas del siglo XX en las décadas de 1910 y 1920 (futurismo, dadaísmo y constructivismo ruso). El desplazamiento de las artes plásticas hacia el diseño fue una de las operaciones a través de las cuales las vanguardias intentaron concretar su propuesta de acercar el arte a la vida.

El diseño gráfico de los años 90 hace un recorrido inverso: del diseño hacia las artes visuales, resignificando aquellos procedimientos discursivos de principio de siglo XX en los que la tipografía en tanto signo visual ocupa un espacio protagónico.

Contextos socio-históricos y programáticos tan disímiles, funcionalizan procedimientos semejantes de modos divergentes, por lo cual similares procedimientos “significan” o efectúan experiencias de sentido casi opuestas.

Se intenta aquí una aproximación al análisis de estos procedimientos, en tanto conformadores de discursos sociales inscriptos, en el primer caso, en el desarrollo incipiente de las modernas tecnologías de la comunicación visual (la fotografía, el cine), y en el segundo en el marco de la expansión masiva de la TV y los medios digitales.

 


 

*GRISELDA GAIADA y CHRISTIAN ROY BIRCH

(UNLP)

 

Leibniz y von Humboldt: de la característica universal a la pragmática del habla. Dos modelos de temporalidad.

 

Este trabajo se propone desarrollar el concepto leibniciano de la característica universal con los diferentes matices que ésta adquiere, al tiempo que reflejar como contrapunto la posición de Wilhelm von Humboldt anclada en la primacía de los actos de habla. Mientras el filósofo de Leipzig se aleja de todo uso histórico de las lenguas naturales en vistas de una comunicación universal, von Humboldt entiende que el verdadero tesoro de la humanidad radica en la temporalidad de las lenguas disponibles como expresión del espíritu de los pueblos.

A primera vista, la característica universal de Leibniz (1646-1716) adopta la forma de un lenguaje del pensamiento, con miras a la sustitución de los imperfectos lenguajes históricos por uno tal que sea capaz de propiciar el intercambio universal, fundamentalmente entre hombres de ciencia. Este lenguaje universal sería el soporte de un tipo de pensamiento, ya no expresable en términos de las lenguas históricas disponibles, sino capaz de moverse por sus propios andariveles gracias a la facultad subrogativa de los correspondientes signos gráficos, susceptibles de aligerar el pensamiento. He aquí la necesidad de encontrar la escritura “icónica[1]” más apta en sus competencias sustitutivas, de modo tal que las huellas sensibles del pensamiento estén ocupadas por los mejores “monogramas” para abreviar sus operaciones. En este sentido, Esquisabel explica el origen de “la metáfora de que los símbolos, y especialmente los símbolos escritos, los ´caracteres´, hacen ´visibles´ nuestros pensamientos. Podemos designar ´iconicidad´ a esta propiedad de los signos.[2] En Diálogo sobre la conexión entre las cosas y las palabras (1677) Leibniz afirma: “si no hubiera caracteres nunca pensaríamos con distinción en algo ni seríamos capaces de razonamiento.[3]” Esta tesis puede simplificarse bajo la forma de que no hay pensamiento sin signos.

Ahora bien, este tipo de pensamiento que se sitúa en la base de la característica universal, suele llamárselo pensamiento ciego simbólico, toda vez que los conceptos o nociones se independizan de los signos mismos que aligeran el pensamiento, de modo tal que cuanto más ciego se torne el símbolo en su referencia semántica más perfecto deviene como lenguaje universal. He aquí la primacía de la escritura y el distanciamiento de cualquier contexto histórico de producción de los lenguajes ordinarios. La única temporalidad admisible en este sentido es la del recorrido mismo que la mecanización del pensamiento (como inferencias deductivas) admite para ir de los primeros principios a las conclusiones que se siguen de allí y para retornar retrospectivamente de éstas a los pasos previos de las que se derivaron.

Esta maquinización del pensamiento, vaciada de contenidos intencionales, se encuentra en las antípodas del pensamiento de Wilhem von Humboldt (1767-1835), para quien el lenguaje sólo puede tener existencia real a partir de los actos de habla.

Según este políglota, el lenguaje es una fuerza cooriginaria con el espíritu humano. Las lenguas, como instanciaciones históricas de la facultad de lenguaje, sólo pueden mostrar el modo en que “los innumerables pueblos dan cumplimiento a la tarea que, como hombres, les ha sido encomendada, la de formar lenguaje.[4]” La capacidad de lenguaje, entonces, se expresa en la forma de la diversidad de las lenguas, en la medida en que las mismas pueden contemplarse como “un trabajo del espíritu orientado hacia un cierto objetivo.[5]”  Este objetivo es precisamente la transmisión de ideas, por lo que toda lengua es inseparable de contenidos intencionales. Y aún más, este trabajo comienza por el sonido articulado, de ahí la primacía de los actos de habla.

La lengua como energeia es actividad configuradora que enaltece el sonido articulado a la expresión de ideas (función representativa) y, no sólo esto, es también la forma que inhiere en esa materia llamada sonido recortando sus elementos con vistas a una clara articulación del ruido fónico abigarrado. Así, morphé (lengua) y hýle (sonido) constituyen un compuesto hilemórfico.

He aquí una diferencia radical con la característica universal, pues si Leibniz reconoce como el alfabeto más óptimo a aquellos caracteres artificiales que mejor promueven el distanciamiento respecto de la singularidad de cada lengua histórica; von Humboldt se ubica en las antípodas al partir de la temporalidad de los alfabetos históricos para recoger “la impresión total de una lengua[6]”     

            Aún más, tales alfabetos encuentran su primacía como fonemas, toda vez que el aparato fonador que los profiere y el oído que los recibe, una vez articulados en palabras y vinculados por las correspondientes reglas, acicatean la libre sociabilidad. El hablar, en cuanto representativo de ideas, siempre recala o bien en el oído ajeno o bien en el propio. Y sólo así se piensa realmente: incluso cuando el soliloquio se sirve de la imagen acústica que retorna al oído para formar los conceptos.[7] De aquí que von Humboldt no dude en sostener que “aún al margen de la comunicación hombre a hombre, el hablar es condición necesaria del pensar del individuo en apartada soledad.[8]”  Es por esto que el habla es el único estambre de que se sirve el lenguaje para entrar en acción. 

             Según esto, uno concibe el habla como la panacea de la comunicación a partir un modelo dialógico, que también se aplica al soliloquio cuando pensamos toda vez que nuestras reflexiones devienen audibles; el otro, por el contrario, entiende que es la escritura la que hace visible las operaciones mentales mediante la consecución de los mejores “monogramas” en aras de una comunicación universal. En un caso, la temporalidad resulta reductible al recorrido simbólico mediante un pensamiento sin ideas; en el otro, sólo mirando hacia la historia puede comprenderse la riqueza de las lenguas, que son siempre temporalidad viva: las lenguas son genuina actividad (energeia), ya que es imposible columbrar el tiempo cero de su inicio, a la vez que se tornan retrospectivamente transformadoras de lo dado y también actualmente creativas.

 


[1] Entendida como forma perceptual.

[2] ESQUISABEL, O. “Perspectivas acerca del concepto leibniziano de conocimiento simbólico.” p. 20.

[3] LEIBNIZ, G. W. (1982) Escritos filosóficos. Buenos Aires: Charcas, p. 175.

[4] VON HUMBOLDT, W. (1990) Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad. Madrid: Anthropos, p. 24.

[5] VON HUMBOLDT, W. (1990) Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad. Madrid: Anthropos, p. 31.

[6] VON HUMBOLDT, W. (1990) Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad. Madrid: Anthropos, p. 70.

[7] Puede verse aquí también la impronta de von Humboldt en el pensamiento de Saussure. Para éste último los dos elementos del signo lingüístico (imagen acústica y concepto) son de carácter psíquico: “lo que el signo une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica. La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física, sino su huella psíquica (…), esa imagen es sensorial, y si llegamos a llamarla ´material´ es solamente en este sentido y por oposición al otro término de la asociación, el concepto generalmente más abstracto.” Si bien Saussure sostiene que “sin mover los labios ni la lengua, podemos hablarnos a nosotros mismos” y que “hay que evitar el hablar de los ´fonemas´ de que están compuestas las palabras”, el signo saussureano extrae su modelo del habla, no de la escritura, toda vez que pensar es hablar en silencio. SAUSSURE, F. (1983) Curso de lingüística general. Madrid: Alianza, p. 138. El estructuralista no se detiene en el análisis de los actos de habla porque enfatiza el análisis de la langue como estructura social, mientras que la parole no puede omitir “las combinaciones por las que el sujeto hablante utiliza el código de la lengua con miras a expresar su pensamiento personal” ni “el mecanismo psicofísico que le permita exteriorizar esas combinaciones.”  SAUSSURE, F. (1983) Curso de lingüística general. Madrid: Alianza, p. 79.

[8] VON HUMBOLDT, W. (1990) Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad. Madrid: Anthropos, p. 77.


 

CARLA GARCÍA

(UNLP)

Las personas ciegas, su cuerpo y el espacio.

 

Los contenidos expuestos en este trabajo son miradas interdisciplinarias que convergen y se plasman en un trabajo concreto, que consiste en dar talleres para niños y adolescentes ciegos con el fin de ayudarlos en su orientación en el espacio. También trabajamos con sus padres y sus maestros, porque el acompañamiento del adulto nos parece fundamental en este tema.

Las tres áreas con la que nace este proyecto interdisciplinario son la arquitectura, la eutonía y la psicología.

Nuestro objetivo a partir de las actividades propuestas en los talleres, es que los niños se lleven elementos para poder orientarse en los distintos espacios en los que transcurre su vida. La construcción de ese conocimiento espacial les permite aprender a reconocer su hábitat, como el lugar y el conjunto de cosas dentro de las cuales habitan, conviven, se mueven, juegan.

Abordamos el espacio desde el cuerpo, pero también, tratamos que los niños logren tener la representación mental del mismo, facilitando este proceso de aprendizaje a partir de representaciones a escala, como son la maqueta y los muñecos. Se trabaja explorando lo cercano, lo accesible, pero también, por medio de una escalera, se busca alcanzar lo que muchas veces es inaccesible: el techo.


 

*MARTA SUSANA LÓPEZ

(UNNE)

Resistencia – Chaco - Argentina

 

Las transformaciones semióticas y la praxis humana.

 

En apariencia, sólo podríamos percibir-enunciar lo que nos permiten las semiosis socialmente disponibles que, a su vez, serían el producto de lo que se percibe-enuncia en una sociedad y tiempo determinados. ¿Cómo concebir entonces las transformaciones?

A mi modo de ver, la aparición de un borde en las semiosis vigentes (en el sentido de Magariños), es decir, el comienzo del quiebre de un círculo aparentemente cerrado, sólo parece posible con la aparición del vacío de significación, de la pérdida de diferencias potentes en tales semiosis. Esto es, con la presencia de la negatividad funcionando como impulso para la transformación del modo de percibir y de enunciar el mundo, en tanto automovimiento. En este proceso de devenir dialéctico, se suprimen pero se conservan al mismo tiempo las viejas semiosis.

El devenir (o metabolismo, en el sentido de H. Jonas) semiótico proviene - frecuente y naturalmente- de las necesidades que se originan en la praxis humana. Se tratará de demostrar esto a través del fenómeno social de la nueva agricultura, en particular, el algodonero.

 No obstante, es imposible desconocer las regularidades en las semiosis y en los fenómenos. ¿Cómo reconoceríamos el caos y el movimiento si no tuviéramos también noción de la organización y de la relación estable? ¿Cómo distinguir el campo semántico (lógicamente sistémico) de sus propios límites?

Respecto de esto último, aludiremos a la necesaria complementariedad entre las semióticas peirceana y neohjelmsleviana.

           

BIBLIOGRAFÍA

BATESON, G.

Pasos hacia una ecología de la mente. Planeta. Buenos Aires, 1991.

HEGEL, G.W.F.

Ciencia de la Lógica I. Hachette. Buenos Aires, 1956.

HJELMSLEV, L.

                Prolegómenos a una teoría del lenguaje. Gredos. Madrid, 1980.

JONAS, H.

El principio de responsabilidad: Ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Herder. Barcelona, 1975.

MAGARIÑOS DE MORENTIN, JM.

La semiótica de los bordes. http://www.centro-de-semiotica.com.ar/ .

MORIN, E.

                El método I. La naturaleza de la naturaleza. Cátedra. Madrid, 1986.

PEIRCE, Ch.

                Obra lógico-semiótica. Taurus. Madrid. 1987.

RICOEUR, P.

                Del texto a la acción. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, 2000.

SAMAJA, J.

                Semiótica y dialéctica. JVE. Buenos Aires, 2000.

WATZLAWICK, P.  y otros.

                Teoría de la Comunicación Humana. Herder. Barcelona, 1989.

 

 


               

*ALBERTO MARANI

(UBA)

 

El trabajo de Juan Magariños (“La humanidad, la facultad semiótica y la historia del entorno”) nos habla del proceso de producción de significados, que define como la interpretación de los conceptos “textualizados”, y que entraña una primera interpretación  de enunciados.

 

El trabajo  enfatiza que somos intérpretes; que interpretamos fenómenos u otras interpretaciones, que son sus referentes; que esas interpretaciones quedan textualizadas como significados y que la transformación de los textos que producen las interpretaciones da lugar a nuevos textos de manera continua.

 

La “facultad semiótica” posibilita la transformación de los signos (sean de la índole que fueren), en el plano social y en la historia.

 

El ángulo en el que me ubico respecto de este movimiento, en cambio, toma en consideración dos variaciones: el de las restricciones y  alteraciones de la facultad semiótica y su focalización en el sujeto individual.

 

Entre las diversas alteraciones que a las que pueden deberse, me detendré en una de ellas: las causadas por los procesos defensivos. Este sería un límite o borde de la semiosis posible en un momento dado para el sujeto intérprete.

 

Si, con un “criterio materialista”, partimos de los signos para “inferir y explicar” los contenidos, suponemos la inscripción de esos en cualquier forma que ella asuma.

 

El inconciente freudiano está constituido por signos inscriptos que pueden progresar en la tópica psíquica desde el inconciente hacia el preconciente y la conciencia. Pero también puede ocurrir que que las defensas coarten ese proceso en algunas circunstancias de modo tal que constituyan una perturbación concreta de la facultad semiótica.

 

Finalmente, para reencauzar la semiosis y la "retextualización" es necesario el proceso interpretativo/elaborativo y la creación, en el trabajo psicoanalítico, de una nueva trama necesaria para alojar otros signos, signos que den mejor cuenta de los fenómenos (hechos histórico-vivenciales, emociones, sentimientos).

 

 


 

 

*ALICIA PODERTI

(UNSA - CONICET)

 

Semiótica de los bordes y vocabulario político

 

 

En este trabajo nos adentramos en el campo de la "semiótica de los bordes" propuesto por Magariños de Morentín[1], desde la construcción de un “glosario de términos políticos”. Para ello nos centraremos en un corpus de ocurrencias léxicas (frases-palabras-conglomerados textuales) generado entre 1943 y 1976. El objetivo primordial es demostrar cómo se acuñan estos conceptos, como se exportan y se los recarga con nuevos significados. Téngase en cuenta que las cátedras de Historia Política de las universidades del mundo se ven hoy en la obligación de bucear en los campos de la semiosis social.


Una línea de importancia para nuestra investigación es la Historia Conceptual, dentro de la cual adherimos, como metodología científica, a la "Begriffsgeschichte" liderada por Reinhard Koselleck. Según este autor, para captar el sentido del carácter de un argumento o debate político en cualquier tiempo y lugar es pertinente establecer primeramente qué recursos conceptuales eran asequibles para los participantes. Así, se propone la reconstrucción del "mapa conceptual" o "diccionario" existente en un momento histórico, contrastando el conjunto de significados al alcance de los actores políticos de entonces[2].


Las palabras y frases que emanaron de la aparición ese fenómeno socio-político conocido como “peronismo”, componen un vocabulario histórico difícil de desterrar de la memoria de los argentinos. Estas imágenes integran un nuevo diccionario de los argentinos que colonizó las manifestaciones sociales del momento y que perdura hasta hoy en el habla coloquial y en el discurso historiográfico.


El objetivo fundamental, lejos de inducir adhesiones o rivalidades hacia cierto movimiento político, privilegia el análisis del encabalgamiento de significaciones. El significado de una palabra se construye desde el contexto en el que se utiliza, el cual es interpretado por un grupo determinado. Dicho contexto es heterogéneo desde el punto de vista social y confronta diferentes tiempos históricos. Por ello se ha combinado la consulta de bibliografía tradicional con estudios actualizados sobre peronismo, así como investigaciones complementarias realizadas en el marco de las ciencias sociales y humanas.


[1] (Cfr. Magariños de Morentín, Juan, LA SEMIÓTICA DE LOS BORDES, 2007).

[2] Esto no puede consistir simplemente en desbrozar cuáles términos eran usados en la disputa política, ya que las palabras cambian notablemente su significado y éste puede ser seriamente engañoso o ambiguo. Eso podría llevarnos a adjudicar a actores políticos del pasado los conceptos políticos que ahora transmitimos al usar ciertos términos, por ejemplo, atribuir a los hombres de 1789 nuestro concepto de "revolución" actual. La lengua no es externa a los acontecimientos, y éstos, dice Koselleck, son la espina dorsal de la investigación histórica (Cfr. KOSELLECK, Reinhart, 1993, Futuro Pasado. Para una semántica de los tiempos históricos, Barcelona: Paidós).

 


 

*DORA RIESTRA

(UNCO - Bariloche)

 

La semiosis como producto de acciones de lenguaje en la dinámica de las lenguas

 

En el marco propuesto de estudio del cambio de los enunciados como construcciones discursivas actuales, a la vez consecuencias y antecedentes de otras, el eje de la temporalidad atraviesa necesariamente el enfoque.

Desde la perspectiva del interaccionismo socio-discursivo, los enunciados (en su carácter primero de acciones de lenguaje que producen textos lingüísticamente organizados para producir un efecto de coherencia en el otro) implican la aprehensión metodológica de la acción verbal realizándose en el lenguajear, a través de una lengua determinada. Es este el objeto enfocado para delimitar las posibilidades de análisis semiótico.

Las nociones de textualización, significado y significación señaladas por Juan Magariños constituyen los ejes teóricos sobre los que se abordarán las relaciones en el movimiento dialógico de la enunciación, cuyas fronteras, como delimitara Bajtín, se conforman en el intercambio de los sujetos discursivos.

Para construir un marco teórico posible propongo transitar diversos bordes disciplinares en la delimitación del objeto de estudio. Los autores revisitados serán Saussure, Voloshinov, Coseriu, Vygotski, Leontiev, Bronckart y De Mauro.

Por lo tanto, es a partir de la articulación de nociones filosóficas, psicológicas y lingüísticas, como cruce, transitoriedad o pasaje entre  teorías, que se define la relación metodológica, en función de aprehender conceptualmente el movimiento en la acción de comprender.

 

 Referencias bibliográficas

BAJTÍN, M. (1992). Estética de la  creación  verbal, México, Siglo XXI

BAJTIN, M./VOLOSHINOV, V.(1998).¿Qué es el lenguaje?. Editor: Blanck, G. Buenos Aires: Almagesto

BRONCKART, J.-P. (2002). La explicación en Psicología ante el desafío del significado. Estudios de Psicología, 23 (3) 387-416.

COSERIU, E. (1987).Gramática, semántica, universales. Estudios de lingüística funcional. Madrid: Gredos

DE MAURO, T. (2003). Elogio delle imitazione en Guida all’uso delle parole. Roma:Ed. Riuniti

LEONTIEV, A. (1983). El desarrollo del psiquismo. Buenos Aires: Akal

SAUSSURE, F. (2004).Escritos sobre lingüística general. Barcelona: Gedisa

VYGOTSKI, L. (1934/1973) Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires: La pléyade. (trad.María M. Rotger)


 

*ESTER RUTH TUCHSZNAIDER
(CAECE)

 

La temporalidad del significado

 

    La pregunta por la naturaleza del significado atraviesa la historia del pensamiento, aunque no siempre planteada en esos términos. Así, por ejemplo,  la cuestión platónica acerca del status ontológico del concepto socrático formulada luego como el problema de los universales. Pero siempre en la concepción de qué sean los significados, la consideración del tiempo es determinante.     

 

    En efecto, la suposición de la universalidad del concepto indujo a atribuirle atemporalidad. Distinguidos significado y referencia, la intangibilidad del primero pareció confirmar esa atemporalidad. Eso supuso considerarlo ya como a priori gnoseológico, ya como preexistente metafísico.  Salvo en el caso del  nominalismo,  la explicación de su existencia en los intercambios discursivos sociales se hizo, a veces,  apelando al innatismo o al apriorismo,  y otras, desde una posición más cercana al empirismo, postulando su aprehensión a través de la percepción de formas presentes en los objetos.

 

    Toda interpretación supone así la replicación por un sujeto de un significado ya existente. Que un hecho sea significativo para un sujeto se explica desde estas perspectivas teóricas como la aprehensión del significado de ese hecho, sea cual fuere la vía de aprehensión de ese significado, siempre exterior e independiente del sujeto. Por tanto, se supone  la  existencia de un mundo portador de significados, determinantes  de las interpretaciones humanas,  no alcanzados por la temporalidad y las variaciones propias de toda producción humana. Así, si su aprehensión es problemática,  aparecen en cambio  resueltas las arduas cuestiones relativas a la posibilidad de comunicación y a la naturaleza o la garantía de la verdad.

 

     Postular, en cambio, que el significado solo existe en la medida en que es construido por la actividad semiótica, obliga a negar tanto su universalidad como también su preexistencia,  atemporalidad o supratemporalidad. Es sostener, asimismo, que los significados no son una clase de objetos especiales y permanentes adscriptos de manera estable a otros determinados objetos, sino que, aun en el caso paradigmático de los que constituyen  los signos lingüísticos, constructos cuya transformación, migración o traslación son más la regla que la excepción;   que, como productos de la actividad semiótica, inevitablemente los alcanzan la temporalidad y  la variabilidad propias de toda actividad humana.                                

 


 

*JUAN MANUEL VAIOLI

(UNLP)

 

Los Bordes Semióticos acerca de una metasemiótica del cambio:

Una renovada lectura/propuesta sobre los procesos de intervención en organizaciones

 

 

            Habitualmente se identifica a las tareas de intervención organizacional de un modo empobrecido donde se acentúa su existencia como una mecánica que se aplica para mejorar u optimizar el desarrollo de una institución, y nada más. Sin embargo una visión atenta de los mismos nos permite acercarnos a una concepción superadora de este pensamiento. Allí donde sólo vemos, o mejor dicho, reconocemos una herramienta de aplicación práctica y ordenadora, en realidad asistimos a un proceso complejo en el cual se sintetiza una experiencia que abarca una explicación metasemiótica de la transformación, que nos indica o permite leer como se da este proceso que a menudo encontramos en la sociedad pero de modos difusos o más opacos (que los hacen con mayor dificultad para localizarlos y analizarlos), en la vida social humana.

         La propuesta de este trabajo es analizar estos desarrollos de intervención con la idea de entender como se dan procesos de producción, interpretación, y preferencialmente, de transformación de los fenómenos, de los significados, o en otras palabras, de la conversión enunciativa del entorno en mundo. La actividad propia de los procesos intervencionales nos suscita una comparación ideal con los estadios sociales de de producción, interpretación, y transformación de significados. El pensar en las diferentes cosmovisiones que entran en juego en una organización, debido a los distintos actores que la componen, que configuran distintos grupos sociales, en una determinada sociedad, en un determinado tiempo histórico, plantean la simetría de base para permitir pensar similitudes que hagan propicia la lectura que se pretende construir. Incluso, un concepto más abarcativo de organización (como los valores, orientaciones y reglas que ordenan a los organismos, específicamente en nuestro caso a los humanos) nos habilita profundizar este concepto. Es en este sentido en el cual podemos estudiar  los procesos de intervención como manifestación de la facultad semiótica.

         De igual modo, al detenernos en los procesos de intervención y en los modelos que ha suscitado y en cómo estos mismos se han transformado, se puede pensar en una propuesta semiótica para la intervención organizacional, que nos permite también un trabajo de lo que es propio de la disciplina semiótica.

              


 

*ROXANA VELARDE

(UNC)

 

Reflexionando sociológicamente junto a la semiótica 
para una propuesta metodológica

 

La presente ponencia constituye una propuesta de reflexión sobre la práctica de interpretar del sociólogo en su tarea investigativa, donde el investigador por un lado, lee un texto dentro de un contexto de comprensión y por otro, construye un texto en la dinamicidad de la investigación como comunicación.

Si se considera que la Sociología retoma la acción desde las formaciones discursivas de sus agentes se tiene  que la acción es un símbolo que exige interpretación, y pone en relación los parámetros de organización existentes en la vida cotidiana del agente social.

             Otro eje a considerar en la presente reflexión lo constituye la comprensión sociológica que emerge como un momento del proceso interpretativo en el que se vislumbran razones humanas aceptables en el mundo cultural que se estudia.

El otro momento sería la producción de un texto, luego de la instancia de comprensión. El texto es evidencia inter –subjetiva del diálogo como proceso de conocimiento y de construcción compartida del sentido de la acción.

Y otra instancia  de la interpretación sociológica sería la de advertir a la historicidad expresada en la memoria colectiva como agente de cambio.

Este trabajo pretende contribuir a una toma de conciencia de la importancia para la Sociología, de la  Semiótica como una metodología de la interpretación.