CHARLES SANDERS PEIRCE

COLLECTED PAPERS 
(Fragmentos traducidos; Juan Magariños de Morentin)


"INTERPRETANT" / "INTERPRETANTE"

"INTERPRETER" / "INTÉRPRETE"

"RECEIVER" / "RECEPTOR" (no explorado)

(traducción incompleta; en procesamiento; octubre 2001)


Vol. 1

(PRINCIPIOS DE FILOSOFÍA)
(LIBRO III. FENOMENOLOGÍA)

1.292: (Capítulo 1. Introducción / 2. Valencias) [...] Ahora bien, la relación de todo signo con su objeto e interpretante es sencillamente una tríada. [...]

1.339: (Capítulo 3. Las categorías en detalle / C. Terceridad / 2. Representación y generalidad) : La más fácil de aquellas [ideas] que tienen interés filosófico es la idea de un signo o representación. Un signo está por algo para la idea que produce o modifica. O es un vehículo que transporta adentro de la mente algo desde afuera. Aquello por lo que está se llama su objeto; aquello que transporta, su significado; y la idea a la que da lugar su interpretante. El objeto de la representación no puede ser más que una representación de lo que la primera representación es el interpretante. Pero una serie interminable de representaciones, cada una representando la anterior, puede concebirse como teniendo un objeto absoluto como su límite. El significado de una representación no es más que una representación. De hecho, no es más que la propia representación despojada de sus ropas irrelevantes. Pero estas ropas nunca pueden sacarse completamente; sólo se las cambia por algo más diáfano. Así que hay aquí una regresión infinita. Finalmente, el interpretante no es más que otra representación para la cual se manipula la antorcha de la verdad; y en cuanto representación, tiene a su vez su interpretante. He ahí, otra serie infinita.

1.346: (Capítulo 3. Las categorías en detalle / C. Terceridad / 3. La realidad de la terceridad) [...] Pero la idea de manifestación es la idea de un signo.  Entonces, un signo es algo, A, que denota algún hecho u objeto, B, para algún pensamiento interpretante, C.

1.541: (Capítulo 5. Casos degradados / 2. La Primeridad de la Primeridad, Segundidad de la Segundidad) : Mi definición de un representamen es como sigue: Un REPRESENTAMEN es el tema de una relación triádica RESPECTO de un segundo, llamado su OBJETO, PARA un tercero, llamado su INTERPRETANTE, siendo esta relación triádica tal que el REPRESENTAMEN determina que su interpretante esté en la misma relación triádica respecto del mismo objeto para el mismo interpretante.

1.542 (Capítulo 5. Casos degradados / 2. La Primeridad de la Primeridad, Segundidad de la Segundidad) : Se sigue que esta relación no puede consistir en ningún acontecimiento real que pueda haber ocurrido; en tal caso existiría otro acontecimiento real que conecte al interpretante con un interpretante propio del cual lo mismo sería verdad; y, así, habría una serie interminable de acontecimientos que podrían haber ocurrido realmente, lo cual es absurdo. Por la misma razón el interpretante no puede ser un objeto individual definido. La relación deberá consistir por tanto en un poder del representamen para determinar algún interpretante que sea un representamen del mismo objeto.

1.553 (Capítulo 6. Acerca de una nueva lista de categorías / 1. Afirmación inicial) : [...] Mediante una mayor acumulación de ejemplos, se encontraría que toda comparación requiere, además de la cosa referida (related), el fundamento y el correlato, también una representación mediadora que represente a lo referido de modo que sea una representación del mismo correlato al cual esta misma representación mediadora representa. Tal representación mediadora puede denominarse un interpretante, porque cumple el oficio de un intérprete, que dice que un extranjero dice lo mismo que el dice. [...] Toda referencia a un correlato, por tanto, conlleva en lo esencial el concepto de una referencia a un interpretante; y ésta es, por ello, el siguiente concepto en la secuencia que pasa del ser a la sustancia. La referencia a un correlato no puede prescindir de la referencia a un interpretante, pero el último puede prescindir del primero.

1.554 (Capítulo 6. Acerca de una nueva lista de categorías / 1. Afirmación inicial) : La referencia a un interpretante se hace posible y se justifica por aquello que hace posible y justifica la comparación. [...] Ahora bien, no se las [a la multitud de impresiones] lleva a la unidad hasta que las concebimos juntas como nuestras, o sea, hasta que las referimos a un concepto como su interpretante. Así, la referencia a un interpretante surge al sostener conjuntamente diversas impresiones y por ello no aporta un concepto al de sustancia, como lo hacen las otras dos referencias, sino que une directamente la multitud de la sustancia misma. Este es, por ello, el último concepto referido al paso del ser a la sustancia.

1.555 (Capítulo 6. Acerca de una nueva lista de categorías / 1. Afirmación inicial) : Los cinco conceptos así obtenidos, por razones obvias, pueden llamarse categorías. O sea,
El ser
La cualidad (referencia al fundamento)
La relación (referencia al correlato)
La representación (referencia a un interpretante)
La sustancia
Los tres conceptos intermedios pueden llamarse accidentes.

1.556 (Capítulo 6. Acerca de una nueva lista de categorías / 1. Afirmación inicial) : Este pasaje de la pluralidad a la unidad es numérico. El concepto de un tercero es el de un objeto que se relaciona con los otros dos de tal manera que uno de estos debe relacionarse con el otro del mismo modo como el tercero se relaciona con este otro. Ahora bien, esto coincide con el concepto de un interpretante. [...]

1.557 (Capítulo 6. Acerca de una nueva lista de categorías / 1. Afirmación inicial) : Dado que ninguna de las categorías puede prescindir de los que están encima de ella, la lista de los objetos posible que producen es,
Lo que es
El quale (eso que se refiere a un fundamento)
Lo relacionado (eso que se refiere al fundamento y al correlato)
El representamen (eso que se refiere a un fundamental, a un correlato y al interpretante).
Ello

1.559 (Capítulo 6. Acerca de una nueva lista de categorías / 1. Afirmación inicial) : [...] Habría una división general de los símbolos, común a todas estas ciencias; a saber, en:
[...]
3º. Símbolos que también independientemente determinan a sus interpretantes y así a las mentes a las que apelan, al establecer como premisa una proposición o preoposiciones que dicha mente admite. Estos son los argumentos.

1.564 (Capítulo 6. Acerca de una nueva lista de categorías / 2. Notas sobre lo precedente) : [...] Una representación es ese carácter de una cosa en virtud del cual, para la producción de un determinado efecto mental, puede estar en lugar de otra cosa. A la cosa que tiene este carácter la llamo un representamen, al efecto mental o pensamiento, su interpretante, a la cosa por la cual está, su objeto.


Vol. 2

(ELEMENTOS DE LÓGICA)
(LIBRO I. REVISIÓN GENERAL E HISTÓRICA DE LA LÓGICA)

2.88 (Capítulo 2. Sinopsis parcial de un trabajo propuesto en Lógica / 1. Originalidad, Obsistencia y Transuación) : Es deseable que existan términos técnicos para las categorías. Serían expresivos y no estarían expuestos a ser usados es sentidos especiales en filosofía. La simplicidad y capacidad de penetración de las categorías harían absolutamente imposible las designaciones metafóricas, ya que cada término, para ser adecuado, contendría la verdadera categoría. No podría existir semejanza con una categoría. Un nombre metafórico contendría probablemente la categoría en la primera sílaba y el resto de la palabra sería relleno. Prefiero, por tanto, tomar prestada una palabra o, quizá mejor, componerla, la cual, etimológicamente, si puede ser, pero indispensablemente por semejanza con palabras familiares, sugeriría una cantidad de formas que destacan en la categoría. Propongo tomar a prueba los siguientes términos:

2.89 (Capítulo 2. Sinopsis parcial de un trabajo propuesto en Lógica / 1. Originalidad, Obsistencia y Transuación) : Originalidad es ser tal como ese ser es, sin tener en cuenta ninguna otra cosa.
Obsistencia [obsistence] (que sugiere obviar [obviate], objeto [object], obstinado [obstinate], obstáculo [obstacle], insistencia [insistence], resistencia [resistence], etc.) es aquello en lo que la segundidad difiere de la primeridad; o es ese elemento que, tomado en conexión con la Originalidad, hace a una cosa tal como otra la compele a ser.
Transuación [transuasion] (que sugiere traducción [translation], negociación [transaction], trasfusión [transfusion], trascendental [transcendental] es mediación o la modificación de la primeridad y la segundidad por la terceridad, tomada al margen de la segundidad y de la primeridad; o se constituye al crear la Obsistencia.

2.90 (Capítulo 2. Sinopsis parcial de un trabajo propuesto en Lógica / 1. Originalidad, Obsistencia y Transuación) : Aunque la Originalidad es la más primitiva, simple y original de las categorías, no es la más obvia y familiar. Hasta aquí hemos considerado a las categorías en su aspecto original. Pasamos ahora al más simple estudio de sus formas de obsistencia.

2.91 (Capítulo 2. Sinopsis parcial de un trabajo propuesto en Lógica / 1. Originalidad, Obsistencia y Transuación) : En su aspecto Obsistencial, la Originalidad se presenta a sí misma como un Cualidad, que es algo que es tal cual es y es por tanto libre respecto de la Obsistencia como para ni siquiera ser semejante a sí mismo (self-identical) o individual. Dos Cualidades que son semejantes, como lo son todas las Cualidades, son, en cuanto tales, la misma Cualidad. La Obsistencia se presenta a sí misma como una Relación, que es un hecho que concierne a un conjunto de objetos, los Relatos [o Relacionados]. Una Relación puede ser Genuina o Degradada. Una Relación Degradada es un hecho relativo a un conjunto de objetos que consiste meramente en un aspecto parcial del hecho de que cada uno de los Correlatos tiene su Cualidad. Es una Relación de Cualidades; tal como que A es mayor que B. Sus correlatos pueden ser cualidades u objetos que poseen cualidades. Puede ser una Semejanza (Similarity), que es una forma más Degradada, o una Diferencia, que es una forma menos Degradada, o puede ser una mezcla. Una Relación Genuina es aquella que no está necesariamente comprometida con sus Correlatos, teniendo sus Cualidades sin considerar ninguna otra. Cada correlato es necesariamente individual o auto-idéntico. Pueden hacerse otras varias divisiones de las relaciones; y la naturaleza de la identidad, otridad [otherness], coexistencia e incomponibilidad se considerarán especialmente.

2.92 (Capítulo 2. Sinopsis parcial de un trabajo propuesto en Lógica / 1. Originalidad, Obsistencia y Transuación) : Se mostrará a la transuación, en su aspecto obsistente, o Mediación, sometida a dos grados de degradación. La mediación genuina es el carácter de un Signo. Un Signo es todo lo que se relaciona con una Segunda cosa, su Objeto, respecto a una Cualidad, de modo tal que pone a una Tercera cosa, su Interpretante, en relación con el mismo Objeto y esto de modo tal que pone a un Cuarto en relación con ese Objeto del mismo modo, ad infinitum. Si la serie se interrumpe, el Signo, en ese punto, pierde el carácter de significante perfecto. No es necesario que el Interpretante exista realmente. Una existencia in futuro será suficiente. Los Signos tienen dos grados de degradación. Un signo degradado en el menor grado es un Signo Obsistente o Índice, que es un Signo cuya significación de su objeto se debe a que tiene una Relación genuina con ese Objeto, con independencia del Interpretante. Tal, por ejemplo, es la exclamación "¡Eh!" ("¡Hi!"), como indicativa de un peligro presente, o un golpe en la puerta como indicativa de un visitante. Un Signo degradado en el mayor grado es un Signo Original (Originalian Sign) o Icono, que es un Signo cuya potencia significante se debe simplemente a su Cualidad. Tal, por ejemplo, son las imaginaciones acerca de cómo actuaría yo bajo determinadas circunstancias, mostrándome cómo actuaría posiblemente otra persona. Se dice que el retrato de una persona que no hemos visto es convincente. En la medida en que, a partir meramente de lo que veo en él, me veo llevado a formarme una idea de la persona que representa, es un Icono. Pero en realidad, no es un Icono puro, porque estoy muy influenciado por el hecho de saber que es un efecto, a través del artista, causado por la apariencia del original y está, por tanto, en una genuina relación Obsistente con este original. Además, uno sabe que los retratos tienen poca semejanza con sus originales, excepto en determinadas aspectos convencionales y según una escala convencional de valores, etc. Un Signo Genuino es un Signo Transuacional o Símbolo, que es un signo que debe su fuerza significante a una característica que sólo puede realizarse con la ayuda de su Interpretante. Cualquier expresión del habla es un ejemplo. Si los sonidos fueran originalmente en parte icónicos, en parte indiciales, esas características habrían perdido su importancia desde hace tiempo. Las palabras sólo están en lugar de los objetos por los que están y significan las cualidades que significan, porque determinarán, en la mente del oyente, los signos correspondientes. La importancia de las anteriores divisiones, aunque son nuevas, ha sido reconocida por todos los lógicos que las han estudiado seriamente...

2.93 (Capítulo 2. Sinopsis parcial de un trabajo propuesto en Lógica / 1. Originalidad, Obsistencia y Transuación) : La lógica es la ciencia de las leyes necesarias generales de los Signos y especialmente de los Símbolos. En cuanto tal, consta de tres partes. La lógica obsistente, lógica en sentido estricto o Lógica Crítica, es la teoría de las condiciones generales de la referencia de los Símbolos y los otros Signos hacia su Objeto declarado, o sea, es la teoría de las condiciones de verdad. La lógica original o Gramática Especulativa, es la doctrina de las condiciones generales de los símbolos y los otros signos para tener carácter significante. [...] La lógica transuacional, a la que denomino Retórica Especulativa, es sustancialmente lo que se conoce con el nombre de metodología o, mejor, metodéutica. Es la doctrina de las condiciones generales de la referencia de los Símbolos y otros Signos hacia los Interpretantes a los que pretenden determinar...

2.94 (Capítulo 2. Sinopsis parcial de un trabajo propuesto en Lógica / 1. Originalidad, Obsistencia y Transuación) : En consecuencia, de todo signo que determina un Interpretante, el cual es el mismo un signo, tenemos signos que se superponen a signos. La consecuencia de esto, a su vez, es que un signo puede, en su exterior inmediato, ser de una de las tres clases, pero puede al mismo tiempo determinar un signo de otra clase. Pero éste, a su vez, determina un signo cuyo carácter tiene que ser considerado. Este tema tiene que considerarse cuidadosamente y ordenado según las relaciones de los estratos de los signos, si así puede llamarlos, antes de que puede aclararse lo que sigue.

(LIBRO II. GRAMÁTICA ESPECULATIVA)

2.228 (Capítulo 2. La división de los Signos / 1. Fundamento, Objeto e Interpretante) : Un signo o representamen es algo que está para alguien, por algo, en alguna relación o aptitud. Se dirige a alguien, o sea, crea en la mente de esa persona un signo equivalente o, quizás, un signo más desarrollado. A ese signo que crea lo llamo el interpretante del primer signo. El signo está por algo, su objeto. Está por ese objeto, no en todas sus relaciones, sino respecto de una clase de idea que algunas veces he llamado el fundamento del representamen. "Idea" se entiende aquí en una especie de sentido platónico, muy habitual en el habla cotidiana; me refiero a ese sentido según el cual digo que un hombre capta la idea de otro hombre, según el cual digo que cuando un hombre recuerda lo que estaba pensando en algún momento previo, recuerda la misma idea y según la cual cuando un hombre continúa pensando algo, digamos por una décima de segundo, en la medida en que el pensamiento continúa conforme consigo mismo durante ese tiempo, eso es tener un contenido semejante, es la misma idea y no es, a cada instante del intervalo, una nueva idea.

2.235n (Capítulo 2. La división de los Signos / 3. La división de las relaciones triádicas) : [...] Por 242 y 274, el Representamen, Objeto e Interpretante son el primer, segundo y tercer correlato respectivamente, mientras que por 243ff. el representamen en sí mismo, en relación con su objeto y en cuanto interpretado, es el primer, segundo y tercer correlato respectivamente. La primera división produce diez tricotomías y sesenta y seis clases de signos, la última tres tricotomías y diez clases de signos.

2.242 (Capítulo 2. La división de los Signos / 3. La división de las relaciones triádicas) : Un Representamen es el Primer Correlato de una relación triádica, el Segundo Correlato ha sido llamado su Objeto y el Tercer Correlato posible ha sido llamado su Interpretante, mediante cuya relación triádica se determina que el Interpretante sea el Primer Correlato de la misma relación triádica para el mismo Objeto y para algún posible Interpretante. Un Signo es un representamen del cual algún interpretante es una cognición de una mente. Los signos son los únicos representámenes que han sido muy estudiados.

2.249 (Capítulo 2. La división de los Signos / 5. Una segunda tricotomía de signos) : Un Símbolo es un signo que se refiere al Objeto que denota en virtud de una ley, habitualmente una asociación de ideas generales, que actúan provocando que el Símbolo se interprete como referido a ese Objeto. Por tanto, el mismo es un tipo o ley general, o sea, un Legisigno. En cuanto tal actúa a través de una réplica. No sólo es él mismo general, sino que el Objeto al que se refiere es de una naturaleza general. Ahora bien, lo que es general tiene su existencia en las instancias que determinará. Deben, por tanto, existir instancias de lo que el Símbolo denota, aunque aquí debemos entender por "existir", existir en un universo imaginario posible al que el Símbolo se refiere. El Símbolo, a través de asociación u otra ley, estará afectado indirectamente por esas instancias; y, por ello, el Símbolo implicará una especie de Índice, si bien un Índice de una clase particular. No será, por tanto, en modo alguno verdadero que el menor efecto de esas instancia sobre el Símbolo dé cuenta del carácter significante del Símbolo.

2.250 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos) : Según la tercera tricotomía, un Signo puede denominarse un Rhema, un Dicisigno o Signo Dicente (o sea, una proposición o cuasi-proposición) o un Argumento.
Un Rhema * [*Ver la segunda nota al 95] es un Signo que, para su Interpretante, es un Signo de Posibilidad cualitativa, o sea, se lo entiende como una clase determinada de Objeto posible. Todo Rhema, quizás, proporcionará alguna información; pero no se lo interpreta como haciéndolo.

2.251 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos) : Un Signo Dicente es un Signo que, para su Interpretante, es un Signo de existencial real. No puede, por tanto, ser un Icono, que no proporciona fundamento para su interpretación como referido a una existencia real. Un Dicisigno implica necesariamente, como una de sus partes, un Rhema, para describir el hecho que se interpreta que indica. Pero es una clase peculiar de Rhema; y aunque es esencial para el Dicisigno, en modo alguno lo constituye.

2.252 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos) : Un Argumento es un Signo que, para su Interpretante, es un Signo de Ley. Podemos decir que un Rhema es un signo que se entiende que representa a su objeto meramente según sus características.; que un Dicisigno es un signo que se entiende que representa a su objeto en relación con su verdadera existencia; y que un Argumento es un signo que se entiende que representa a su Objeto en su carácter de Signo. Dado que estas definiciones tocan puntos actualmente en gran disputa, puede añadirse una palabra en su defensa. Una pregunta planteada con frecuencia es: ¿cuál es la esencia de un Juicio? Un juicio es un acto mental mediante el cual el juzgador procura marcar por sí mismo la verdad de una proposición. En gran parte, es como un acto de afirmar una proposición, o ir ante un notario y asumir la responsabilidad formal de su verdad, excepto que esos actos pretenden afectar a otros, mientras que el juicio sólo pretende afectarlo a uno mismo. Sin embargo, el lógico, en cuanto tal, no se preocupa de la que pueda ser la naturaleza psicológica del acto de juzgar. La pregunta para él es: ¿cuál es la naturaleza de la clase de signos cuya principal variedad se llama una proposición, cuál es la cuestión sobre la que se ejerce el acto de juzgar? La proposición no necesita ser afirmada o juzgada. Puede considerársela como un signo capaz de ser afirmado o negado. Este mismo signo retiene su significado completo sea efectivamente afirmado o no* [*ver 315]. Su peculiaridad, por ello, consiste en su modo de significar; y decir esto es decir que su peculiaridad consiste en su relación con su interpretante. La proposición manifiesta estar verdaderamente afectada por el existente real o por la auténtica ley a la que se refiere. El argumento plantea la misma pretensión, pero no es la principal pretensión del argumento. El rhema no plantea tal pretensión.

2.253 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos) : El Interpretante del Argumento lo representa como una instancia de una clase general de Argumentos, la cual en conjunto siempre tiende a la verdad. Esta es la ley, de alguna forma, que el argumento impulsa; y este "impulsar" es el modo de representación propio de los Argumentos. El Argumento debe, por tanto, ser un Símbolo o Signo cuyo Objeto es una Ley General o Tipo. Debe implicar un Símbolo Dicente o Proposición, que se denomina su Premisa; el Argumento sólo puede impulsar la ley impulsándola en una instancia. Esta Premisa tiene, sin embargo, una vigencia muy diferente (o sea, en su relación con su interpretante) respecto a una proposición semejante meramente afirmada; y, además, esto está lejos de ser el Argumento total. En relación con otra proposición, llamada la Conclusión, declarada con frecuencia y quizás requerida para completar el Argumento, representa completamente al Interpretante e igualmente tiene una vigencia peculiar o relación con el Interpretante. Existe una diferencia de opinión entre los lógicos acerca de si forma parte o no del Argumento; y aunque tales opiniones no provienen de una análisis exacto de la esencia del Argumento, tienen títulos de peso. Este escritor, sin estar completamente seguro, se inclina fuertemente a pensar que la Conclusión, aunque represente al Interpretante, es esencial para la plena expresión del Argumento. Es habitual entre los lógicos hablar de las Premisas de un Argumento, en vez de la Premisa. Pero si hay más de una Premisa, el primer paso de la argumentación debe ser agruparlas en una Proposición Copulativa: de modo que el único Argumento simple de dos Premisas es el Argumento de Agrupamiento [Colligation]. Pero incluso en este caso, no hay exactamente dos Premisas. Siempre que la mente está en condición para afirmar una proposición, P, está también en condición de afirmar una proposición, O, a la que la nueva proposición, P, sólo determina nuevamente; de modo que no es P, meramente, la que se afirma, sino OP. En esta forma de considerar el tema no hay algo como un Argumento de Agrupamiento. Porque decir que lo hay es convertir a cada juicio en la conclusión de un argumento. Pero si todo juicio debe ser considerado como la conclusión de un argumento, lo cual, sin duda, es una concepción admisible, entonces es la conclusión de una muy diferente clase de juicio respecto a un mero Argumento de Agrupamiento. Por tanto, el Argumento de Agrupamiento es una forma de Argumento que se introduce en la lógica meramente para evitar la necesidad de considerar la verdadera naturaleza del Argumento del cual se ha derivado una Proposición Copulativa. Por esta razón, parece más adecuado en general hablar de la "Premisa" de un Argumento, que de sus "Premisas". Como es natural a la palabra Premisa -en el latín del siglo trece praemissa- utilizarse generalmente en plural, ha llegado a ser ampliamente confundida con una palabra completamente diferente, de origen legal, las "premisas", o sea, los items de un inventario, etc. y por tanto edificios enumerados en una escritura o arrendamiento. Es totalmente contrario al buen inglés el uso que deletrea premiss, "premise", y este deletreo (cuya vigencia quizá se deba a Lord Brougham o al menos predominantemente mantenida por su insistencia), simplemente traiciona ignorancia de la historia de la lógica e incluso de autores tan comunes como Whateley, Watts, etc.* [*ver 582-3]

2.256 (Capítulo 2. La división de los Signos / 7. Diez Clases de Signos)  : Tercero: Un Sinsigno Indicial Rhemático (p.e.: un grito espontáneo) es cualquier objeto de la experiencia directa, en la medida en que dirige la atención hacia un Objeto que causa su presencia. Necesariamente implica un Sinsigno Icónico de una clase particular, aunque es muy diferente ya que lleva la atención del intérprete al Objeto efectivamente denotado.

2.259 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos)  : Sexto: un Legisigno Indicial Rhemático (p.e.: un pronombre demostrativo) es cualquier tipo general o ley, de algún modo establecido, que requiere que cada una de sus instancias esté realmente afectada por su Objeto, de modo tal que meramente dirija la atención a ese Objeto. Cada una de sus Réplicas será un Sinsigno Indicial Rhemático de una clase particular. El Interpretante de un Legisigno Indicial Rhemático lo representa como un Legisigno Icónico; y así es, en alguna medida; pero en alguna muy pequeña medida.

2.261 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos) : Octavo: Un Símbolo Rhemático (p.e.: un nombre común) es un signo conectado con su Objeto mediante una asociación de ideas generales de modo tal que su Réplica evoca una imagen en la mente, la cual imagen, perteneciente a determinados hábitos o disposiciones de esa mente, tiende a producir un concepto general, y la Réplica se interpreta como un Signo de un Objeto que es un ejemplo de ese concepto. [...] El Interpretante del Símbolo Rhemático con frecuencia lo representa como un Legisigno Indicial Rhemático; otras veces como un Legisigno Icónico; y así comparte, en una pequeña medida, de la naturaleza de ambos.

2.262 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos) : Noveno: un Símbolo Dicente o Proposición común es un signo conectado con su objeto por una asociación de ideas generales y actúa como un Símbolo Rhemático, excepto que su pretendido interpretante representa al Símbolo Dicente como estando, respecto a lo que significa, realmente afectado por su Objeto, de modo que la existencia o ley que evoca debe estar efectivamente conectada con el Objeto indicado. Así, el Interpretante pretendido considera al Símbolo Dicente como un Legisigno Indicial Dicente; y, si eso es cierto, comparte su naturaleza, aunque no representa la totalidad de su naturaleza. [...]

2.263 (Capítulo 2. La división de los Signos / 6. Una tercera tricotomía de signos) : Décimo: un Argumento es un signo cuyo interpretante representa su objeto como siendo un nuevo signo mediante una ley, o sea, la ley que el paso de tales premisas a tales conclusiones tiende a la verdad. [...]

2.271 (Capítulo 2. La división de los Signos / 10. Clases de Proposiciones) : un Símbolo Dicente, o proposición general, es ya bien Particular ya bien Universal. Un símbolo Dicente Particular se representa por su Interpretante para indicar el hecho de la existencia; como, "Algún cisne es negro", o sea, existe un cisne negro. Un Símbolo Dicente Universal se representa por su Interpretante para indicar una verdadera ley; como "Ningún cisne es negro," o sea, ninguna investigación descubrirá nunca un individuo negro entre los cisnes. [...]

2.274 (Capítulo 3: El Icono, Índice y Símbolo / 1. Iconos e Hipoiconos) : Un Signo o Representamen es un Primero que se encuentra en una relación triádica auténtica tal con un Segundo, llamado su Objeto, como para poder determinar que un Tercero, llamado su Interpretante, asuma la misma relación triádica con su Objeto en la que él mismo se encuentra respecto del mismo Objeto. La relación triádica es auténtica, o sea, sus tres miembros están ligados entre sí por ella de un modo que no consiste en un complejo de relaciones diádicas. Esta es la razón por la que el Interpretante o Tercero no puede estar en una mera relación diádica con el Objeto, sino que debe estar con él en la relación en que lo está el Representamen. Ni puede ser la relación triádica en la que está el Tercero meramente semejante a aquella en que está el Primero, porque esto haría de la relación del Tercero con el Primero meramente una Segundidad degradada. El Tercero debe estar realmente en esa relación y, por ello, debe poder determinar al Tercero como suyo [of its own]; pero además debe tener una segunda relación triádica en la cual el Representamen, o mejor la relación de éste con su Objeto, sea su propio (del Tercero) Objeto, y debe poder determinar un Tercero para esta relación. Todo esto igualmente debe ser verdad respecto del Tercero del Tercero y así indefinidamente; y esto y más envuelve la idea familiar de un Signo; y tal como se usa aquí el término Representamen, no implica nada más. Un Signo es un Representamen con un Interpretante mental. Posiblemente pueden existir Representámenes que no sean signos. Así, si un girasol, al girar hacia el sol, llega a ser, por este mismo hecho, plenamente capaz, sin otra condición adicional, de reproducir un girasol que gira hacia el sol del modo exactamente correspondiente y de hacerlo con el mismo poder reproductivo, el girasol se hace un Representamen del Sol. Pero el pensamiento es el principal, si no el único, modo de representación.

2.275 (Capítulo 3: El Icono, Índice y Símbolo / 1. Iconos e Hipoiconos) : ... La [división de los signos] fundamental es en Iconos, Índices y Símbolos. O sea, mientras que ningún Representamen funciona efectivamente como tal hasta que efectivamente determina un Interpretante, no obstante se convierte en un Representamen tan pronto como es plenamente capaz de hacerlo; y su Cualidad Representativa no depende necesariamente de determinar efectivamente un Interpretante, ni de tener efectivamente un Objeto.

2.276 (Capítulo 3: El Icono, Índice y Símbolo / 1. Iconos e Hipoiconos) : [...] Un signo por Primeridad es una imagen de su objeto y, hablando más estrictamente, sólo puede ser una idea. Debe producir una idea Interpretante; y un objeto externo excita un idea por una reacción sobre el cerebro.[...]

2.293 (Capítulo 3: El Icono, Índice y Símbolo / 3. La naturaleza de los Símbolos) : Un Símbolo es una ley o regularidad de un futuro indefinido. Su Interpretante debe tener la misma descripción; y así debe ser también el Objeto inmediato completo o significado.[...]

2.294 (Capítulo 3: El Icono, Índice y Símbolo / 3. La naturaleza de los Símbolos) : Aunque el Interpretante inmediato de un Índice debe ser un Índice, sin embargo como su Objeto puede ser el Objeto de un Símbolo Individual [Singular], el Índice puede tener a ese Símbolo como su Interpretante indirecto. Incluso un Símbolo auténtico puede ser su Interpretante imperfecto. Así un icono puede tener un Índice degradado o un Símbolo Abstracto como Interpretante indirecto y un Índice auténtico o Símbolo como Interpretante imperfecto.

2.303 (Capítulo 3: El Icono, Índice y Símbolo / 4. El Signo) : Todo lo que determina a otra cosa (su interpretante) a referirse a un objeto al que él mismo se refiere (su objeto) del mismo modo, transformándose el interpretante a su vez en signo y así hasta ad infinitum.
Sin duda, la conciencia inteligente debe entrar en las series. Si las series de sucesivos interpretantes llegan a un fin, el signo se hace por ello, al menos, imperfecto. Si habiéndose determinado una idea interpretante en una conciencia individual, ésta no determina un signo exterior, sino que la conciencia se aniquila o de otro modo pierde toda memoria u otro efecto significativo del signo, se hace absolutamente irrecuperable que haya habido tal idea en esa conciencia; y en tal caso es difícil establecer que tuviera algún sentido decir que esa conciencia tuvo alguna vez la idea, ya que decirlo sería un interpretante de esa idea.

2.310 (Capítulo 4: Las Proposiciones / 1. Las características de los Dicisignos) : [...] En consecuencia, un Dicisigno se representa necesariamente a sí mismo como un Índice auténtico y no siendo nada más. A esta altura descartemos cualquier otra consideración y veamos qué clase de signo debe ser un signo que de algún modo se representa a sí mismo siendo un Índice auténtico de su objeto y nada más. Sustituyendo "se representa siendo" por una interpretación más clara, la afirmación consiste en que el Interpretante del Dicisigno representa una identidad del Dicisigno con un Índice auténtico del verdadero Objeto del Dicisigno. O sea, el Interpretante representa una verdadera relación existencial o Segundidad auténtica, como existiendo entre el Dicisigno y su verdadero Objeto. Pero el Interpretante de un Signo no puede representar otro Objeto que el del propio Signo. Por tanto, esta misma relación existencial debe ser un Objeto del Dicisigno, si el último tiene algún Objeto verdadero. Esta relación existencial representada, al ser un Objeto del Dicisigno, convierte también a este Objeto verdadero, que es el correlato de esta relación, en Objeto del Dicisigno.

2.311: Este último Objeto puede identificarse como el Objeto Primario, denominándose al otro el Objeto Secundario. El Dicisigno, en la medida en que es el relato de la relación existencial que es el Objeto Secundario del Dicisigno, puede evidente no ser el Dicisigno completo. Este es simultáneamente una parte del Objeto y una parte del Interpretante del Dicisigno. Dado que el Dicisigno se representa en su Interpretante como un Índice de un complejo en cuanto tal, debe representarse en este mismo Interpretante como compuesto de dos partes, que se corresponden respectivamente a su Objeto y a él mismo [el Dicisigno]. [...] Ahora bien, un Símbolo no puede tenerse a sí mismo como su objeto; es una ley la que gobierna su Objeto. [...] Pero un Representamen media entre su Interpretante y su Objeto y lo que no puede ser el objeto del Representamen no puede ser el Objeto del Interpretante. Por tanto, a fortiori, sería imposible que un símbolo fuera su Objeto y su Interpretante. Un Índice puede muy bien representarse a sí mismo. [...] Pero es imposible para un Índice ser su propio Interpretante, ya que un Índice no es más que una existencia individual en una Segundidad con algo; y sólo se hace Índice al ser capaz de estar representado por algún Representamen como consistiendo en esta relación. Si este Interpretante pudiera ser él mismo no habría diferencia entre un Índice y un Segundo. Un Icono, sin embargo, es estrictamente una posibilidad que implica una posibilidad y así la posibilidad de ser representado como una posibilidad es la posibilidad de la posibilidad implicada. Sólo en esta clase de Representamen, por tanto, el Interpretante puede ser el Objeto. En consecuencia, este constituyente del Dicisigno, que está representado en el Interpretante como siendo una parte del Objeto, debe representarse mediante un Icono o mediante un Representamen de un Icono. El Dicisigno, tal como debe entendérselo para ser entendido, debe contener estas dos partes. [...]

2.312: Concluimos, por tanto, que si tuvimos éxito en pasar nuestro camino por el laberinto de estas abstracciones, un Dicisigno, definido como un Representamen cuyo Interpretante lo representa como un Índice de su Objeto, debe tener los siguientes caracteres: [...]

2.314: Nuestra definición impide que un Icono sea un Dicisigno, ya que el Interpretante apropiado de un Icono no puede representarlo siendo un Índice, ya que el Índice es esencialmente más complicado que el Icono. [...]

2.315: [...] Tampoco puede fundamentarse una sólida objeción en el hecho de que una proposición siempre se entiende como algo que puede asentirse o afirmarse. Nuestra definición del Dicisigno reconoce la verdad de esto al afirmar que (en el supuesto de que la proposición sea un Dicisigno) su Interpretante (o sea, la representación mental o pensamiento que tiende a determinar) representa la proposición como un Índice auténtico de un Objeto Real, independiente de la representación. [...] El sistema de los grafos existenciales, que es capaz de expresar toda proposición tan analíticamente como se desee, expresa una afirmación agregando efectivamente una réplica individual a una hoja individual y tal posible agregación es precisamente lo que el Interpretante de una proposición representa antes de que la proposición se afirme.

2.418: En un trabajo presentado a la Academia el pasado Mayo, procuré mostrar que las tres concepciones de referencia a un fundamento, referencia a un correlato y referencias a un interpretante, son las que la lógica utiliza principalmente. También introduje allí el término "símbolo" para incluir tanto el concepto como la palabra. La lógica trata en general de la referencia de los símbolos a sus objetos. Un símbolo, en referencia a su objeto, tiene una triple referencia:
Primero, su referencia directa a su objeto, o las cosas reales que representa;
Segundo, su referencia a su fundamento a través de su objeto, o el carácter común de esos objetos;
Tercero, su referencia a su interpretante a través de su objeto, o todos los hechos conocidos acerca de su objeto.
Lo referido, por tanto, en la medida en que son conocidos, son:
Primero, la envergadura informada del símbolo;
Segundo, la profundidad informada del símbolo;
Tercero, la suma de las proposiciones sintéticas en las que el símbolo es sujeto o predicado, o la información relativa al símbolo.


Vol. 3

3.433: [...] Cuando se hace una afirmación, existe efectivamente algún hablante, escritor u otro hacedor-de-signos que la comunica; y él supone que hay, o habrá, algún oyente, lector o otro intérprete que lo recibirá. Puede ser un desconocido en otro planeta, un eón más tardío; o puede ser este mismo hombre como será un segundo después. De cualquier modo, el comunicador le hace señas al receptor. Algunos de estos signos (o al menos uno de ellos) se supone que provoca en la mente del receptor imágenes familiares, figuras o, casi podríamos decir, sueños; o sea, reminiscencias de vistas, sonidos, sentimientos, gustos, olores u otras sensaciones, ahora totalmente alejadas de las circunstancias originales de su primera manifestación, de modo que son libres de asociarse a nuevas ocasiones. El comunicador puede evocar, en su propia mente, esas imágenes a su arbitrio (con mayor o menor esfuerzo); y supone que el receptor puede hacer lo mismo. Por ejemplo, los vagabundos tienen la costumbre de llevar trozos de tiza y de hacer marcas en los vallados para indicar los hábitos de la gente que vive allí, en beneficio de otros vagabundos que puedan llegar más tarde. Así, si un vagabundo deja una afirmación acerca de que la gente es tacaña, supone que el lector de la señal habrá encontrado gente tacaña con anterioridad y podrá evocar una imagen de tal persona atribuible a la persona que aún no ha conocido. Ni sólo es signo la palabra significante externa o la marca, sino que también lo será la imagen que se espera que suscite en la mente del receptor (una imagen por semejanza o, como decimos, un icono) de la imagen semejante en la mente del comunicador y, mediante ella, también un signo de la efectiva cualidad de la cosa. A este icono se lo llama el predicado de la afirmación. Pero en vez de un icono único, o signo por semejanza con una imagen familiar o "sueño", evocable a voluntad, puede haber un complejo de tales iconos, formando una imagen compuesta cuya totalidad no es familiar. Pero aunque la totalidad no sea familiar, sin embargo no sólo las partes son imágenes familiares, sino que también habrá una imagen familiar de su modo de composición. En realidad, será bastante con dos tipos de complejidad. Por ejemplo, puede haber una combinación conjuntiva o una combinación disyuntiva. La combinación conjuntiva se da cuando se usan dos imágenes a la vez; y disyuntiva cuando se usa una u otra. (Esta no es la más científica selección de tipos; pero servirá al presente objetivo.) La clase de idea que un icono materializa, si debe ser tal que lleve alguna concreta información, siendo aplicable a algunas cosas pero no a otras, se llama una primera intención. La idea materializada por un icono que no puede llevar ninguna información por sí sólo, siendo aplicable a todo o a nada, pero que, sin embargo, puede ser útil para modificar otros íconos, se llama una segunda intención.


Vol. 4

(LA MATEMÁTICA MÁS SIMPLE)
(LIBRO I. LÓGICA Y MATEMÁTICA)

4.6 (Prefacio) Se requiere que el lector entienda completamente la relación del pensamiento en sí mismo con el pensar, por una parte, y con los grafos, por otra. Una vez entendidas excelentemente estas relaciones, se verá que los grafos rompen en pedazos todas las barreras efectivamente importantes, no sólo para el análisis lógico del pensamiento, sino también para digerir una lección distinta, haciendo literalmente visible, ante los propios ojos, la operación de pensar in actu. Para evidenciar el hecho de que el método de los grafos logra efectivamente este resultado maravilloso, es necesario o, al menos, altamente deseable, que el lector haya asimilado por completo, en todas sus partes, la verdad de que pensar siempre ocurre en la forma de un diálogo (un diálogo entre las diferentes fases del ego), de modo que, al ser dialógico, está compuesto fundamentalmente por signos como su asunto, en el sentido en que un juego de ajedrez tiene al ajedrecista como su asunto. ¡No que los signos concretamente empleados sean ellos mismos el pensamiento! Oh, no; no más de lo que las pieles de la cebolla con la cebolla. (About as much so, however.) Un mismo pensamiento puede transportarse en inglés, alemán, griego o gaélico; en diagramas o en ecuaciones o en grafos: todos ellos son como otras tantas pieles de la cebolla, sus accidentes inesenciales. Aunque, que el pensamiento tenga alguna expresión posible para algún posible intérprete, es el verdadero ser de su ser...

(LA MATEMÁTICA MÁS SIMPLE)
(LIBRO II. GRAFOS EXISTENCIALES)

4.374
(2.Lógica simbólica) : Debe haber operaciones de transformación. De este modo, el símbolo sólo puede verse determinando su interpretante. [...]

4.375 (2.Lógica simbólica) : Será necesario reconocer dos operaciones diferentes, por la diferencia entre la relación de un símbolo con su objeto y con su interpretante. La transformación inferencial (la única transformación, referida exclusivamente a la verdad, que un sistema de símbolos puede soportar) es el paso de un símbolo a un interpretante, por lo general un interpretante parcial. [...]

 4.395 (3. Grafos existenciales/ A. Las convenciones/ 1. Parte Alfa) : Convención Nº I. Estas Convenciones se supone que se comprenden mutuamente entre dos personas: un Grafista, que expresa las proposiciones conforme al sistema de expresión llamado de los Grafos Existenciales, y un Intérprete, que interpreta esas proposiciones y las acepta sin discusión. [...]

4.431 (4. Acerca de los Grafos Existenciales, los Diagramas de Euler y el Álgebra Lógica/ Parte I. Principios de interpretación/ A. Convenciones fundamentales/ 1. De las Convenciones Nos 1 y 2) : [...] Debe existir un intérprete, ya que el grafo, como todo signo basado en la convención, sólo tiene la clase de ser que tiene si se lo interpreta; un signo convencional no es ni un montón de tinta sobre un trozo de papel o cualquier otra existencia individual, ni es una imagen presente ante la conciencia, sino un hábito especial o regla de interpretación y consiste precisamente en el hecho de que determinadas manchas de tinta (a las que llamo réplicas) tendrán determinados efectos sobre la conducta mental y corporal del intérprete. [...]

4.439 (4. Acerca de los Grafos Existenciales, los Diagramas de Euler y el Álgebra Lógica/ Parte I. Principios de interpretación/ A. Convenciones fundamentales/ 3. De las Convenciones Nos 4 a 9) : [...] La última interpretación puede rechazarse de inmediato, por la razón de que generalmente no se puede afirmar nada del universo que no sea reducible a una de las otras formas excepto lo que está acordado entre el grafista y el intérprete. [...]

4.454 (4. Acerca de los Grafos Existenciales, los Diagramas de Euler y el Álgebra Lógica/ Parte I. Principios de interpretación/ B. Principios de interpretación derivados/ 1. De los Pseudografos y los Signos conectados) : A veces, como se verá pronto, es deseable expresar una proposición ya bien absurda, contraria al acuerdo entre el grafista y el intérprete, o ya bien completamente sabido que es falsa. [...]

4.461 (4. Acerca de los Grafos Existenciales, los Diagramas de Euler y el Álgebra Lógica/ Parte I. Principios de interpretación/ B. Principios de interpretación derivados/ 2. Nombre selectivos y propios) : [...] se afirmará una no-existencia y, en cuanto tema, será universal [...] y, al mismo tiempo, designado (o sea, el intérprete se asegurará de identificarlo con lo que el contexto permita), [...] 

4.531 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 1. Signos) : Todos [los Signos] parecen ser tricotomías, lo que constituye un atributo para la naturaleza esencialmente triádica de un Signo. Me refiero a que tres cosas están conectadas en el funcionamiento de un Signo; el propio Signo, su Objeto y su Interpretante [...]

4.536 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 3. Grafos y Signos) : Ya he observado que un Signo tiene un Objeto y un Interpretante, siendo este último aquello que el Signo produce en la Cuasi-mente, o sea el Intérprete, al obligarlo al último a un sentimiento o a un esfuerzo o a un Signo cuya definición es el Interpretante. Pero falta puntualizar que habitualmente hay dos Objetos y más de dos Interpretantes. O sea, deben distinguirse el Objeto Inmediato, que es el Objeto como el mismo Signo lo representa y cuyo Ser depende, por tanto, de su Representación en el Signo, frente al Objeto Dinámico, que es la Realidad que de algún modo contribuye a determinar el Signo para su Representación. Con respecto al Interpretante, hay que distinguir igualmente, en primer lugar, el Interpretante Inmediato, que es el interpretante tal como se revela en la correcta comprensión del mismo Signo y al que ordinariamente se denomina el significado del signo; mientras que, en segundo lugar, debe observarse el Interpretarse Dinámico, que es el verdadero efecto que el Signo, en cuanto Signo, efectivamente determina. Finalmente, existe lo que provisionalmente llamo el Interpretante Final., que se refiere a la manera como el Signo tiende a representarse como relacionado con su Objeto. Confieso que mi propia concepción de este tercer interpretante no está totalmente libre de oscuridad. De las diez divisiones de los signos [...], seis activan los caracteres de un Interpretante y tres los del Objeto. Así, la división en Iconos, Índices y Símbolos depende de  las posibles relaciones diferentes de un Signo con su Objeto Dinámico. Sólo una división concierne a la naturaleza del Signo mismo y ahora procedo a plantearla.

4.538:  (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 3. Grafos y Signos) : [...] Por un Sema (o rhema) entiendo todo lo que sirve para cualquier propósito como un substituto de un objeto del cual, en cierto sentido, es una representación o Signo. [...] Por un Feme [lo dicho] (o dicisigno) entiendo un Signo que es equivalente a una oración gramatical, sea Interrogativa, Imperativa o Asertiva. En cualquier caso, tal Signo pretende tener alguna clase de efecto compulsivo sobre su Intérprete. Como tercer término de la terna, algunas veces uso la palabra Deloma [prueba] ([...]) aunque Argumento puede responder satisfactoriamente. Es un Signo que tiene la Forma de intentar actuar sobre el Intérprete mediante su propio autocontrol, representando un proceso de cambio en los pensamientos o en los signos, como para inducir este cambio en el Intérprete. [...]

4.539: (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 4. Universos y Situaciones) : El Objeto Inmediato de todo conocimiento y de todo pensamiento es, en última instancia, el Percepto. Esta doctrina no colisiona con el Pragmatismo, que sostiene que el Interpretante Inmediato de todo pensamiento es apropiadamente la Conducta. Nada es más indispensable para una profunda epistemología que una discriminación cristalina entre el Objeto y el Interpretante del conocimiento; no hay nada más indispensable para las sólidas nociones de la geografía que la discriminación cristalina entre la latitud norte y la latitud sur; y una discriminación no es más rudimentaria que la otra. Lo que sabemos de nuestros Perceptos es una teoría que me parece fuera de discusión; pero no es una cuestión de Percepción Inmediata. Un hecho de Percepción Inmediata no es un Percepto, ni parte alguna de un Percepto; un Percepto es un Sema, mientras que un hecho de Percepción Inmediata o incluso el Juicio Perceptual del cual tal acto es el Interpretante Inmediato, es un Fema que es el Interpretante Dinámico directo del Percepto  y del cual el Percepto es el Objeto Dinámico y se diferencia con alguna considerable dificultad (como muestra la historia de la Psicología) del Objeto Inmediato, aunque la diferencia es muy significativa [n: El juicio perceptual es una proposición existencial determinada por el percepto, al cual interpreta]. Pero para no interrumpir la marcha de nuestro pensamiento, continuemos observando que mientras el Objeto Inmediato de un Percepto es excesivamente vago, sin embargo el pensamiento natural configura esta carencia (en cuanto vale) así. Un Interpretante Dinámico último del complejo total de Perceptos es el Sema de un Universo Perceptual que se representa en el pensamiento instintivo como la determinación del Objeto Inmediato original de todo Percepto. Por supuesto, debe entenderse que no hablo desde la psicología, sino desde la lógica de las operaciones mentales. Los subsiguientes Interpretantes proporcionan nuevos Semas de Universos que resultan de varias adjunciones con el Universo Perceptual. Son, sin embargo, todos ellos, Interpretantes de Perceptos.
Finalmente y en particular, tenemos un Sema de este supremo Universo al que se considera como el Objeto de todas Proposición verdadera y que, si lo designamos de algún modo, lo llamamos con el título un tanto equívoco de "La Verdad".

4.540 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 4. Universos y Situaciones) : Dicho esto, volvamos atrás y respondamos a esta pregunta: ¿Cómo es que el Percepto, que es un Sema, tenga por su directo Interpretante Dinámico al Juicio Perceptual, que es un Feme? Ya que esto, ciertamente, no es lo habitual con los Semas. [...] Mi opinión es que un puro Icono (y varios psicólogos realmente grandes han pensado evidentemente que la Percepción consiste en un pasar de imágenes delante del ojo de la mente, como si uno estuviera caminando por una galería de pintura) no puede tener un Feme como si directo Interpretante Dinámico. [...] Mi razón, entonces, formulada breve y abreviadamente, es que sería ilógico que un puro Icono tuviera a un Feme como su Interpretante y yo sostengo que sería imposible para el pensamiento no sometido a auto-control, lo que no ocurre manifiestamente con un Juicio Perceptual, ser ilógico. [...] Pero aunque un Interpretante no es necesariamente una Conclusión, sin embargo una Conclusión es necesariamente un Interpretante. De modo que si un Interpretante no está sometido a las reglas de las Conclusiones no hay nada monstruoso en que piense que está sometido a alguna generalización de tales reglas. [...]

4.543: (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 4. Universos y Situaciones) : Ninguna cognición ni ningún Signo es absolutamente preciso, ni siquiera el Percepto; y la indefinición es de dos clases, indefinición acerca de cuál es el Objeto del Signo e indefinición acerca de su Interpretante o indefinición en Amplitud y Profundidad. La indefinición en Amplitud puede ser tanto Implícita como Explícita. [...]

4.548 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 4. Universos y Situaciones) : (-)

4.550 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 4. Universos y Situaciones) :  Todos los diversos significados de la palabra "Mente/Entendimiento" ("Mind"), Lógico, Metafísico y Psicológico, son aptos para confundirse más o menos... [...] En uno de sus más estrictos y ajustados significados lógicos, una Mente/Entendimiento ("Mind") es aquel Sema de La Verdad cuyas determinaciones llegan a ser Interpretantes Inmediatos de todos los otros Signos cuyos Interpretantes Dinámicos están conectados dinámicamente. (n+ I.e., Mind es una función proposicional del más amplio universo posible, tal que sus valores son los significados de todos los signos cuyos efectos reales están en interconexión efectiva.) En nuestro Diagrama la misma cosa que representa La Verdad debe considerarse como, por otra parte, representado la Mente/Entendimiento y, en realidad, como siendo la Cuasi-mente (Quasi-mind)de todos los Signos representados en el Diagrama. Por cada conjunto de Signos que están conectados de modo tal que un complejo de dos de ellos pueden tener un interpretante, deben ser Determinaciones de un Signo que es una Cuasi-mente. 

4.551 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 4. Universos y Situaciones) : El pensamiento no está necesariamente conectado con un cerebro. Aparece en el mundo de las abejas, de los cristales y todo a lo largo del mundo puramente físico; y no puede negarse que está efectivamente allí, que los colores, las formas, etc., de los objetos están efectivamente allí. Adhiérase coherentemente a esta negativa y se verá conducido a alguna forma de nominalismo idealista próximo al de Fichte. No sólo el pensamiento está en el mundo orgánico, sino que allí se desarrolla. Pero así como no puede haber una General sin las Instancias que la encarnan, así no puede haber pensamiento sin Signos. Se le debe dar aquí a "Signo" un sentido muy amplio, sin duda, pero no un sentido demasiado amplio para entrar en nuestra definición. Admitiendo que los Signos conectados deben tener una Cuasi-mente, también debe poder declararse que no puede haber un signo aislado. Es más, los signos requieren al menos dos Cuasi-mentes; un Cuasi-usuario y un Cuasi-intérprete; y aunque ambos están aunados (i.e., son una mente) en el propio signo, sin embargo deben ser diferentes. En el Signo están, por así decir, soldados. Por consiguiente, no es meramente un hecho de la Psicología humana, sino una necesidad de la Lógica, que toda evolución lógica del pensamiento deberá ser dialógica. Podrá decirse que todo esto es una charla desordenada; y admito que, tal como está, tiene una gran parte de arbitrariedad. [...]

4.552 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 5. Grafos Existenciales Coloreados) :  No pareciera que queden razones para no proceder inmediatamente a formular y acordar acerca de

LAS CONVENCIONES
dETERMINACIÓN DE LAS FORMAS E INTERPRETACIONES de Los grafos existenciales

Primera Convención: la operación de escritura. Tenemos que imaginar que dos partes [n1: Pueden ser dos cuerpos de personas, dos personas o dos actitudes mentales o estados de una persona.] colaboran en la composición de un Feme [ver, antes, 4.538] y que intervienen en él como para desarrollar un Deloma [ver, antes, 4.538]. [...] 
Las dos partes que colaboran se denominarán el Grafista y el Intérprete. El Grafista debe escribir responsablemente cada Grafo original y cada añadido, con las indicaciones adecuadas de la Modalidad que se le debe asignar, la Cualidad relativa de su posición y toda peculiaridad de su dependencia y conexiones con otros grafos. El Intérprete es quien realiza tales eliminaciones e inserciones del Grafo que el Grafista le ha proporcionado, conforme a los "Permisos Generales" deducibles de las Convenciones y de sus propios objetivos.

4.553 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 5. Grafos Existenciales Coloreados) : Segunda Convención: el tema de la escritura y la modalidad de los Femes expresados. El tema que los casos de los Grafos tienen que determinar y que por ello llega a ser la Cuasi-mente en la que el Grafista y el Intérprete coinciden, siendo un Sema de La Verdad, o sea, del Universo más amplio de la Realidad y, al mismo tiempo, un Feme de todo lo que se supone tácitamente acordado entre el Grafista y el Intérprete, fuera de su discusión, deberá ser una hoja, denominada Hoja Fémica,  sobre la que pueden escribirse signos y de la cual pueden borrarse cualquier cosa que se haya escrito en alguna manera (aunque sean incisiones). [(Modos de Coloración)...]

4.555 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 5. Grafos Existenciales Coloreados) : [...] Todo presencia de un Grafo sobre la Hoja Fémica está establecida incondicionalmente (salvo que, según un acuerdo entre el Grafista y el Intérprete, la Coloración de su propia Provincia o de la Frontera indicase una condición) y toda presencia de un Grafo sobre el recto está establecida afirmativamente y, en la medida en que es indeterminada, indefinidamente.

4.556 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 5. Grafos Existenciales Coloreados) : Si el Grafista deseara negar un Grafo, debe escribirlo esto sobre el reverso y entonces, antes de entregárselo al Intérprete, debe hacer una incisión, llamada un Corte, a través de la hoja todo alrededor de la instancia del Grafo que debe negarse y, entonces, debe darle vuelta a la pieza cortada, como para exponer su superficie más áspera que transporta la negativa instancia del Grafo. [...]

4.569 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 5. Grafos Existenciales Coloreados) :[...] Entonces, dado que puntos contiguos denotan los mismos objetos individuales, la extremidad de la línea de identidad sobre el área del corte es también C y el Grafo Parcial sobre esta Área afirma que, elija el Interpretante cualquier individuo que quiera, ese individuo es no C o también no es infortunado.

4.572 (6. Prolegómenos a una Apología para el Pragmatismo/ 5. Grafos Existenciales Coloreados) : [...] De todos modos, cuando se nos trae un Argumento se nos informa (lo que aparece con tanta claridad en la Transformación Inferencial de los Grafos) de un proceso por el cual las Premisas producen la Conclusión, sin informar al Intérprete de su Verdad, sino pidiéndole su asentimiento a ello. [...] La relación lógica de la Conclusión con las Premisas puede afirmarse; pero eso no sería un Argumento, el cual esencialmente pretende que se lo considere como la representación de lo que representa sólo por el hábito lógico que llevaría a cualquier Interpretante lógico a asentir a ello. Puede expresarse esto diciendo que el Interpretante Final (o cuasi-intencional) de un Argumento lo representa al representar su Objeto a la manera de un Símbolo. [...] Me parece que una afirmación y una orden no difieren esencialmente en la naturaleza de sus Interpretantes Finales ni en la del Inmediato y, en la medida en que son efectivos, en la de sus Interpretantes Dinámicos; pero esto es de interés secundario. El Nombre o cualquier Sema es meramente un sustituto de su Objeto, en uno u otro alcance, respecto del cual es uno con su Objeto. Su Interpretante Final lo representa al representar a su Objeto a la manera de un Icono, por el mero acuerdo en la idea. [...] La composición de una Proposición Condicional debe explicarse del mismo modo. El Antecedente es un Signo que es Indefinido respecto de su Interpretante; el Consecuente es un Signo que es Indefinido respecto de su Objeto. [...]

(LIBRO III. LOS ASOMBROSOS LABERINTOS)

4.623
(1.  La primera curiosidad / 2. Explicación de la primera curiosidad) : Todo lo que se requiere de la definición puede ponerse en una forma más simple omitiendo la letra M, ya que el intérprete del grafo debe entender correctamente que el discurso completo del grafista, por el momento, en cuanto se refiere a cosas y no a atributos o relaciones, hace referencia a la miembros de un sistema cíclico. [...]


Vol. 5

(PRAGMATISMO Y PRAGMATICISMO)
(LIBRO I. CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / 5.14-5.212)

5.76 (Conferencia III. Las Categorías, continuación / 1. Terceridad degradada) : El Símbolo, o forma relativamente auténtica del Representamen, se divide por Tricotomía en el Término, la Proposición y el Argumento. [...] El argumento es un representamen que no deja que se determine el interpretante como quiera la persona a la que se dirige el símbolo, sino que representa de por sí cuál sea la representación de la interpretación que se pretende que determine. Esta representación de la interpretación es, por supuesto, la conclusión. [...]

(LIBRO II. TRABAJOS PUBLICADOS / 5.213-5.463)

5.283 (Trabajo II. Algunas consecuencias de las cuatro incapacidades / 3. Signos-Pensamiento) : [...] Cuando pensamos, nosotros mismos, tal cual somos en ese momento, aparecemos como un signo. Ahora bien, un signo tiene, en cuanto tal, tres referencias: primero, es un signo para algún pensamiento que lo interpreta; segundo, es un signo por algún objeto para el cual, en ese pensamiento, es equivalente; tercero, es un signo, en algún aspecto o cualidad, que lo pone en conexión con su objeto. [...]

5.284 (Trabajo II. Algunas consecuencias de las cuatro incapacidades / 3. Signos-Pensamiento) : [...] No hay excepción, por ello, a la ley de que todo signo-pensamiento se traduce o interpreta en otro subsiguiente, salvo que todo pensamiento llega a un final abrupto y definitivo en la muerte.

(LIBRO III. TRABAJOS INÉDITOS /5.464-5.614)

5.470 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : El siguiente momento de la argumentación acerca del pragmatismo es la concepción de que todo pensamiento es un signo. [...]

5.471 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : El siguiente punto es sin embargo menos original; para no mencionar sus referencias por los comentaristas griegos de Aristóteles, hace entre seis y siete siglos que John of Salisbury habló de ello como "fere in omnium ore celebre." Es la distinción, para usar las palabras de este autor,  entre lo que un término nominat, su momento lógico, y lo que significat, su profundidad lógica. En el caso de una proposición, se trata de la diferencia entre lo que su tema denota y lo que su predicado afirma. En el caso de un argumento, se trata de la diferencia entre el estado de cosas respecto del cual sus premisas son verdaderas y el estado de cosas que se define por la verdad de su conclusión.

5.472 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : La acción de un signo pide por una atención un poco más ajustada. Permítaseme recordarles la diferencia mencionada antes entre la acción dinámica o diádica; y la acción inteligente o triádica. Un suceso, A, puede, por la fuerza bruta, producir un suceso, B; y el suceso, B, puede a su vez producir un tercer suceso, C. El hecho de que el suceso, C, ha sido producido por B no tiene ninguna influencia en la producción de B por A. Es imposible que la tuviera, ya que la acción de B al producir C es un suceso futuro contingente, en el momento en que se produce B. Tal es la acción diádica, a la que se denomina así porque cada paso afecta a un par de objetos.

5.473 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Pero cuando un microscopista duda acerca de si el movimiento de un animálculo está guiado por la inteligencia, de alguna ley u orden, siempre usa la prueba que yo aplicaba cuando iba a la escuela y supongo que todavía se hace, consistente en establecer si un suceso, A, produce un segundo suceso, B, como un medio para la producción de un tercer suceso, C, o no. [...] Supóngase, por ejemplo, un oficial de una escuadra o compañía de infantería que da la voz de mando, "Ground arms!" Esta orden es, por supuesto, un signo. Eso que ocasiona un signo se denomina el objeto (conforme al uso del habla, lo "real," o, más precisamente, el objeto existente) representado por el signo: el signo se decide para alguna clase de correspondencia con ese objeto. En este caso, el objeto que representa la orden es el deseo del oficial de que la culata de los mosquetes bajen al suelo. Sin embargo, la acción de su deseo sobre el signo no es simplemente diádica; si pensara que los soldados fueran sordomudos  o no supieran una palabra de inglés o fueran nuevos reclutas completamente inexpertos o no estuvieran dispuestos a obedecer, su deseo probablemente no produciría la voz de mando. Sin embargo, aunque esta condición se cumple con la mayor frecuencia, no es esencial a la acción de un signo. La aceleración del pulso es un síntoma probable de fiebre y el levantamiento del mercurio en un termómetro ordinario o el giro de la doble tira de metal en un termómetro metálico es una indicación o, para usar el término técnico, es un índice de un incremento en la temperatura de la atmósfera, el cual, sin embargo, actúa sobre él de un modo puramente bruto y diádico. En estos casos, no obstante, se produce una representación mental del índice, a la cual se denomina el objeto inmediato del signo; y este objeto produce triádicamente el pretendido o específico efecto del signo, estrictamente por medio de otro signo mental; y se evidencia que este carácter triádico de la acción se considera esencial por el hecho de que si el termómetro está conectado dinámicamente con un aparato de calefacción o refrigeración, como para testear uno u otro efecto, no podríamos hablar de la existencia de alguna semiosis (semeiosys) o acción de un signo, sino, por el contrario, decir que hay una "regulación automática", una idea opuesta, en nuestro pensamiento, a la de semiosis. Para el específico significado salido de un signo propongo el nombre del interpretante del signo. El ejemplo de la orden imperativa muestra que no necesita tener un modo de existencia mental. Si el interpretante es necesariamente un resultado triádico, es cuestión de palabras, o sea, de cómo limito la extensión del término "signo"; pero me parece conveniente considerar esencial para un "signo" la producción triádica del interpretante, llamando al concepto más amplio, como un telar mecánico (Jacquard loom) por ejemplo, un "cuasi-signo". En estos términos, es muy fácil (sin descender a refinamientos con los que no aburriré vuestras lecturas) ver qué es el interpretante de un signo: es todo lo que está explícito en el propio signo, aparte de su contexto y de las circunstancias de su uso. Todavía es posible dudar acerca de dónde debe trazarse la línea entre el interpretante y el objeto. Será conveniente echar un mero vistazo, que es todo lo que puede permitirse, a este tema aplicado a las proposiciones. El interpretante de una proposición es su predicado; su objeto es la cosa denotada por su tema o temas (incluido su objeto gramatical, directo e indirecto, etc.). Tómese la expresión "El niño quemado huye del fuego" ("Burnt child shuns fire"). Puede considerarse su predicado como todo lo que expresa, o como "o no ha sido quemado o huye del fuego", o como "no ha sido quemado", o "huye del fuego", o "huye", o "es verdad"; sin ser esta enumeración exhaustiva. Pero, ¿por dónde se trazará exactamente la línea? Respondo que, entendiendo a la información comunicada como el propósito de esta oración, pertenece al interpretante todo lo que describe la cualidad o carácter del hecho, y pertenece al objeto todo lo que, sin hacerlo, distingue este hecho de otros como él; mientras que una tercera parte de la proposición, quizá,  deba ser apropiada para informar acerca de la manera como se hace la afirmación, qué garantías ofrece de su verdad, etc. Pero me inclino más bien a pensar que todo esto va al tema. Desde esta perspectiva, el predicado es, "o no hay un niño o no se ha quemado, o no tiene oportunidad de huir del fuego o escapa del fuego"; mientras que el tema es, "cualquier objeto individual que el intérprete pueda seleccionar del universo de la común experiencia diaria"

5.474 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : [...] Todo hombre habita dos mundos [...] el Mundo interior, que ejerce comparativamente una débil compulsión [...] el Mundo exterior lleno de compulsiones irresistibles para nosotros [...]

5.475 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Entonces, el problema acerca de qué es el "significado" (meaning) de un concepto intelectual solo puede resolverse mediante el estudio de los interpretantes, o específicos efectos significativos de los signos. Considero que estos son de tres clases con algunas subdivisiones importantes. El primer efecto significativo de un signo es un sentimiento que produce. Casi siempre hay un sentimiento que interpretamos como evidencia de que comprendemos el debido efecto del signo, aunque fundamentar en esto la verdad es con frecuencia muy débil. Este "interpretante emocional", como lo llamo, puede contar mucho más que el sentimiento de reconocimiento; y en algunos casos, es el único efecto significativo adecuado que produce el signo. Así, la ejecución de una pieza de música de concierto es un signo. Transporta, y se pretende que transporte, las ideas musicales del compositor; pero habitualmente sólo consiste en una serie de sentimientos. Si un signo produce algún otro efecto significativo adecuado, ello será a través de la mediación del interpretante emocional y tal otro efecto siempre exigirá un esfuerzo. Llamo a éste el interpretante energético. El esfuerzo puede ser  muscular, como lo es en el caso de la orden de armas al suelo; pero es mucho más habitual un esfuerzo sobre el Mundo Interior, un esfuerzo mental. No puede existir el significado de un concepto intelectual, dado que es un acto individual, [mientras que] tal concepto es de naturaleza general. Pero, ¿qué otra clase de efecto puede haber?

5.476 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Antes de determinar la naturaleza de este efecto, será conveniente adoptar una designación para él y yo lo llamaré el interpretante lógico, sin determinar todavía si este término se extendería a algo más allá del significado de un concepto general, aunque por cierto íntimamente vinculado a él, o no. ¿Diría que este efecto puede ser un pensamiento, o sea, un signo mental? Sin duda, puede serlo; sólo que, si este signo es de una clase intelectual, como tendría que serlo, debe él mismo tener un interpretante lógico; de modo que no puede ser el interpretante lógico ultimo del concepto. Puede probarse que el único efecto mental que puede producirse así y que no es un signo sino que es de una aplicación general es un cambio de hábito; entendiendo por cambio de hábito una modificación de las tendencia de una persona a la acción, como resultado de las experiencias previas o de los esfuerzos previos de sus deseos o actos, o de un complejo de ambas clases de causa. Esto excluye las disposiciones naturales, como lo hace el término "hábito" cuando se lo usa adecuadamente; pero incluye asociaciones laterales, que pueden llamarse "trans-asociaciones" o alteraciones de la asociación y que también incluye la disociación, que habitualmente ha sido vista por los psicólogos (creo que equivocadamente) como de una naturaleza profundamente contraria a la asociación.

5.477 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Los hábitos tiene grados de vigor, que varían desde la completa disociación hasta la inseparable asociación. [...]

5.478 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Pueden distinguirse tres clases de acontecimientos que causan el cambio de hábito. Tales acontecimientos, en primer lugar, no pueden ser actos de la mente en la cual se origina el cambio de hábito, sino que lo imponen las experiencias. [...]

5.479 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : En segundo lugar, el acontecimiento que produce un cambio de hábito, aparentemente, puede ser un esfuerzo muscular. [...] Pero yo estoy persuadido de que nada semejante a un concepto puede adquirirse exclusivamente por práctica muscular. [...]

5.480 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Sin duda, todo concepto surge inicialmente cuando a un fuerte, pero más o menos vago, sentido de necesidad se sobreañade alguna experiencia involuntaria de una naturaleza sugerente; siendo sugerente tiene determinada relación oculta con la construcción de la mente. [...] Todo concepto, toda proposición general del gran edificio de la ciencia, nos llega primero como una conjetura. Estas ideas son los primeros interpretantes lógicos de los fenómenos que los sugieren y que, por sugerirlos, son signos de los cuales son los (efectivamente conjeturales) interpretantes. Pero, que no son más que esto es evidentemente una idea tardía, un ataque de duda fría que desvela el sano juicio del pensador. [...]

5.481 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : En el siguiente paso del pensamiento, esos primeros interpretantes lógicos nos estimulan hacia diversas actuaciones voluntarias en el mundo interior. Nos imaginamos a nosotros mismos en varias situaciones y animados por varios motivos; y procedemos a planificar las líneas alternativas de conducta que las conjeturas nos han abierto. Además, la propia actividad interna nos conduce a advertir diferentes modo según los que podrían modificarse levemente nuestras conjeturas. Por ello, el interpretante lógico debe estar en un tiempo relativamente futuro.

5.482 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : A esto debe añadirse la consideración de que no todos los signos tienen interpretantes lógicos, sino sólo los conceptos intelectuales y otros semejantes; y todos estos son, según me parece, ya bien generales o íntimamente conectados con generales. Esto muestra que las clases de tiempo futuro del interpretante lógico es el del modo condicional, el "sería" ("would-be").

5.483 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : En la época en que yo estaba inicialmente sorprendido por el enigma acerca de la naturaleza del interpretante lógico y buscaba el estado en que ahora está la discusión, encontrándome perplejo, se me ocurrió que si sólo pudiera encontrar una pequeña cantidad de conceptos que fueran a la vez altamente abstractos y abstrusos y la naturaleza global de cuyos significados fuera completamente incuestionable, su estudio iría suficientemente lejos como para mostrarme cómo y por qué el interpretante lógico sería, en todos los casos, un futuro condicional. [...]

5. 484 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Pero esto no nos dice en absoluto cuál es la naturaleza del efecto esencial causado sobre el intérprete, por la semio'sis ("sëmïo'sis") del signo, que constituye el interpretante lógico. (Es importante entender que entiendo por semiosis. Toda acción dinámica, o acción de la fuerza bruta, física o psíquica, se plantea ya bien entre dos sujetos [sea que reaccionan de igual modo el uno sobre el otro o uno es el agente u el otro el paciente, completa o parcialmente] o de algún modo es una resultante de tales acciones entre pares. Pero por "semiosis" yo entiendo, por el contrario, una acción o influencia que es o implica una cooperación entre tres sujetos, tales como un signo, su objeto y su interpretante, no resolviéndose de ningún modo esta influencia tri-relativa en acciones entre pares. Semeiosis, en el griego del período romano, tan remoto como el tiempo de Cicerón, si recuerdo correctamente, significa la acción de prácticamente cada clase de signo; y mi definición atribuye a cualquier cosa que actúe de ese modo el título de "signo.")

5.485 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Aunque la definición no requiere que el interpretante lógico (o, en cuanto a eso, cualquiera de los otros dos interpretantes) sea una modificación de la conciencia, nuestra falta de experiencia acerca de cualquier semiosis en la que éste no sea el caso, no nos deja otra alternativa que comenzar nuestro estudio acerca de su naturaleza general con un supuesto provisional de que el interpretante es, al menos, en todos los casos, un análogo suficientemente cercado a una modificación de la conciencia  como para mantener nuestra conclusión muy cerca de la verdad general. [...]

5.486 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : Formulado este supuesto provisional, me pregunto, dado que ya hemos visto que el interpretante lógico es general en sus posibilidades de referencia (o sea, se refiere o se lo relaciona con todo lo que pueda tener una determinada descripción), qué categorías de hechos mentales existen que sean referencias generales. Sólo puedo encontrar estas cuatro: conceptos, deseos (incluyendo esperanzas, temores, etc.), esperanzas y hábitos. Confío en no haber omitido nada importante. Ahora bien, no es una explicación de la naturaleza del interpretante lógico (el cual, como sabemos, es un concepto) decir que es un concepto. Esta objeción se aplica también al deseo y a la esperanza, en cuanto explicaciones del mismo interpretante; ya que ninguno de ellos es general de otro modo que mediante la conexión con un concepto. Además, respecto al deseo, sería fácil demostrar (si mereciera el espacio) que el interpretante lógico es un efecto del interpretante energético, en el sentido en que éste es un efecto del interpretante emocional. El deseo, por tanto, es causa y no efecto del esfuerzo. Respecto a la esperanza, se la excluye por el hecho de que no es condicional. Lo que puede equivocar respecto a una esperanza condicional es que no es más que un juicio que, bajo determinadas condiciones, sería una esperanza: no hay condicionalidad en la esperanza misma, tal como la hay en el interpretante lógico después de haberse producido. Por ello, sólo queda el hábito como la esencia del interpretante lógico.

5.487 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) :  Veamos cómo, conforme a la regla derivada de los conceptos matemáticos (y confirmada por otros), se produce este hábito; y qué clase de hábito sea. [...] Toda persona sana vive en un doble mundo, el externo y el interno, el mundo de los perceptos y el mundo de la imaginación. [...] ...el importante principio de que las reiteraciones en el mundo interno (reiteraciones imaginarias) si están bien intensificadas por el esfuerzo directo, producen hábitos, tal como ocurre con las reiteraciones en el mundo externo; y estos hábitos tendrán poder para influir en el comportamiento concreto en el mundo externo; especialmente si cada reiteración está acompañada por un esfuerzo fuerte y específico que habitualmente se compara a la emisión de una orden al propio futuro de uno.

5.488 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) :  Aquí le debo a mi paciente lector una confesión. Consiste en que cuando digo que aquellos signos que tienen un interpretante lógico son o bien generales o muy próximamente conectados con los generales, éste era un resultado no científico, sino sólo una fuerte impresión debida al estudio a lo largo de la vida acerca de la naturaleza de los signos. Mi excusa para no responder a la pregunta científicamente es que soy, en la medida en que lo se, un pionero o, más bien, un habitante de los bosques, en el trabajo de esclarecer y descubrir lo que llamo semiótica, o sea, la doctrina de la naturaleza esencial y las variedades fundamentales de las semiosis posibles; y encuentro el campo demasiado vasto, el trabajo demasiado grande, para un recién llegado. [...] 

5.489 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) :  No se supone que a cada presentación de un signo capaz de producir un interpretante lógico, tal interpretante se produzca efectivamente. La ocasión puede ser demasiado temprana o demasiado tardía. Si es demasiado temprana, la semiosis no habrá llegado tan lejos, siendo suficiente los otros interpretantes para las simples funciones para las que se usa el signo. Por otra parte, la ocasión llegará demasiado tarde si el intérprete ya estaba familiarizado con el interpretante lógico, de modo que lo recordará en su mente mediante un proceso que no le proporciona indicios acerca de cómo se produjo inicialmente. Además, la mayoría de las oportunidades en las que la formación de los interpretantes lógicos tienen lugar son muy inadecuadas para servir como ilustración del proceso, porque en ellas los aspectos esenciales de esta semiosis están enterrados en masas de semiosis accidentales escasamente relevantes, que se han mezclado con la primera. [...]

5.490 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : [...] Bajo el fuerte estímulo de su interés por este problema y con la destreza práctica que hemos supuesto que posee para colorear los mapas sin estar obligado con demasiada frecuencia a regresar y alterar el color que había asignado a determinadas regiones, no tenemos duda de que nuestro investigador estaría lanzado a un estado de alta actividad en el mundo de la imaginación, respecto a la experimentación sobre mapas coloreados, al tratar de comprender qué regla subconsciente lo guía y lo hace tan exitoso como habitualmente lo es; y al tratar, también, de descubrir qué regla ha violado en cada caso en que tuvo que cambiar su primera coloración. Esta actividad es, lógicamente, un interpretante energético del interrogatorio que se plantea a sí mismo. [...] 

5.491 (Capítulo 1. Un panorama del pragmatismo / 3. Interpretantes lógicos) : En todo caso, después de algunos preliminares, la actividad toma la forma de la experimentación en el mundo interior; y la conclusión (si llega a un conclusión definitiva) es que, bajo determinadas condiciones, el intérprete habrá formado el hábito de actuar de un modo dado siempre que pueda desear una clase dada de resultado. La conclusión lógica efectiva y viva es ese hábito; la formulación verbal meramente lo expresa. No niego que un concepto, proposición o argumento puede ser un interpretante lógico. Sólo insisto en que éste no puede ser el interpretante lógico final, por la razón de que él mismo es un signo de la misma clase que tiene él mismo un interpretante lógico. El hábito sólo, aunque puede ser un signo de algún otro modo, no es un signo en el sentido en que es signo ese signo del cual él es el interpretante lógico. El hábito se une con el motivo y las condiciones que tiene la acción como su interpretante energético; pero la acción no puede ser un interpretante lógico, porque le falta generalidad. El concepto que es un interpretante lógico lo es sólo imperfectamente. De algún modo comparte la naturaleza de una definición verbal y es inferior respecto del hábito y en gran parte del mismo modo que una definición verbal es inferior a la definición efectiva. El hábito deliberadamente construido, auto-analizado (auto-analizado en cuanto está formado con la ayuda del análisis de los ejercicios que lo nutren) es la definición viva, el verdadero y final interpretante lógico. Consecuentemente, la explicación más perfecta de un concepto que las palabras pueden transportar consistirá en una descripción del hábito que se calcula que ese concepto puede producir. Pero, ¿de qué otra manera puede describirse un hábito que mediante una descripción de la clase de acción a la cual de lugar, con la especificación de las condiciones y del motivo?

5.569 (Capítulo 5. La verdad / 3. Definiciones de verdad) : Pero aunque fuera imposible distinguir entre verdad y realidad, esto no nos impediría definir en qué consiste la verdad. Verdad y falsedad son marcas aprisionadas en proposiciones. Una proposición es un signo que indica, individualmente, su objeto. Así, un retrato con el nombre del modelo debajo es una proposición. Afirma que si alguien lo mira, puede formarse una razonablemente correcta idea de cómo se ve el original. Un signo es sólo un signo in actu en virtud de recibir una interpretación, o sea, en virtud de determinar otro signo del mismo objeto. Esto es verdad tanto de los juicios mentales como de los signos externos. Decir que una proposición es verdadera es decir que toda interpretación de ella es verdadera. Dos proposiciones son equivalentes si cualquiera puede haber sido un interpretante de la otra. A esta equivalencia, como otras, se la concibe, mediante un acto de abstracción (en el sentido según el cual concebir un nombre abstracto es una abstracción), como la identidad. Y hablamos de creer en una proposición al tener en mente una colección completa de proposiciones equivalentes con sus interpretantes parciales. Así, se dice que  dos personas tienen en mente la misma proposición. El interpretante de una proposición es él mismo una proposición. Una inferencia necesaria a partir de una proposición es un interpretante de ella. Cuando hablamos de verdad o falsedad, nos referimos a la posibilidad de que la proposición sea refutada; y esta refutación (hablando burdamente) ocurre de una sola manera. O sea, un interpretante de la proposición produciría, si se cree en ella, la expectativa de una determinada descripción del percepto en una determinada ocasión. La ocasión llega: el percepto que tenemos que aceptar es diferente. Esto constituye la falsedad de toda proposición de la cual la predicción frustrada era el interpretante. Por tanto, una proposición falsa es una proposición de la cual algún interpretante representa que, en una ocasión que éste indica, un percepto tendrá un determinado carácter, mientras que el juicio perceptual inmediato en esa ocasión establece que el percepto no tiene ese carácter. Una proposición verdadera es una proposición la creencia en la cual nunca conduciría a tal frustración, mientras no se entienda a la proposición de un modo distinto a como se pretendía. 


Vol. 6

(METAFÍSICA CIENTÍFICA)
(LIBRO I. ONTOLOGÍA Y COSMOLOGÍA)

6.347 (B. SINEQUISMO Y AGAPISMO / Capítulo 12. Notas sobre metafísica / 6. Modos de ser) : La multitud de formas del Ser triádico es tan tremenda que habitualmente rehuyo de la tarea de enumerarlas; y para el objetivo presente una enumeración sería peor que superflua: sería un gran inconveniente. En otro trabajo, intenté dar una definición formal de un signo, que había producido mediante arduo y largo trabajo. Omitiré su explicación aquí. Es suficiente con decir que un signo pretende representar, al menos en parte, a un Objeto, el que por ello es, en cierto sentido, la causa o determinante del signo, incluso aunque el signo represente a su objeto falsamente. Pero decir que representa a su Objeto implica que influye en una mente, e influye de modo tal que, en algún sentido, determina en esa mente algo que es debido inmediatamente al Objeto. Esta determinación cuya causa inmediata o determinante es el Signo y cuya causa mediata es el Objeto puede denominarse el Interpretante...


Vol. 7


Vol. 8

(RESEÑAS, CORRESPONDENCIA Y BIBLIOGRAFÍA)
(LIBRO I. RESEÑAS)

8.119 (6. Josiah Royce, El mundo y el individuo / 2. Segunda serie: naturaleza, hombre y el orden moral) : La teoría del Prof. Royce, esbozada rudimentariamente, es esta: "Una Idea es cualquier estado de la mente que tiene un significado consciente." En cuanto al "significado", los lógicos han reconocido, desde los tiempos de Abelardo y antes, que hay una cosa a la que cualquier signo, externo o interno, representa, y otra cosa que significa; su amplitud denotada, su profundidad "connotada". Ellos han sostenido además, respecto de los signos más importantes, que la profundidad o significación es intrínseca, la amplitud extrínseca. [...] Pero al analizar la naturaleza general de los signos, se hará necesario distinguir radicalmente distintas clases de signos. Un signo puede servir como un signo simplemente porque se parece a su objeto [n14 (Ed.) Peirce llamó generalmente a tales signos "iconos"]. [...] Hay otros signos que son tales por estar efectivamente conectados con sus objetos [n15 (Ed.) A estos Peirce los denominó generalmente "índices"]. [...] Hay, sin embargo, una tercera clase de signos totalmente diferentes, que son tales no por alguna característica propia en cuanto cosas, ni por alguna conexión con sus objetos, sino simplemente en virtud de estar representados como signos [n16 (Ed.) A estos Peirce los denominó generalmente "símbolos"]. Así, la palabra "cucú" presenta una semejanza con el pájaro; pero su onomatopeya es un mero accidente de su origen. [...] Tales signos pueden tener poco o mucho significado interno y significado externo, pero tienen una tercera clase de significado que consiste en el carácter del signo interpretante que determinan. Este es su principal significado. Lo que el Prof. Royce llama una "idea" es un signo de esta clase. [...] Ahora bien, un estado intencional de la mente es uno que significa algo en virtud de pretender que se lo interprete en una escritura [notarial]. Por ello, aunque una idea tiene ciertamente su significado interno y externo, sin embargo su significado principal es de una clase diferente de esas dos.

8.177 (10. Lady Welby, ¿Qué es el significado?) : Un Signo es un Cognoscible que, por una parte, está determinado (o sea, especializado, bestimmt) de modo tal por algún otro que no es él mismo, llamado su Objeto, mientras que, por otra parte, determina de tal modo a alguna Mente actual o potencial, determinación a la cual llamo el Interpretante creado por el Signo, que esa Mente Interpretante está determinada mediatamente por el Objeto.

8.179 (10. Lady Welby, ¿Qué es el significado?) : Pasemos ahora al interpretante. Estoy lejos de haber explicado completamente lo que es el Objeto del Signo; pero he alcanzado el punto en el que una mayor explicación debe suponer alguna comprensión de lo que sea el Interpretante. El Signo crea algo en la Mente del Intérprete, lo cual, al haber sido creado por el signo, ha sido, de un modo mediato y relativo, creado también por el Objeto del Signo, aun cuando el Objeto es esencialmente otra cosa que el Signo. Y a esta criatura del Signo se le llama el Interpretante. Lo crea el Signo; pero no el Signo en cuanto miembro de cualquiera de los Universos a los que pertenece; sino que ha sido creado por el Signo en su capacidad de llevar la determinación [impuesta] por el Objeto. Lo crea una Mente (veremos en qué medida esta mente debe ser efectiva). Toda esta parte de la comprensión del Signo para la cual la Mente Interpretadora necesita de observación colateral esta fuera del Interpretante. No entiendo por "observación colateral" familiaridad con el sistema de los signos. Lo que así se recoge no es COLATERAL. Por el contrario, es el prerrequisito para captar alguna idea significada por el signo. Pero por observación colateral entiendo la familiaridad previa con lo que el signo denota. Así, si el Signo es la oración "Hamlet estaba loco", para entender lo que esto significa se debe saber que los hombres a veces están en un estado extraño; se tiene que haber visto locos o leído acerca de ellos; y será mucho mejor si específicamente se conoce (y no se necesita llegar a suponer) lo que era la noción de insanía de Shakespeare. Todo esto es observación colateral y no es parte del Interpretante. Pero, juntar los diversos aspectos que el signo representa como relacionados, esto es lo principal (o sea, el vigor) de la construcción del Interpretante. [...] Pero lo que el escritor quiere señalar, supuesto que se tiene toda la información colateral necesaria, es decir la cualidad del elemento simpatético de la situación, generalmente algo muy familiar (un algo que probablemente nunca se realizó tan claramente antes), eso es el Interpretante del Signo, su "significancia".

8.180 : (10. Lady Welby, ¿Qué es el significado?) : Ahora bien, todo está, hasta aquí, muy revuelto por la falta de determinadas diferencias que procedo a señalar, aunque será arduo hacerlas completamente comprensibles.

8.181 (10. Lady Welby, ¿Qué es el significado?) : En primer lugar debe observarse que, en la medida en que el Signo denota al Objeto, no pide una inteligencia o Razón especial por parte de su Intérprete. [...] Conocer el Interpretante, que es lo que el mismo signo expresa, puede requerir el máximo poder de razonamiento.

8.182 (10. Lady Welby, ¿Qué es el significado?) : En segundo lugar, para adquirir nociones más claras de lo que es en general el Objeto de un Signo y lo que es en general el Interpretante, es necesario distinguir dos sentidos de "Objeto" y tres de "Interpretante". Sería mejor llevar esta división más allá; pero estas dos divisiones son suficientes para ocupar el resto de mis años...

8.184 (10. Lady Welby, ¿Qué es el significado?) : Respecto del Interpretante, o sea, la "significación" o, más bien, "interpretación", de un signo, debemos diferenciar uno Inmediato y uno Dinámico, como tuvimos que hacer con los Objetos Inmediato y Dinámico. Pero también debemos observar que hay una tercera clase de Interpretante, al que llamo Interpretante Final, porque es ese que finalmente se decidiría que es la verdadera interpretación si el tratamiento del tema fuera llevado tan lejos que se alcanzara una opinión definitiva. Mi amiga Lady Welby ha dedicado, ella me lo dijo, toda su vida al estudio de los significados (significs), que es lo que describiría como el estudio de la relación de los signos con sus interpretantes; pero me parece que ella se ocupó principalmente del estudio de las palabras. Ella también llega a la conclusión de que hay tres sentido según los que las palabras pueden interpretarse. Los llama Sentido (Sense), Significado (Meaning)y Significación (Significance).  La significación es el más profundo y elevado de ellos y así concuerda con mi Interpretante Final; y Significación me parece un excelente nombre para él. Sentido parece ser el análisis lógico o definición, para lo cual yo preferiría meter el viejo término de Acepción (Accepcion) o Aceptación (Acceptation). Por Significado (Meaning) ella entiende la intención del emisor.

8.185 (10. Lady Welby, ¿Qué es el significado?) : Pero me parece que todos los síntomas de enfermedad, los signos del tiempo, etc., no tienen emisor. No creo que podamos decir adecuadamente que Dios pronuncia algún signo ya que Él es el Creador de todas las cosas. Pero cuando [Lady Welby] dice. como lo hace, que esto está conectado con la Volición, ya a mi vez observo que el elemento volicional de la Interpretación es el Interpretante Dinámico. En la Segunda Parte de mi Ensayo sobre el Pragmatismo, en The Popular Science Monthly de noviembre de 1877 y Enero de 1878, planteo tres grados de esclarecimiento de la Interpretación. El primero era una familiaridad tal que otorgaba a una persona familiaridad con un signo y aptitud para usarlo o interpretarlo. En síntesis, es la Interpretación en el Sentimiento. El segundo era el Análisis Lógico = el Sentido de Lady Welby. El tercero... el Análisis Pragmatístico, parecería ser un Análisis Dinámico, pero se lo identifica con el Interpretante Final.

(LIBRO II. CORRESPONDENCIA)

8.314 (5. Para William James / 5. Signos) : [14 de marzo, 1909] Debe diferenciarse entre el Objeto Inmediato, o sea, el Objeto en cuanto representado en el signo, y el Real (no; porque quizá el Objeto sea completamente ficticio; por ello debo elegir un término distinto), digamos más bien el Objeto Dinámico, al que, por la naturaleza de las cosas, el signo no puede expresar, al cual sólo puede indicar y dejar que el intérprete lo encuentre por experiencia colateral. Por ejemplo, apunto con mi dedo hacia lo que quiero dar a entender, pero no puede hacer saber a mi compañero lo que quiero dar a entender si él no puede verlo o, si viéndolo no puede, en su mente, separarlo de los objetos que lo rodean en el campo visual. Es inútil intentar debatir la autenticidad y posesión de una personalidad por debajo de la presentación histriónica de Theodore Roosevelt con una persona recientemente llegada de Marte y que nunca haya oído nada acerca de Roosevelt. Una diferencia semejante puede hacerse respecto del Interpretante. Pero respecto de este Interpretante, la dicotomía no es en modo alguno suficiente.  Por ejemplo, supongamos que me despierto en la mañana antes que mi mujer y que, después, ella se levanta y pregunta, "¿Qué clase de día hace?"  Este es un signo cuyo Objeto, tal como se dice, es el tiempo en ese momento, pero cuyo Objeto Dinámico es la impresión que yo tengo, derivada presumiblemente de atisbar por entre las cortinas de la ventana. Cuyo Interpretante, tal como se dice, es la cualidad del tiempo, pero cuyo Interpretante Dinámico es mi respuesta a su pregunta. Pero, más allá de esto, hay un tercer Interpretante. El Interpretante Inmediato es lo que expresa la pregunta, todo lo que expresa directamente y que yo antes he reproducido imperfectamente. El Interpretante Dinámico es el efecto real que ello ejerce en mí, su intérprete. Pero su Significado, el Interpretante Último o Final es su propósito al preguntarlo, qué efecto tendrá su respuesta respecto de sus planes para el día que sigue. Yo responde, supongamos: "Es un día tormentoso." Aquí hay otro signo. Su Objeto Inmediato es la noción del tiempo actual en la medida en que es común para su mente y la mía; no su carácter, sino su identidad. El Objeto Dinámico es la identidad de las condiciones meteorológicas reales o Verdaderas. en el momento. El Interpretante Inmediato es el esquema en su imaginación, o sea, la Imagen vaga o lo que hay en común entre las diferentes Imágenes de un día tormentoso. El Interpretante Dinámico es la decepción o cualquier efecto real que esto tenga sobre ella. El Interpretante Final es la suma de las Enseñanzas de la réplica, Moral, Científica, etc. Por tanto, es fácil ver que mi intención al diseñar este triple modo, "trivialis"  diferencia, se refiere a una triple diferencia efectiva e importante y sin embargo muy brumosa y que requiere mucho estudio antes de hacerla perfecta. Lady Welby ha sostenido la misma diferencia efectiva en su "Sentido, Significado y Significación", pero lo concibe tan imperfecta como yo, si bien imperfecta de otro modo. Su Sentido es la impresión producida o que normalmente se produce. Su significado es lo que se intenta, su propósito. Su Significación es el verdadero resultado final.

8.315 (5. Para William James / 5. Signos) : ...permítaseme aportar un pequeño agregado explicativo acerca de mi distinción entre los Interpretantes Inmediato, Dinámico y Final... El Interpretante Dinámico es cualquier interpretación que realiza efectivamente alguna mente de un signo. Este Interpretante deriva su carácter de la categoría Diádica, la categoría de la Acción. Esta tiene dos aspectos, el Activo y el Pasivo, que no son meramente aspectos opuestos sino que establecen un contraste relativo entre diversas influencias de la Categoría en cuanto Más Activa y Más Pasiva. En psicología esta categoría marca la Molición [8.303: ...lo que llamo Molición, que es la volición menos todo deseo y propósito, la mera conciencia de esfuerzo de cualquier clase] en su aspecto activo de una fuerza y en su aspecto pasivo como una resistencia. Cuando una imaginación, un sueño diurno enciende la ambición de un joven u cualquier otra pasión activa, esto sería una variedad más Activa de su Interpretación Dinámica del sueño. Cuando una novedad excita su sorpresa, y el escepticismo que acompaña a la sorpresa, esto sería una variedad más Pasiva del Interpretante Dinámico. No estoy hablando de los sentimientos de pasión o de sorpresa en cuanto cualidades. Esas cualidades no son parte del Interpretante dinámico. Más bien las agitaciones de la pasión y de la sorpresa son los verdaderos Interpretantes dinámicos.  Así, la sorpresa de nuevo tiene su variedad Activa y Pasiva; la primera cuando lo que se percibe choca positivamente con la expectativa, la última cuando, no habiendo expectativa positiva sino sólo la ausencia de alguna sospecha de que ocurra algo fuera de lo común, completamente inesperado; como un eclipse total de sol que no se había previsto. Toda sorpresa implica una resistencia a aceptar el hecho. Uno se frota los ojos, como Shaler solía hacer, decidido a no admitir lo observado hasta que es evidente que se está obligado a hacerlo. Así, toda interpretación real es diádica... [Como] dice el pragmaticismo... (una parte del pragmaticismo, ya que el Pragmaticismo no es exclusivamente una opinión acerca del Interpretante Dinámico), ... dice, respecto de algo, que el significado de algún signo para alguien consiste en el modo como reacciona al signo. Cuando el capitán de infantería da la orden "¡Armas al suelo!" el Interpretante dinámico está en el golpe de los mosquetes contra el piso o más bien consiste en el Acto de sus Mentes. En sus formas {Activa/Pasiva}, el Interpretante Dinámico aproxima indefinidamente el carácter del Interpretante {Final/Inmediato}; y no obstante la diferencia es absoluta. El Interpretante Final no consiste en el modo como alguna mente actúa sino en el modo como toda mente actuaría. O sea, consiste en una verdad que puede expresarse mediante una proposición condicional de este tipo: "Si a alguna mente le ocurriera tal y tal cosa, este signo decidiría tal y tal conducta en esa mente." Por "conducta" entiendo acción bajo una intención de auto control. No constituyen la verdad de esta proposición condicional ningún acontecimiento que le ocurra a alguna mente, ni ninguna acción de alguna mente. En Interpretante Inmediato consiste en la Cualidad de la Impresión que un signo es apto para producir, no en ninguna reacción real. Así, los Interpretantes Inmediato y Final me parecen completamente distintos del Interpretante Dinámico y entre sí. Y si hubiera una cuarta clase de Interpretante en pie de igualdad con estos, debería haber una terrible ruptura de mi retina mental, ya que no puedo verlo en absoluto.

8.332 (8. Para Lady Welby / 1. Acerca de los Signos y de las Categorías) : No me he dedicado suficientemente al estudio de las formas degradadas de Terceridad, aunque pienso que hay dos grados diferentes de degradación. En su forma genuina, la Terceridad es la relación triádica existente entre un signo, su objeto y el pensamiento que lo interpreta, él mismo un signo, en cuanto constituido según el modo de ser de un signo. Un signo media entre el signo interpretante y su objeto. Tomando signo en su sentido más amplio, su interpretante no es necesariamente un signo. Cualquier concepto es un signo, por supuesto. Ockham, Hobbes y Leibniz lo ha dicho suficientemente. Pero se puede tomar al signo en un sentido suficientemente amplio como para que su interpretante no sea un pensamiento, sino una acción o experiencia, o incluso se puede amplia el significado de signo como para que su interpretante sea una mera cualidad o sentimiento. Un Tercero es algo que pone a un Primero en relación con un Segundo. Un signo es una especie de Tercero. ¿Cómo lo caracterizaríamos? ¿Diríamos que un Signo pone a un Segundo, su Objeto, en relación cognitiva con un Tercero? ¿Que un Signo pone a un Segundo en la misma relación con un primero en la que él mismo está con ese Primero? [...] Me parece que la función esencial de un signo es transformar a las relaciones ineficientes en eficientes, no ponerlas en acción, sino establecer una hábito o regla general por la cual actuarán en su momento. [...] Por esto, un signo es un objeto que está en relación con su objeto por una parte y con su interpretante por otra, de modo tal como para poner al interpretante en una relación tal con el objeto, que se corresponda con su propia relación con el objeto. Puedo decir "semejante a su propia" ya que una correspondencia consiste en una semejanza; pero quizá correspondencia es más estricta.

8.333 (8. Para Lady Welby / 1. Acerca de los Signos y de las Categorías) : Ahora estoy preparado para ofrecer mi división de los signos, tan pronto como haya establecido que un signo tiene dos objetos, su objeto tal como está representado y su objeto en sí mismo. Tiene también tres interpretantes, su interpretante en cuanto representado o destinado a ser entendido, su interpretante en cuanto producido y su interpretante en sí mismo. Ahora bien, los signos pueden dividirse según su propia naturaleza material, según sus relaciones con sus objetos y según sus relaciones con sus interpretantes.

8.335 (8. Para Lady Welby / 1. Acerca de los Signos y de las Categorías) : [...] Defino al Símbolo como un signo que está determinado por su objeto dinámico sólo en el sentido de que así será interpretado. Por tanto, depende de una convención, un hábito o una disposición natural de su interpretante o del campo de su interpretante (aquel del cual el interpretante es una determinación). Todo símbolo es necesariamente un legisigno; no es correcto llamar a un símbolo la réplica de un legisigno.

8.337 (8. Para Lady Welby / 1. Acerca de los Signos y de las Categorías) : Atendiendo a su relación con su interpretante significado, un signo es ya bien un Rhema, un Dicente o un Argumento. Esto se corresponde con la vieja división, Término, Proposición y Argumento. [...] Por tanto, defino un argumento como un signo que está representado en su interpretante significado no como un Signo de ese interpretante (la conclusión) sino como si fuera un Signo del Interpretante o quizá como si fuera un Signo del estado del universo al que se refiere, en el que las premisas es toman como garantizadas. Defino un dicente como un signo representado en su interpretante significado como si estuviera en una Relación Efectiva con su Objeto. (O estándolo, si se lo afirma.) A un rhema lo defino como un signo que está representado en su interpretante significado como si fuera un carácter o marca (o siéndolo).

8.338 (8. Para Lady Welby / 1. Acerca de los Signos y de las Categorías) : Según mi actual perspectiva, un signo puede apelar a su interpretante dinámico de tres modos:

1º, un argumento sólo puede remitirse a su interpretante como algo cuya razonabilidad se conocerá.
2º, un argumento o dicente puede ser reclamado por el interpretante por un acto de insistencia.
3º, un argumento o dicente puede, y el rhema sólo puede, presentarse al interpretante para contemplación.

8.339 (8. Para Lady Welby / 1. Acerca de los Signos y de las Categorías) : Finalmente, en su relación con su interpretante inmediato, yo dividiría los signos en tres clases, como sigue:
1º, aquellos que son interpretables en pensamientos u otros signos de la misma clase en series infinitas,
2º, aquellos que son interpretables en experiencias reales,
3º, aquellos que son interpretables en cualidades de sentimientos o apariencias.

8.343 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos) : Me parece que  uno de los primeros pasos útiles hacia una ciencia de la semeiótica o la cenoscópica ciencia de los signos [8.342: estudios cenoscópicos (o sea, aquellos estudios que no dependen de nuevas observaciones especiales)] , debe ser una precisa definición o análisis lógico de los conceptos de la ciencia. Defino un Signo como algo que, por una parte, está de tal modo determinado por un Objeto y, por otra, determina de tal modo una idea en la mente de una persona, que esta última determinación, que llamo el Interpretante del signo, está por ello determinado de modo mediato por ese Objeto. Un Signo, por tanto, tiene una relación triádica con su Objeto y con su Interpretante. Pero es necesario diferenciar el Objeto Inmediato u Objeto tal como el Signo lo representa, del Objeto Dinámico u Objeto efectivamente eficiente pero no inmediatamente presente. Igualmente se requiere diferenciar el Interpretante Inmediato, o sea, el Interpretante representado o significado en el Signo, del Interpretante Dinámico o efecto realmente producido en la mente por el Signo; y a ambos del Interpretante Normal o efecto que se produciría en la mente por el Signo después del suficiente desarrollo del pensamiento. Baso en estas consideraciones un reconocimiento de los diez aspectos en los que los Signos pueden dividirse. No digo que estas divisiones sean suficientes. [...]

8.344 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos) : los diez aspectos según los cuales se determina las principales divisiones de los signos son los siguientes:

1º, Según el Modo de Aprehensión del propio Signo,
2º, Según el modo de Presentación del Objeto Inmediato,
3º, Según el Modo de ser del Objeto Dinámico,
4º, Según la Relación del Signo con su Objeto Dinámico,
5º, Según el Modo de Presentación del Interpretante Dinámico,
6º, Según el Modo de Ser del Interpretante Dinámico,
7º, Según la Relación del Signo con el Interpretante Dinámico,
8º, Según la Naturaleza del Interpretante Normal,
9º, Según la Relación del Signo con el Interpretante Normal,
10º, Según la Triádica Relación del Signo con su Objeto Dinámico y con su Interpretante Normal.

 8.346 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : I. Un Signo está necesariamente presente, en sí mismo, para la Mente de su Intérprete. Ahora bien, hay tres modos enteramente diferentes según los cuales los Objetos están presentes ante las mentes [...]

8.349 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : II. ... Los Objetos pueden presentarse de tres modos [...]

8.366 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : III. Respecto a la Naturaleza de su Objeto Dinámico, encuentro que los Signos pueden ser [...]

8.368 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : IV. La cuarta Tricotomía es la que uso con mayor frecuencia: Icono, Índice, Símbolo. Las otras seis tricotomías se relacionan con los Interpretantes [...]

8.369 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : V. Según la naturaleza del Interpretante Inmediato (¿o Experimentado?), un Signo puede ser: Eyaculativo, o que proporciona meramente la expresión al sentimiento; Imperativo, lo que incluye, por supuesto, los Interrogativos; Significativo.
Pero, más tarde, hice con estos la 7ª Tricotomía y sustituí, con grandes dudas, para la 5ª: Hipotético, Categorial, Relativo.

8.370 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : VI. Según la Naturaleza del Interpretante Dinámico: Simpatético o Congruente; Chocante o Percuciente; Usual.

8.371 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : VII. Según la Manera de Apelar al Interpretante Dinámico: Sugestivo, Imperativo, Indicativo.

8.372 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : VIII. Conforme al Propósito del Interpretante Eventual: Gratificante; Para producir la acción; Para producir el auto control.

8.373 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : IX. Según la Naturaleza de la Influencia del Signo: Sema (Seme), como un signo simple; Fema (Pheme), con antecedente y consecuente; Deloma (Delome), con antecedente, consecuente y principio de secuencia.

8.374 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : Según la Naturaleza de Confianza de la expresión: confianza del Instinto: confianza de la Experiencia; confianza de la Forma.

8.375 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : No sé si esta tricotomías le sugerirán algo o no. No dudo que usted ha estudiado las relaciones con los Interpretantes en algunas direcciones más ampliamente que yo...

8. 378 (8. Para Lady Welby / 2. Acerca de la clasificación de los signos / Las diez principales tricotomías de signos) : El hecho de que yo haya tomado en consideración esta idea muestra cuán cerca estamos usted y yo. "Significativo" (Significs) me suena más limitado que Semeiótica (Semeiotic), ya que la significación es solo una de las dos funciones principales de los signos; como observa el elegante y correcto John of Salisbury, al referirse a "quod fere in omnium ore celebre est, aliud scilicet esse quod appellatiua significant, et aliud esse quod nominant. Nominantur singularia, sed uniuersalia significntur." (Metalogicus II. xx. Copia de la ed. de 1620.) Así, significativo parece limitarse al estudio de las relaciones de los Signos con sus Interpretantes; y presumo que usted así lo limita. [...]

[Traducción, Juan Magariños de Morentin]