CHARLES SANDERS PEIRCE
COLLECTED PAPERS
(Fragmentos traducidos; Eleonora Langard)
"TRIADOMANY" / "TRIADOMANÍA"
(Traducción Eleonora Langard.
Texto completo; agosto, 2002)
VOLUMEN I: PRINCIPIOS DE FILOSOFÍA
Libro III. FENOMENOLOGÍA / Cap. 7. TRIADOMANÍA*
La repuesta del autor a la anticipada suspicacia de que éste otorga una supersticiosa o extravagante importancia al número tres y que fuerza las divisiones hacia un lecho de Procusto1 tricotómico.
1.568. Admito totalmente que hay una no poco común locura por las tricotomías. Yo no lo sé, pero los psiquiatras le habrán prodigado un nombre. Si no lo han hecho, deberían. "Trichimania" [?], desafortunadamente sucede que ha sido apropiado para una pasión completamente diferente; pero puede ser llamada triadomanía. Yo no estoy tan afectado; pero me encuentro obligado, por amor a la verdad, a realizar un número tan grande de tricotomías que no puedo [sino] preguntarme si mis lectores, especialmente aquellos que están empezando a notar cuan común es la enfermedad, pueden sospechar, u opinar, que soy una de sus víctimas. Pero voy aquí y ahora a convencer a aquellos que estén predispuestos, de que no es así sino que hay una buena razón por la que un estudiante concienzudo del tema de este libro@ debería ser llevado a realizar tricotomías; que la naturaleza de la ciencia es tal que no sólo debería esperarse que involucre tricotomías reales pero, más todavía, que haya una causa que tienda a dar esta forma aún a divisiones defectuosas, de modo tal que un estudiante sediento de corrección y lleno de ansiedad -no sea que omita alguna rama de su materia- se vea obligado a iniciarse en ellas. Aunque no fuera por esta causa, la forma tricotómica tendría que ser, como voy a mostrar, un fuerte argumento para la confirmación del razonamiento cuyo fruto debería tener esta forma.
1.569. Mi primer argumento para repeler la sospecha de que la prevalencia de las tricotomías en mi sistema se debe meramente a mi predilección por esa forma, será que si fuera esa predilección tan potente, tendría que inevitablemente haberme abandonado a la forma tricotómica de clasificación de cualquiera de las cuestiones en las que hubiera trabajado. Pero este no es el caso. Una vez me esforcé por repasar las diferentes clasificaciones que había realizado en algunos temas, y no en los de tipo especial en los que encuentro que las tricotomías abundan –un tipo que definiré más adelante-, para indagar la relativa frecuencia de diferentes números de sub-clases en las divisiones de clases, cuando las divisiones eran tales que me parecía que indudablemente poseían realidad objetiva. No considero mis resultados de mucho valor teniendo en cuenta la gran diferencia de proporciones en los distintos tipos de temas, sin embargo los dejaré asentados: encontré que entre veintinueve divisiones del tipo en las que no abundan especialmente las tricotomías, había once dicotomías, cinco tricotomías y trece divisiones en más de tres partes. El hecho de que obtuviera tal resultado, a pesar de lo precario que fuere, alcanza a para mostrar que no tengo una marcada predilección por las tricotomías en general.
1.570. Desarrollaré ahora un segundo argumento, o mejor una serie de consideraciones no del todo ajenas a lo que he estado diciendo. Los amigos cordiales que me hacen estas objeciones –y nada puede ser más preciado que un estudiante sincero que hace franca y fuertemente objeciones- perteneciendo los naturalistas a esta familia de mentes para quienes las matemáticas, aún las más simples, parecen un libro cerrado. Me gustaría hacerles notar a ellos, o, para hablar más apropiadamente, decirles que hay una enorme diferencia entre las divisiones que uno reconoce en clases cuya esencia puede comprender, y las variedades que uno observa desde fuera. Como aquellas que uno hace de los objetos de la historia natural, sin poder captar por qué deberían ser como parecen ser, excepto en las divisiones superiores y estando del todo seguros de que tenemos la lista completa de las partes, sin importar si resultan de una única división o de varias, una sucediendo a la otra.
1.571. Agassiz2 en su Essay on Clasification describió bien –no digo perfecta, sino relativamente, bien- lo que una clasificación de animales debería ser. Pero sucesivos zoólogos parece que encontraron que cuando él fue ajustando su idea a los hechos del reino animal, no parecía encajar con ellos. ¿Qué preguntarse? Esto requería que el taxonomista dijera cuál era la idea del Creador, y las diferentes maneras en que la idea fue diseñada para llevarse a la práctica. ¿Cómo puede una criatura situarse a sí misma desde el punto de vista del Creador?
1.572. Luego los zoólogos comenzaron a clasificar de acuerdo al curso de la evolución. Sin dudas esto tuvo la ventaja de conducir sus mentes a problemas dentro de los alcances de la ciencia. Pero me arriesgo con la observación de que, admitiendo el perfecto éxito de su investigación, lo que ellos entonces indagan es precisamente la genealogía de las especies. Ahora que la genealogía no es para nada similar a la división lógica. Nada deja esto más claro que los estudios de Galton y otros sobre el fenómeno de la herencia de los caracteres. Lo que quiero decir es que esto es evidente aún para aquellos que no tiene una idea definida de lo que es la división lógica; mientras que para aquellos que conocen lo que es, los estudios de Galton enfatizan e ilustran lo que deberían ya haber comprendido por completo.
Pero cuando mis amigos críticos me aconsejan considerar la maravillosa diversidad de los sub-grupos en los cuales cada grupo del reino animal está clasificado en cada división, acepto su sugerencia, y vuelvo al famoso volumen The Anatomy of Vertebrate Animals de Huxley. Y encuentro que divide primero esta rama en tres: Ichthyopsida, SauropsidaP y Mammalia. Luego divide cada rama en clases.**
1 Procusto, personaje de la Mitología griega, que detenía a los viajeros y los obligaba a pasar la noche en su castillo. Para los forzados huéspedes tenía dos tipos de cama: una grande y una pequeña. Acomodaba entonces a sus huéspedes altos y corpulentos en la más pequeña y para poder acomodarlos en ella les cortaba los pies; mientras que los de baja estatura eran estirados hasta que cabían en la de mayor tamaño.[N. de la T.]
Aparentemente "The Quest of Quest –An Iquiry into Conditions of the Success in Inquiry (beyond the collection and obsevation of facts)", del cual sólo unas pocas páginas fueron escritas.2 Agassiz, Jean Louis (1807-1873) Naturalista de origen suizo que oponía al transformismo de su época una hipótesis creacionista. [N. de la T.]
Ninguna ingenuidad puede hacer que palabras tan elaboradas invariablemente sugieran su significado. Una tortuga puede "parecerse a un saurio", pero es difícil ver cómo pueden hacerlo un pavo o una garza. El manuscrito se interrumpe aquí.