Entre el recorrido y el entorno: el objeto en el Museo

El caso del Museo de la Patagonia; la fundación de San Carlos de Bariloche. *

 

Irene Silin

Universidad Nacional de La Plata

Equipo virtual de Investigación

 

Introducción

 

El presente trabajo se inscribe dentro del proyecto de investigación: ¨El Museo: patrimonio y sociedad; conocimiento y comunicación¨, e intenta aplicar los aportes metodológicos desarrollados por Juan Ángel Magariños de Morentín[1], vinculados a las relaciones posibles y manifiestas del objeto de Museo.

El objetivo de esta investigación está vinculado al estudio de la significación (dentro del marco del Museo de la Patagonia, Bariloche, Río Negro) del objeto-concepto San Carlos de Bariloche, acotando su alcance, al momento fundacional de dicha ciudad.

En este sentido, lo que aquí se intenta desarrollar, es cómo, de qué manera, y a partir de qué relaciones contextuales, con su entorno, con su mostración y con el recorrido en el cual se inscribe,  el objeto (San Carlos de Bariloche, momento fundacional) exhibido en el Museo antes mencionado, significa algo para un visitante posible.

De esta manera,  y a partir de lo expresado, el recorrido, el entorno, y la propia mostración del objeto, son los ejes analíticos, a partir de los cuales se reflexionará en el presente trabajo.

 

Descripción del espacio

 

El visitante entra al Museo y  encuentra, en planta baja y a la derecha, la sala de Ciencias Naturales. Si gira hacia la izquierda, ve una escalera que comunica con el primer piso, y con el resto del Museo.

En el piso superior el recorrido comienza con la vida pública y obra de Francisco Pascasio Moreno, junto a una reconstrucción de lo que habría sido el despacho del creador del Parque Nacional.

Si volvemos hacia el punto inicial del piso superior, donde termina la escalera, se visualiza un pasillo, el cual va a ser la columna vertebral del recorrido. Su primer tramo, está utilizado como galería, en donde se exponen recortes de diarios, fotos y objetos referidos a la constitución del Parque Nacional Nahuel Huapi. En la mitad de este corredor se encuentran dos aberturas, una en cada costado; la de la izquierda comunica a la sala de Prehistoria y  la de la derecha a la Sala de Exposiciones temporarias.

En la Primera se pueden encontrar fósiles, restos de objetos utilizados por los indígenas patagónicos, como vasijas, puntas de flechas, boleadoras, etcétera, acompañados de textos explicativos y mapas que indican los movimientos y poblamientos de la zona.

En la sala de enfrente, sala de muestras itinerantes,  en el momento de realizar la investigación, se expone cerámica norteña.

Al finalizar este pasillo, hallamos una escalera que comunica con la Sala de Etnografía.  En este punto, el visitante puede observar producciones textiles, platería, fotografías y la historia y costumbres de cada uno de los  cinco grupos étnicos que poblaron la Patagonia  como así también las relaciones entre las distintas culturas. En el fondo de este lugar, en la entrada a la Sala siguiente, del lado derecho, se puede leer un texto introductorio, que desarrolla las razones por las cuales se realizó la Conquista del Desierto. Luego, dentro de una vitrina, se  observa una armadura perteneciente a un conquistador español del siglo XVII, junto a otros objetos menores y la leyenda de la Ciudad de los Césares (mito similar al del Dorado, en Centroamérica). Por último, junto a estos objetos, hay un telar mapuche.

 

La siguiente es la Sala de Historia. A diferencia de las anteriores, hay un recorrido propuesto. Frente a una vitrina de dos metros de altura, se visualiza una flecha cerca del suelo, que propone que la circulación continúe por la izquierda. En este espacio se reconstruye lo que fue la Conquista del Desierto, a partir de ropas, armas, objetos personales de militares e indígenas, y la recuperación del contexto social económico y político de la época, con  fotografías y textos; desde el inicio de la expansión pampeana, hasta la rendición de los últimos caciques patagónicos. En este punto, luego de rodear la mitad de la alta vitrina, el visitante se encuentra en un espacio ambiguo, el cual ofrece varios recorridos, si bien, hay una intención manifiesta pero poco clara, de uno en particular. Puede continuar rodeando la vitrina, lo cual lo lleva directamente a la formación del Parque Nacional Nahuel Huapi, a los años posteriores a la fundación de Bariloche y nuevamente al inicio de la Sala, o por el contrario, seguir la propuesta del Museo: doblar hacia la izquierda y dirigirse al fondo y final de la sala Histórica.

 

Este condicionamiento físico y arquitectónico es fundamental para explicar el significado que adquiere el objeto elegido. En primer lugar marca una ruptura del recorrido. Un final simbólico en la cadena de hechos cronológicos que se viene proponiendo. Si bien el recorrido continúa, el visitante puede construir un arco histórico y la finalización de una etapa. Podemos suponer que éste realiza una síntesis de la Conquista del Desierto. Sea cual sea la elección del recorrido, en este momento se produce una ruptura respecto de la conexión que pueda establecerse con el objeto o tema siguiente.

 

Bifurcaciones (Posibles recorridos)

 

Un primer recorrido físico se concreta si el visitante no sigue el camino propuesto. Éste se encontrará con un salto histórico importante, ya que irá directamente a la vitrina titulada Bariloche, Ciudad Industrial, que se ubica históricamente en el segmento 1900-1910, y luego hacia las primeras décadas del Siglo, creación del Parque Nacional y llegada del FFCC. Al tener que volver sobre sus pasos para finalizar el recorrido, el visitante tendrá que ubicar el eslabón que falta en la cadena histórica, la Fundación de Bariloche (1902, y los años previos a la misma), por su cuenta, lo que implica un esfuerzo mayor frente a la información y los datos que se exponen. 

 

Un segundo recorrido se efectiviza si el visitante elige el camino propuesto y se dirige hacia el fondo de la sala. Esta elección, es la que nos permite reflexionar con mayor riqueza acerca de la significación del objeto. Por un lado, hay una intencionalidad explícita para su interpretación ya que este es el recorrido planificado previamente por el museo; pero, por otro lado, efectivamente existen otros elementos a lo largo de la totalidad del itinerario, que logran en esta elección, desarrollar su potencial de significación, ya que complejizan y agregan información a la concepción del objeto en cuestión.

 Esta segunda posibilidad permite al visitante, en el ingreso a la segunda parte de la Sala de Historia, ver un mapa y un texto titulado  “El destino del Desierto”, que hace una breve cronología de la región de Bariloche, desde 1878, año de la creación de la Patagonia, hasta 1934, año de la llegada del FFCC a Bariloche. Un resumen de cada una de los temas,  que  muestra el museo hasta su finalización.

Sobre la pared que linda perpendicularmente a ese texto y mapa, hay una vitrina subdividida en dos. A la primer parte, de izquierda a derecha, le corresponde al título Viajeros y exploradores,  en donde se desarrolla la exploración y reconocimiento de la zona. La segunda, se refiere a la problemática denominada La cuestión de límites, y hace referencia a la negociación con Chile, en 587539, por el territorio.

A continuación, y en otra vitrina separada de la anterior, se encuentra la fundación de Bariloche. Hemos llegado hasta nuestro objeto-concepto.

 

Algunas ideas sobre el segundo recorrido y su vinculación con nuestro objeto de estudio

 

El visitante ha llegado a este lugar luego de recorrer casi la totalidad del Museo. ¿Qué ha podido aprender hasta este momento? ¿Cómo ha acomodado, valorado y jerarquizado los temas en función de la aparición y ordenamiento de los objetos mostrados? 

Principalmente el itinerario respeta un orden cronológico. En el comienzo, recordemos, que el museo desarrolla temas vinculados al origen de la Patagonia y su población indígena, la cultura, objetos y costumbres. Luego de esto, se muestra la llegada del hombre blanco a la Patagonia, la Conquista del Desierto y las consecuencias sociales, culturales y económicas sobre el territorio. Finalmente, y siguiendo este orden, se desarrolla la creación y exploración de la zona cordillerana y la fundación de San Carlos de Bariloche. 

Por lo tanto, y en primer lugar, los significados que adquiere la creación de Bariloche, a partir del recorrido propuesto en el Museo, están relacionados con su origen histórico: producto de la  Guerra entre el hombre blanco y el antiguo poblador. Una guerra con el indio patagónico, motivada principalmente por intereses comerciales. Un  país en expansión, con un mercado internacional ávido de productos primarios, y una burguesía criolla que ve en el Sur, la posibilidad de crecimiento económico.

En segundo lugar, se puede vincular el origen de la Ciudad con Chile, a partir de las  referencias que se encuentran al inicio del recorrido sobre F.P. Moreno, la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi, y la información expuesta en la vitrina titulada San Carlos de Bariloche. Es imposible entender y pensar el desarrollo de la zona del lago Nahuel Huapi, sin establecer lazos estrechos con aquel país. Del otro lado de la Cordillera provienen los primeros pobladores blancos, Chile es el principal destino y medio de comercialización de los productos regionales, y la arquitectura dominante en Bariloche tiene su origen en el país vecino, por nombrar algunos ejemplos.

Otra de los temas propuestos por este recorrido, para la construcción del sentido de San Carlos de Bariloche, es la exploración del territorio. La región fue hasta hace 100 años, una zona desconocida, que poseía varias leyendas fantásticas como la de la Ciudad de los Césares. Estas características le otorgan a la región un halo místico, por un lado y aventurero, por otro. Aquellas tierras extrañas y misteriosas en las cuales se creaban mitos e historias por parte de los aventureros, es un valor que el Museo recupera para la construcción del sentido de la ciudad.

Estos son algunos de los aspectos que el visitante ha podido aprender para configurar en su mente el objeto Bariloche. Sin embargo, no termina en este punto la significación del Concepto, ya que al continuar el recorrido del Museo, el visitante sigue aprendiendo otras informaciones que reconduce y relaciona con lo expuesto previamente.

Los últimos temas mostrados en la sala se refieren al Proyecto de Bariloche como Ciudad Industrial, por un lado, a la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi, por otro y además a algunos datos relacionados con la modernización y crecimiento del pueblo, como, por ejemplo, la llegada del tren o las primeras empresas.

La lectura final de la sala de Historia, propone pensar a la ciudad de San Carlos de Bariloche como resultado de una puja entre dos proyectos opuestos. Por una parte, una ciudad vinculada a la  Industria Hidroeléctrica y por otra, una ciudad turística y protectora del medio ambiente.  Confrontación que se resuelve de inmediato al pensar en la ciudad actual.

 

Un tercer recorrido

 

Si al inicio de la Sala Histórica, el visitante en vez de optar por el recorrido número dos, dobla a la derecha, se concretiza un tercer recorrido. En este caso, tanto si continua hacia el fondo de la sala o se gira alrededor de la vitrina central, el análisis de  la significación del objeto de estudio es similar y por lo tanto, ambas elecciones pueden explicarse en un solo recorrido.

Con la elección de este circuito, en la primera parte de la Sala de Historia, la información se ordena de la siguiente manera: creación del Parque Nacional Nahuel Huapi,  llegada del FFCC en 1934, la vida cotidiana de Bariloche en los años 1910 y 1920,  el proyecto inconcluso de construir una región industrial al borde del Lago Nahuel Huapi, y de datos acerca de la Conquista del Desierto.

Una vez terminado este sector, en la subsala siguiente, el orden es: una reproducción de la vivienda antigua regional, de madera y tejuelas de alerce (arquitectura típica chilena, de principio de siglo), imágenes del Bariloche antiguo, una canoa indígena en el medio del recinto y finalmente  la fundación de Bariloche.

En este caso, el significado que adquiere el objeto recortado para este estudio, es diferente a los propuestos en el primer y segundo recorrido. El futuro ya no es incierto. En cambio, lo que queda desdibujado es el pasado y las razones que dieron origen a la región. Ya se conoce el final, por lo tanto saber acerca de la  fundación de Bariloche es casi un hecho anecdótico, pintoresco. Podemos saber previamente, si las perspectivas y sueños que se tenía en 1902, lograron efectivizarse. El eje de la lectura cambia. El concepto de Bariloche no es un producto (como en el recorrido número dos) sino una causa. No es resultado de procesos, sino una fuente de información que nos habla acerca de los orígenes. El eje del arco histórico está corrido. El visitante puede remontarse a la historia de la actual ciudad. No transitarla cronológicamente en un aprendizaje progresivo, sino realizar un recorrido de investigación acerca de las raíces, ya que comenzó la Sala de Historia, por el final del itinerario propuesto por el Museo.

En este sentido podemos agregar que una lectura del objeto desde éste recorrido plantea, también, más fragmentación. El hilo conductor ha sido, hasta ahora, el tiempo cronológico, pero a partir de este trayecto se subvierte. Ya no se ve una línea histórica, sino temas. El objeto de estudio, la Fundación de San Carlos de Bariloche,  es una vitrina más que se suma a las temáticas previamente expuestas.

 

Mostración del propio objeto

 

Otra de las posibilidades de relación y significación del objeto es aquella que se vincula con su propia mostración, es decir, con la forma en la que se encuentra el objeto para su exhibición de acuerdo con lo que se decida privilegiar del mismo. En este sentido, el tratamiento del tema acerca de la Fundación de San Carlos de Bariloche, se encuentra dentro de una vitrina empotrada, de un metro de altura, que está protegida por un vidrio en diagonal y con una iluminación focalizada.

En la parte superior central, se lee San Carlos de Bariloche. Es una vitrina con fotos, abundante texto, algunas monedas, cuadernos y manuscritos originales, postales y recortes de diarios. El nacimiento de la ciudad, su fundación, los primeros pobladores, las actividades económicas del pueblo en la primer década del siglo XX, la fluidas relaciones comerciales y culturales con Chile, y la distribución de tierras, son los temas que se abordan en la misma.

En primer lugar habría que rescatar que la vitrina se titula con el nombre de  la ciudad; no lleva consigo la palabra fundación ni origen. Esto permite pensar que el concepto de  Bariloche no se reduce a una fecha, 3 de mayo de 1902, ni tampoco a un origen concreto, ya que vimos que el origen para este recorrido planteado, se remonta a los pueblos originarios y a la prehistoria. Por lo tanto, lo que se ha propuesto para su  mostración, es un proceso que incluye el antes y el después inmediato de la fecha de fundación de la ciudad; como totalidad, como conjunto de hechos inseparables para pensar su origen.

En segundo lugar, el modo en que se exhibe el objeto, propone una lectura compleja, ya que al elegir esta forma de mostración, se privilegia la contingencia histórica y social y no una fecha oficial aislada, como podría haber sido el caso.

 

Elementos asociados al entorno inmediato

 

Por último, dentro del análisis de la significación que adquiere San Carlos de Bariloche en el Museo, podemos identificar el entorno de los elementos asociados a la mostración del propio objeto. Si bien la atención del visitante se centra en el objeto que percibe, la visión está registrando, simultáneamente, el entorno incluido en su campo visual. Qué significan, cómo están expuestos o cómo resultan interpretados estos elementos asociados, es fundamental para la atribución de determinada significación al objeto mostrado.

En este caso particular, si bien la sala donde se exhibe la vitrina sobre San Carlos de Bariloche abarca dos sectores, resulta necesario analizar sólo la subsala donde efectivamente se encuentra el objeto en estudio, ya que este último sector puede ser interpretado por el visitante como una sala independiente a partir de su disposición arquitectónica, y por lo tanto propiciar una percepción visual simultánea.

Éste espacio, a diferencia del resto de las salas, posee objetos sin protección que están expuestos al posible contacto del visitante. Exactamente en el medio de la sala se encuentra una canoa de madera de 3mtrs de largo, objeto de la cultura indígena de la zona. Y sobre el costado derecho, al lado de fotos de la década del ’30, hay una reconstrucción de una casa tradicional de las primeras décadas del siglo XX, de madera y tejuelas de alerce.

Por otro lado, queda claro que ésta sala es el final del recorrido de la muestra permanente, ya que sobre el fondo se encuentra una puerta -generalmente cerrada- que comunica con la dirección, la biblioteca, y otra sala de muestras itinerantes.

 

Al analizar el aspecto referente al entorno, se puede decir que el objeto de estudio exhibido, está siendo mostrado dentro de un recorrido cronológico, pero a su vez, de lectura independiente; se encuentra en la esquina de la sala, y con una diferencia de profundidad respecto de la vitrina contigua, que permite un tipo de lectura distinta, a la que se hubiera realizado, si  estuviese unida a la anterior.

La iluminación, al ser focalizada, deja espacios de penumbra entre una vitrina  y otra, y entre estas y los objetos; hecho que refuerza la idea de lectura autónoma.  Por otro lado, si miramos la sala de izquierda a derecha, vemos a esta vitrina como la finalización de un “período”, ya que luego de ella sólo se encuentran fotos y la reproducción de la casa de época.

Otro factor que incide de manera sustancial en la lectura independiente del objeto elegido, es la poca cantidad de elementos expuestos y su calidad de objetos autónomos, con poca referencia o relación causal entre los mismos. Son objetos que se proponen, tanto por la iluminación como por la falta de referencias vinculantes (textos, indicadores), como elementos aislados. Esta disposición y presentación de los mismos, destaca la singularidad de cada elemento, y también, por ende, el valor comparativo de nuestro objeto de estudio. 

 A partir de esto, se podría decir que no existe una dependencia necesaria del contexto inmediato para la lectura e interpretación del objeto en cuestión. Además, que es justamente esta no vinculación con su entorno inmediato, la que aporta una significación fragmentada e independiente de la Fundación de la ciudad.

 

 

Conclusiones

 

Existen al menos tres conclusiones iniciales, a partir de las cuales reflexionar. Conclusiones que atañen a la vinculación entre los distintos pasos analíticos esbozados, y en relación a su estudio,  a las posibles modificaciones que de los mismos se desprenden.

En primer lugar, se podría pensar en la contradicción existente entre el recorrido propuesto inicialmente por el Museo  y las posibilidades concretas de su transito por parte de los visitantes.  Contradicción entre  una lectura cronológica del itinerario, con una marcada causalidad de los fenómenos y hechos mostrados (recorrido número dos, dentro de nuestro estudio),  y una lectura fragmentada, que se concreta en la sala final, en la cual a partir del entorno en el cual se disponen, presentan y exhiben los objetos seleccionados para este fin, no se encuentra un orden que mantenga correspondencia con el recorrido propuesto. Es decir, existe una distancia entre la intencionalidad del recorrido, y la forma en la cual se dispone el entorno de la última sala, donde se ubica el objeto de estudio. Esta reflexión, sirve a los fines epistemológicos de la semiótica indicial, ya que permite pensar la vinculación y necesariedad de correspondencia entre  la planificación de los recorridos y los entornos.

Por otra parte, un factor importante en el estudio del recorrido y la interpretación del objeto, es la ambigüedad o claridad para la comprensión del circuito por el cual el visitante debe transitar. Esto puede modificar y bifurcar,  el recorrido en distintas posibilidades, cuestión que modifica sustancialmente la significación del objeto elegido. Atender a la señalética y a las posibilidades arquitectónicas del lugar en el cual se muestran los objetos, es, entendemos, una necesidad para una referencia eficaz entre la intención previa, los objetos mostrados, y la significación realizada por el visitante. 

En tercer lugar, y  pese a lo anteriormente enunciado, se puede destacar el valor de las interpretaciones posibles que se despreden de los distintos recorridos ya descriptos. En este sentido, esta diversidad,  puede ser aprovechada por el Museo para enfatizarlas y proponer nuevas lecturas acerca de un mismo fenómeno. Es decir, remarcar recorridos que están presentes pero de manera no intencional y por lo tanto no explotados conceptualmente. 

 

  


 

* Se sugiere leer, antes, "LAS RELACIONES POSIBLES DEL OBJETO DE MUSEO. Mirta Bialogorski y 

      Juan  Magariños de Morentin , en este mismo Proyecto

[1] Magariños de Morentín, J. A.  Semiótica Indicial. 2003 En prensa.