CHARLES SANDERS PEIRCE

COLLECTED PAPERS 
(Fragmentos traducidos; Juan Magariños de Morentin)


"ABDUCTION" & "RETRODUCTION" / "ABDUCCIÓN" Y "RETRODUCCIÓN"

(traducción incompleta; en procesamiento; mayo 2002)


VOLUMEN I: PRINCIPIOS DE FILOSOFÍA

1.65 (Libro I. ORIENTACIÓN HISTÓRICA GENERAL / Cap. 2: Lecciones acerca de la historia de la ciencia / §10. Clases de razonamiento) Existen, en ciencia, tres clases fundamentalmente diferentes de razonamiento, Deducción (llamado por Aristóteles συναγωγή o αναγωγή), Inducción (el έπαγωγή de Aristóteles y de Platón) y Retroducción (el άπαγωγή de Aristóteles, pero malentendido por el texto corrupto y en cuanto malentendido habitualmente traducido ABDUCCIÓN).* Aparte de estos tres, la Analogía (el παραδειγμα de Aristóteles) combina los caracteres de la Inducción y de la RETRODUCCIÓN.

*Peirce lo llama habitualmente ABDUCCIÓN; algunas veces HIPÓTESIS.

1.68 (Libro I. ORIENTACIÓN HISTÓRICA GENERAL / Cap. 2: Lecciones acerca de la historia de la ciencia / §10. Clases de razonamiento) RETRODUCCIÓN es la adopción provisional de una hipótesis, porque toda posible consecuencia de ella es pasible de verificación experimental, de modo que la aplicación continuada del mismo método puede esperarse que evidencia su discordancia con los hechos, si se da tal discordancia. [...]

1.72 (Libro I. ORIENTACIÓN HISTÓRICA GENERAL / Cap. 2: Lecciones acerca de la historia de la ciencia / §10. Clases de razonamiento) [...] ...Kepler, considerando el tema dinámicamente, pensó que esto debía tener algo que ver con la causa de que los planetas se movieran en sus órbitas. Esta RETRODUCCIÓN, vaga como era, le llevó un gran trabajo intelectual, y fue de la mayor importancia en sus aportes al trabajo de Kepler. [...]

1.121 (Libro I. ORIENTACIÓN HISTÓRICA GENERAL / Cap. 2: Lecciones acerca de la historia de la ciencia / §22. La incertidumbre de los resultados científicos) La RETRODUCCIÓN se apoya en la esperanza de que haya suficiente afinidad entre la mente del razonador y la naturaleza como para que la conjetura no esté completamente carente de esperanza, supuesto que cada conjetura se comprueba por comparación con la observación. Es cierto que esta conformidad no demuestra que la conjetura sea cierta; pero si fuera equivocada debería aparecer, en definitiva, infundada. El esfuerzo, por tanto, consistiría en elaborar cada hipótesis, la cual en realidad no es más que una pregunta, como lo más cercano posible a una simple apuesta.

1.139 (Libro I. ORIENTACIÓN HISTÓRICA GENERAL / Cap. 3: Notas sobre la filosofía científica / §4. La primera regla de la razón) La tercera estrategia filosófica para terminar la investigación consiste en afirmar que éste, ése o el otro elemento de la ciencia es básico, primario, independiente de cualquier otro y completamente inexplicable; no por alguna carencia en nuestro conocimiento sino porque debajo no hay nada  por conocer. El único tipo de razonamiento mediante el cual tal conclusión puede alcanzarse es la RETRODUCCIÓN. Ahora bien, nada justifica una inferencia RETRODUCTIVA excepto que ofrece una explicación de los hechos. Sin embargo, no hay explicación alguna de un hecho que lo declare inexplicable. Por ello, esta es una conclusión que ningún razonamiento puede justificar o disculpar.


VOLUMEN II: ELEMENTOS DE LÓGICA

2.96 (Libro I. REVISIÓN GENERAL E HISTÓRICA DE LA LÓGICA / Cap. 2: Sinopsis parcial de un trabajo propuesto sobre lógica / §2. Términos, proposiciones y argumentos) El Argumento es de tres clases: Deducción, Inducción y ABDUCCIÓN (habitualmente llamado adopción de una HIPÓTESIS) [...] Un Argumento primitivo o ABDUCCIÓN es un argumento que presenta hechos en sus Premisas que se asemejan con el hecho establecido en la Conclusión, pero que perfectamente pueden ser verdaderos sin que lo sea el último y mucho más sin que sea reconocido; así que no conduce a afirmar positivamente la Conclusión pero que sólo se inclina a admitirla como representación de un hecho del que los hechos de las premisas constituyen un Icono. Por ejemplo, en cierto momento del eterno ejemplo de razonamiento científico de Kepler, encontró que las longitudes observadas de Marte, a las que él había tratado largamente y en vano de ajustar a una órbita, sería tales (en los limites posibles de error de las observaciones) como pretendía si Marte se moviera en una elipse. Los hechos eran, hasta ese momento, una posibilidad del movimiento en una órbita elíptica. Kepler no concluyó de eso que la órbita fuera realmente una elipse; pero se inclinó hacia esta idea tanto como para decidir encargarse de averiguar si las predicciones virtuales acerca de latitudes y paralajes de esta HIPÓTESIS se verificarían o no. Esta adopción en prueba de la HIPÓTESIS era una ABDUCCIÓN. Una ABDUCCIÓN es Originaria en el sentido de ser la única clase de argumento que origina una idea nueva [...]

2.98 (Libro I. REVISIÓN GENERAL E HISTÓRICA DE LA LÓGICA / Cap. 2: Sinopsis parcial de un trabajo propuesto sobre lógica / §3. Claridad de ideas) La división de toda inferencia en ABDUCCIÓN, Deducción e Inducción casi puede decirse que es la Llave de la Lógica.

2.101 (Libro I. REVISIÓN GENERAL E HISTÓRICA DE LA LÓGICA / Cap. 2: Sinopsis parcial de un trabajo propuesto sobre lógica / §4. ABDUCCIÓN, Deducción e Inducción) Próximamente estudiaré esa inmensamente importante rama de la lógica deductiva, la doctrina de la casualidad [chance], que ha sido llamada, con poca exageración, la lógica de las ciencias exactas. Implica varias cuestiones difíciles, de las cuales las dos principales son, por una parte, la fundamentación de la doctrina, junto con la naturaleza, de la probabilidad y, por otra, la admisibilidad de las probabilidades inversas. [...] Puedo decir que soy uno de los que mantienen que una probabilidad debe ser tema de conocimiento positivo o debe admitirse como una nulidad. [...] La inducción puede definirse con precisión como la inferencia posible [virtual] de una probabilidad, si la probabilidad puede definirse sin la idea de inducción. Una vez que la filosofía de la probabilidad se ha puesto sobre una base segura, la cuestión de las probabilidades inversas no ofrece seria dificultad. Nadie puede ir más lejos que yo en la condena de ese modo de usar la probabilidad, que vicia completamente la teoría y la práctica del razonamiento Inductivo y ABDUCTIVO, ha atrasado la civilización y ha corrompido los ideales, en una medida tan más allá de lo que cualquiera creería posible sin un cuidadoso examen de los hechos, que sé que deberían burlarse de mí por lo que parece un juicio sumamente ridículo.

2.102 (Libro I. REVISIÓN GENERAL E HISTÓRICA DE LA LÓGICA / Cap. 2: Sinopsis parcial de un trabajo propuesto sobre lógica / §4. ABDUCCIÓN, Deducción e Inducción) La discusión de la probabilidad nos trate con naturalidad el interesante tema dela validez de la Inducción. [...] Después de haber establecido completamente mi doctrina de la inducción, con las muy estrictas reglas para asegurarla que son necesarias para la demostración mencionada, prescindo por el momento de la consideración de todas las otras teorías y me ocupo por fin del estudio de la ABDUCCIÓN. Sobre este tema, mi doctrina se ha mejorado inmensamente desde que mi ensayo "Una teoría acerca de la inferencia probable" fue publicado en 1883. En lo que allí digo acerca de la "Inferencia hipotética", yo era un explorador sobre un terreno virgen. [...] Pero mi error principal fue negativo, al no percibir que, conforme a mis propios principios, el razonamiento con el que estaba tratando podía no ser el razonamiento por el cual había adoptado una HIPÓTESIS, ... Pero yo estaba demasiado ocupado en el estudio de las formas silogísticas y en la doctrina de la extensión y la comprensión lógicas, a las que consideraba mucho más fundamentales de lo que realmente eran. En la medida en que sostenía esta opinión, mis concepciones de la ABDUCCIÓN confundían necesariamente dos clases de razonamiento. Cuando, después de repetidos intentos, logré resolver el tema, se destacó el hecho de que la probabilidad no tiene nada que ver con la validez de la ABDUCCIÓN, salvo de un modo doblemente indirecto. Pero ahora, era difícil estar seguros de que una cantidad de consideraciones que se ofrecían como conectadas con la solución del problema y pertenecientes a la extrema debilidad de esta forma de inferencia, fueran irrelevantes. Me sentía perdido en un bosque sin caminos, hasta que, por la minuciosa aplicación de los primeros principios, sentí que las categorías que había descuidado por no ver cómo podrían aplicarse, debían, y de hecho lo hacían, proporcionar la clave que me guiara a través de la confusión. [...]

2.266 (Libro II. GRAMÁTICA ESPECULATIVA / Cap. 2: La división de los signos / §9. La tricotomía de los argumentos) Hay otras subdivisiones de algunas, al menos, de las diez clases que tienen la mayor importancia lógica. A un Argumento lo interpreta siempre su Interpretante como perteneciente a una clase general de argumentos análogos, la cual, en cuanto totalidad, tiende hacia la verdad. Esto puede ocurrir de tres maneras, originando una tricotomía de todos los argumentos simples en Deducciones, Inducciones y ABDUCCIONES.

2.270 (Libro II. GRAMÁTICA ESPECULATIVA / Cap. 2: La división de los signos / §9. La tricotomía de los argumentos) Una ABDUCCIÓN es un método de formular una predicción general sin ninguna seguridad positiva de que tendrá éxito, tanto para un caso especial como de modo general, consistiendo su justificación en que es la única esperanza posible de regular nuestra conducta futura racionalmente y de que la Inducción a partir de la experiencia pasada nos proporcione un fuerte estímulo para confiar en que será exitosa en el futuro.

2.623 (Libro III. LÓGICA CRÍTICA /A. RAZONAMIENTO AMPLIATIVO / Cap. 5: Deducción, Inducción e Hipótesis / §1. Regla, Caso y Resultado) [...] Supóngase que entro en una habitación y allí encuentro una cantidad de bolsas, que contienen diferentes clases de habas. Sobre la mesa hay un puñado de habas blancas; y, después de buscar un poco, encuentro una de las bolsas que contiene sólo habas blancas. Simultáneamente, infiero como una probabilidad o una aceptable conjetura que este puñado fue sacado de esa bolsa. Esta clase de inferencia se llama formular una HIPÓTESIS [ABDUCCIÓN]. Es la inferencia de un caso a partir de un regla y de un resultado. Tenemos, entonces:

DEDUCCIÓN

Regla. - Todas las habas de esta bolsa son blancas.

Caso. - Estas habas son de esta bolsa.

\ Resultado. - Estas habas son blancas.

----------------

INDUCCIÓN

Caso. - Estas habas son de esta bolsa.

Resultado. - Estas habas son blancas.

\ Regla. - Todas las habas de esta bolsa son blancas.

-----------------

HIPÓTESIS  [ABDUCCIÓN]

Regla. - Todas las habas de esta bolsa son blancas.

Resultado. - Estas habas son blancas.

\ Caso. - Estas habas son de esta bolsa.

 

En consecuencia, clasificamos toda inferencia del siguiente modo:

Inferencia

Deductiva o analítica

Sintética                

Inducción              Hipótesis

2.624 (Libro III. LÓGICA CRÍTICA /A. RAZONAMIENTO AMPLIATIVO / Cap. 5: Deducción, Inducción e HIPÓTESIS / §1. Regla, Caso y Resultado) [...] La HIPÓTESIS [ABDUCCIÓN] se da cuando encontramos algunas circunstancias muy curiosas que se explicarían por el supuesto de que era un caso de una determinada regla y, por ello, adoptamos ese supuesto. O cuando encontramos que dos objetos tienen una fuerte semejanza en determinados aspectos e inferimos que también se parecen mucho uno a otro en otros aspectos.

2.625 (Libro III. LÓGICA CRÍTICA /A. RAZONAMIENTO AMPLIATIVO / Cap. 5: Deducción, Inducción e Hipótesis / §1. Regla, Caso y Resultado) [...] Por regla general, la HIPÓTESIS es una clase débil de argumento. Con frecuencia, inclina a nuestro juicio tan débilmente hacia su conclusión que no podemos decir que creamos que esta última sea cierta; sólo conjeturamos que puede serlo. Pero no hay diferencia, salvo de grado, entre tal inferencia y aquella por la cual creemos que recordamos lo ocurrido ayer conforme a nuestro sentimiento de que así ha sido.

2.643 (Libro III. LÓGICA CRÍTICA /A. RAZONAMIENTO AMPLIATIVO / Cap. 5: Deducción, Inducción e Hipótesis / §5. Acerca de la diferencia entre Inducción e Hipótesis) [...] La inducción, por tanto, es la fórmula lógica que expresa el proceso psicológico de formación de un hábito. La HIPÓTESIS reemplaza, una complicada maraña de predicados aplicados a un tema, por un concepto único. [...] En la inferencia HIPOTÉTICA, esta complicada sensación así producida se reemplaza por una única sensación de mayor intensidad, que pertenece al acto de pensar la conclusión HIPOTÉTICA. [...] Puede decirse, por tanto, que la HIPÓTESIS produce el elemento sensorial del pensamiento y la inducción el elemento habitual. Así como la deducción, que no añade nada a las premisas sino que sólo selecciona uno de entre los diversos hechos presentados en las premisas  y atrae la atención hacia él, puede considerarse como la fórmula lógica de poner atención, lo que es el elemento volitivo del pensamiento y corresponde a la descarga nerviosa en la esfera de la psicología.

2.774 (Libro III. LÓGICA CRÍTICA /A. RAZONAMIENTO AMPLIATIVO / Cap. 10: Notas sobre el razonamiento ampliativo / §1. Razonamiento) El razonamiento es de tres clases fundamentales; pero los razonamientos mixtos son más comunes. Estas tres clases son inducción, deducción y presunción (para la que este escritor propone el nombre de ABDUCCIÓN).

2.776 (Libro III. LÓGICA CRÍTICA /A. RAZONAMIENTO AMPLIATIVO / Cap. 10: Notas sobre el razonamiento ampliativo / §1. Razonamiento) La presunción o, más exactamente, la ABDUCCIÓN (la que este escritor cree que fue lo que Aristóteles, en el capítulo veinticinco del segundo de los Analíticos Primeros, describe imperfectamente bajo el nombre de άπαγωγή, hasta que Apellicom sustituyó una única palabra equivocada y perturbó, así, el sentido de la totalidad) proporciona a quien razona la problemática teoría que la inducción verifica. Al encontrarse confrontado con un fenómeno diverso al que hubiera esperado bajo esas circunstancias, escruta sus rasgos y observa algún aspecto destacado o alguna relación entre ellos, al que en seguida reconoce como característico de alguna concepción que su mente ya había guardado, de modo que le sugiere una teoría que explicaría (o sea, haría necesaria)  aquello que le sorprendió en el fenómeno. [...]

2.777 (Libro III. LÓGICA CRÍTICA /A. RAZONAMIENTO AMPLIATIVO / Cap. 10: Notas sobre el razonamiento ampliativo / §1. Razonamiento) La presunción es la única clase de razonamiento que proporciona nuevas ideas, la única clase que es, en este sentido, sintética. [...]


VOLUMEN III: LÓGICA EXACTA

3.516 (Trabajo XVI. LA LÓGICA DE LOS RELATIVOS / §10. El concepto de Schröders de los problemas lógicos) [...] Esta necesidad intelectual, brevemente enunciada, es la necesidad de sintetizar una multitud de predicados. Esta es la necesidad de la teoría. Todo problema, entonces, ya bien es un problema de consecuencias, un problema de generalización o un problema de teoría.*

*Compárese la explicación psicológica de deducciones, inducciones y ABDUCCIONES, en 2.643.


VOLUMEN IV: LAS MATEMÁTICAS MÁS ELEMENTALES

4.541 (Libro II. GRAFOS EXISTENCIALES / Cap. 6: Prolegómenos a una apología del pragmatismo / §4. Universos y categorías) pero, suponiendo que tengo razón, como probablemente ocurrirá en opinión de algunos lectores, ¿qué hay que explicar acerca del Juicio Perceptual? Como respuesta, observo que una representación mental de lo percibido (percept) [percepto] no puede ser eliminada a voluntad, ni siquiera de la memoria. [...] Es suficiente con decir que el perceptor es consciente de estar obligado a percibir lo que percibe. Ahora bien, la existencia significa, precisamente, el ejercicio de la compulsión. Dado que cualquier rasgo del percepto se pone de relieve por alguna asociación y así alcanza una posición lógica como las de las premisas observacionales de una ABDUCCIÓN1 explicable, consecuentemente, la atribución de Existencia en el Juicio Perceptual es virtualmente y en un extenso sentido, una Inferencia ABDUCTIVA, en cercana proximidad a la inferencia necesaria. [...]

1 ABDUCCIÓN, en el sentido que le doy a esta palabra, es cualquier razonamiento de una extensa clase cuyo tipo es la adopción provisional de una hipótesis explicativa. Pero esto incluye procesos de pensamiento que sólo conducen a sugerir las preguntas a tomar en consideración.


VOLUMEN V: PRAGMATISMO Y PRAGMATICISMO

5.144 (Libro I. CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia V: Tres clases de valores (goodness) / §3. Valores lógicos) [5.143 ...¿En qué consiste la firmeza del argumento?] Para responder a esta pregunta es necesario reconocer tres clases de argumentos radicalmente diferentes, que señalé en 1867 y que fueron reconocidos por los lógicos del siglo dieciocho, aunque estos lógicos de modo muy perdonable no reconocieron el carácter inferencial de uno de ellos. En realidad, supongo que Aristóteles proporcionó los tres en Primeros Analíticos, si bien la desafortunada ilegibilidad de una única palabra en sus MS. [manuscritos] y su reemplazo por una palabra equivocada por su primer editor, el estúpido Apellicon, alteró completamente el sentido del capítulo sobre la ABDUCCIÓN. De cualquier modo, incluso si mi conjetura está equivocada y el texto debe mantenerse como está, aún Aristóteles, en este capítulo sobre la ABDUCCIÓN, andaba evidentemente a ciegas respecto de este modo de inferencia al que llamo con el, por otra parte casi inusual, nombre de ABDUCCIÓN; una palabra que sólo se emplea en lógica para traducir el άπαγωγή de este capítulo.

5.145 (Libro I. CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia V: Tres clases de valores (goodness) / §3. Valores lógicos) Estas tres clases de razonamiento son la ABDUCCIÓN, la Inducción y la Deducción. La Deducción es el único razonamiento necesario. Es el razonamiento de las matemáticas. [...] La Inducción es la prueba experimental de una teoría. [...] Lo único para lo que sirve la inducción es para determinar el valor de una cantidad. Sale de una teoría y mide el grado de concordancia de esta teoría con los hechos. Nunca puede originar una idea. Ni tampoco puede hacerlo la deducción. Todas las ideas de la ciencia le llegan por el camino de la ABDUCCIÓN. La ABDUCCIÓN consiste en el estudio de los hechos y vislumbrar una teoría para explicarlos. Su única justificación consiste en que, si alguna vez vamos a entender las cosas, debe ser de ese modo.

5.146 (Libro I. CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia V: Tres clases de valores (goodness) / §3. Valores lógicos) [...] Entre esas opiniones que he mantenido constantemente está ésta de que mientras que los razonamientos ABDUCTIVO e Inductivo son completamente irreducibles, uno al otro o a la Deducción, o la Deducción a cualquiera de los otros, el único rationale de estos métodos es esencialmente el Deductivo o Necesario. Si podemos establecer en qué consiste la validez del razonamiento Deductivo, habremos definido el fundamento de los valores lógicos de cualquier clase.

5.161 (Libro I. CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VI: Tres tipos de razonamiento / §2. El plan y los pasos del razonamiento) El razonamiento es de tres tipos, Deducción, Inducción y ABDUCCIÓN. [...]

5.171 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VI: Tres tipos de razonamiento / §4. Instinto y ABDUCCIÓN) Respecto a la validez de la inferencia ABDUCTIVA, poco hay para decir, aunque ese poco es pertinente al problema que estamos tratando. 
La ABDUCCIÓN es el proceso de formar una hipótesis explicativa. Esta es la única operación que introduce cualquier nueva idea; la inducción no hace más que determinar un valor y la deducción meramente desarrolla las consecuencias necesarias de una hipótesis pura.
La Deducción prueba que algo debe ser; la Inducción muestra que algo es realmente operativo; la ABDUCCIÓN meramente sugiere que algo puede ser.
Su única justificación es que por su influencia la deducción puede inferir una predicción que puede probarse por inducción y que, si vamos a aprender algo o a comprender algún fenómeno, deberá ser la ABDUCCIÓN la que lo produzca.
Ninguna otra razón puede darse de ella, en cuanto he podido descubrir; y no necesita razón, ya que meramente ofrece sugerencias.

5.172 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VI: Tres tipos de razonamiento / §4. Instinto y ABDUCCIÓN) Habría que estar completamente loco para negar que la ciencia ha realizado muchos descubrimientos verdaderos. Pero cada ítem individual de la teoría científica que ha quedado establecido se ha debido a la ABDUCCIÓN. [...]

5.180 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §1. Las tres proposiciones de aguzar [cotary]) Al final de mi última conferencia había enunciado tres proposiciones que me parecen conferirle al pragmatismo su carácter específico. Para referirme a ellas brevemente esta tarde, las llamaré, por esta vez, mis proposiciones de aguzar. Cos, cotis es una piedra de afilar. Me parecen que apuntan a la máxima del pragmatismo.

5.181 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §1. Las tres proposiciones aguzadas [cotary]) Estas proposiciones aguzadas son las siguientes:
(1) Nihil est in intellectu quod non prius fuerit un sensu. [...]
(2) La segunda es que los juicios perceptuales contienen elementos generales, de modo que las proposiciones universales se deducen de ellos al modo como la lógica de las relaciones muestra que habitualmente, por no decir invariablemente, las proposiciones particulares hacen que las proposiciones universales se infieran a partir de ellas necesariamente. [...]
(3) La tercera proposición aguzada es que la inferencia ABDUCTIVA se esconde en los juicios perceptuales sin ninguna línea clara de demarcación entre ellos: o, en otras palabras, nuestras primeras premisas, los juicios perceptuales, deben considerarse como un caso extremo de inferencias ABDUCTIVA, de las que se diferencian por estar absolutamente más allá de la crítica. La sugerencia ABDUCTIVA nos llega como un relámpago. Es un acto de internalización [insight], aunque de internalización sumamente falible. Es cierto que los diferentes elementos de la hipótesis estaban ya antes en nuestras mentes; Pero la idea de juntar lo que nunca se había soñado juntar es lo que ilumina la nueva sugerencia para nuestra contemplación.
Por su parte, el juicio perceptual es el resultado de un proceso, si bien de un proceso no lo suficientemente consciente como para controlarlo o, para decirlo más precisamente, no controlable y, por tanto, no completamente consciente. Si sometiéramos este proceso subconsciente al análisis lógico,  encontraríamos que concluyó en lo que el análisis representaría como una inferencia ABDUCTIVA, descansando sobre el resultado de un proceso semejante que un análisis lógico similar representaría como terminado por una inferencia ABDUCTIVA y, así, ad infinitum. Este análisis sería análogo a aquél que el sofisma de Aquiles y la Tortuga aplica a la caza de la Tortuga por Aquiles y fracasaría en representar el proceso real, por la misma razón. O sea, tal como Aquiles no tiene que realizar los diversos esfuerzos que se lo representa haciendo, así este proceso de configurar el juicio perceptual, por el hecho de que es subconsciente y por tanto no reconducible a la crítica lógica, no tiene que realizar los diferentes actos de inferencia, sino que realiza su tarea en un proceso continuo.

5.182 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) [...] No obstante, no daña usar observaciones especiales meramente de modo ABDUCTIVO para arrojar luz sobre doctrinas establecidos de otra forma y ayudar a la mente a captarlas; y existen ciertos fenómenos que, yo creo, nos ayudan a ver lo que se expresa afirmando que los juicios perceptuales contienen elementos generales y que conducirán naturalmente a tomar en cuenta la tercera proposición.

5.183 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Les mostraré una imagen que recuerdo que mi padre [Benjamin Peirce] dibujó en una de sus conferencias. No recuerdo que se suponía que mostraba; pero no puedo imaginar qué otra cosa hubiera podido ser sino mi aguzada proposición Nº 2. Si ello es así, al sostener esta proposición, fundamentalmente sigo sus huellas, aunque sin duda él hubiera planteado la proposición de forma muy diferente. Aquí está la imagen (aunque no puedo dibujarlo tan cuidadosamente como él lo hizo).


Consiste en una línea serpentina. Pero cuando está completamente dibujada, parece ser una pared de piedra. El asunto es que hay dos maneras de concebir el tema. Ambos, les ruego que observen, son modos generales de clasificar a la línea, clases generales bajo las que se incluye la línea. Pero la verdadera preferencia decidida por nuestra percepción respecto de uno de los modos de clasificar el percepto muestra que esta clasificación está contenida en el juicio perceptual. Así ocurre con la bien conocida figura del par de escalones vistos en perspectiva [...]
En tales ilusiones visuales, de las que son muy conocidas dos o tres docenas, lo más sorprendente es que determinada teoría de la interpretación de la imagen tiene toda la apariencia de darse en la percepción. La primera vez que lo vemos, parece completamente bajo el control de la crítica racional como lo está todo percepto; pero, después de varias repeticiones del ya familiar experimento, la ilusión disminuye, haciéndose primero menos nítida y finalmente cesando por completo. Esto muestra que estos fenómenos son verdaderos vínculos de conexión entre las abducciones y las percepciones.

5.184 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Si el percepto o el juicio perceptual fueran de una naturaleza completamente desvinculada de la ABDUCCIÓN, se esperaría que el percepto fuera completamente libre de cualquiera de los rasgos propios de las interpretaciones, ya que difícilmente dejaría de tener tales rasgos si fuera meramente una serie continua de lo que, configurado discreta y concientemente, serían ABDUCCIONES. Tenemos aquí por tanto una prueba crucial de mi tercera proposición aguzada. Entonces, ¿cómo es el hecho? El hecho es que no es necesario ir más allá de las observaciones ordinarias de la vida común para encontrar una variedad de modos muy diferentes  según los cuales la percepción es interpretativa.

5.185 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) [...] Yo les aburriría si insistiera más en algo tan familiar, en especial para todo estudiante de psicología, como la interpretatividad del juicio perceptual. Claramente, no se trata más que del caso extremo de los juicios ABDUCTIVOS.

5.186 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Si se admite esta tercera aguzada proposición, la segunda, que el juicio perceptual contiene elementos generales, debe admitirse; y también respecto de la primera, que todos los elementos generales se dan en la percepción, la que pierde la mayor parte de su significado. Si un elemento general se diese de otro modo que en el juicio perceptual, solo podría aparecer en una sugerencia ABDUCTIVA y a esto, ahora, se lo considera sustancialmente implicar lo mismo. Por tanto, no sólo opino que todo elemento general de toda hipótesis, por salvaje o sofisticada que sea, se da en  la percepción, pero me arriesgaré hasta afirmar que toda forma general de reunir conceptos se da, en sus componentes, en la percepción. Para decidir si esto es así o no,  es necesario elaborar una clara noción de la diferencia precisa entre el juicio ABDUCTIVO y el juicio perceptual que es su caso límite. El único síntoma mediante el cual los dos pueden diferenciarse es que no podemos formar el último concepto de lo que sería negar el juicio perceptual. Si establezco que una imagen perceptual es roja, puedo concebir la de otro hombre que no tenga el mismo percepto. [...] Pero que todo hombre tenga una percepción semejante a la mía y que se pregunte a sí mismo si este percepto es rojo, lo que implicaría que él ha juzgado que algún percepto es rojo y que podría, tras cuidadosa atención a este percepto, establecer que decidida y claramente no es rojo, mientras que yo lo considero claramente rojo, esto yo no puedo comprenderlo en absoluto. Sin embargo, una sugerencia ABDUCTIVA es algo cuya verdad puede cuestionarse o incluso negarse.

5.187 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Así llegamos a la prueba de lo inconcebible como el único medio para distinguir entre una ABDUCCIÓN y un juicio perceptual. Concuerdo completamente con todo lo que Stuart Mill afirma tan enérgicamente en su Examination of Hamilton, respecto de la falta de confianza en el uso de la prueba de lo inconcebible. Lo que hoy es inconcebible para nosotros, puede confirmarse mañana como concebible e incluso probable; de modo que nunca podemos estar completamente seguros de que un juicio sea perceptual y no ABDUCTIVO; y esto podría constituir una dificultad acerca del modo de aceptar que la primera aguzada proposición sea verdadera. [...]

5.188 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Sin duda, respecto de la primera aguzada proposición, ésta se sigue como una consecuencia necesaria de la posibilidad de que las que son verdaderamente ABDUCCIONES hayan sido confundidas con percepciones. La cuestión es si lo que es efectivamente un resultado ABDUCTIVO puede contener elementos ajenos a sus premisas. Debe recordarse que la ABDUCCIÓN, aunque está poco embarazada por reglas lógicas, sin embargo es una inferencia lógica, afirmando su conclusión sólo de modo problemático y conjetural, pero no obstante con una forma lógica perfectamente definida.

5.189 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Mucho antes de que yo hubiese clasificado a la ABDUCCIÓN como una inferencia, se reconocía por los lógicos que la operación de adoptar una hipótesis explicativa -que es en lo que consiste la ABDUCCIÓN- estaba sometida a determinadas condiciones. Es decir, no puede admitirse la hipótesis, incluso en cuanto hipótesis, a menos que se suponga que daría cuenta de los hechos o de algunos de ellos. La forma de la inferencia, por tanto, es esta:
    Se ha observado el hecho sorprendente, C;
        Pero si A fuera cierto, C sería obvio,
        Por tanto, hay razón para suponer que A es cierto
Por tanto, A no pude inferirse ABDUCTIVAMENTE o, si se prefiere la expresión, no puede conjeturarse ABDUCTIVAMENTE hasta que todo su contenido ya esté presente en las premisas, "Si A fuera verdadero, C sería su consecuencia obvia".

5.190 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Si esto es o no una consecuencia correcta del tema, su sola sugerencia como posibilidad muestra que el simple hecho de que las percepciones pueden engañar a las ABDUCCIONES no afecta necesariamente la fuerza de un argumento que muestre que conceptos completamente nuevos pueden obtenerse a partir de la ABDUCCIÓN.

5.191 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Pero si la consecuencia atribuida a la ABDUCCIÓN se propone como una prueba de que todos los conceptos deben darse sustancialmente en la percepción, surgirán tres objeciones. En primer lugar, puede decirse que, incluso siendo la forma normativa de la ABDUCCIÓN, la forma a la que la ABDUCCIÓN debe conformarse, puede ocurrir que los nuevos conceptos surjan de una manera que desafía las reglas de la lógica. En segundo lugar, renunciando a esta objeción, puede decirse que el argumento probaría demasiado; porque, si fuera válido, se seguiría que ninguna hipótesis podría ser tan fantástica como para no presentarse completa en la experiencia. En tercer lugar, puede decirse que habiéndose garantizado que la conclusión ABDUCTIVA, "A es verdadero" proviene de las premisas, "Si A es verdadero, C es verdadero", todavía sería contrario al sentido común afirmar que los antecedentes de todo juicio condicional se dan en la percepción y, así, permanece casi establecido que algunas percepciones tiene un origen diferente.

5.192 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) En respuesta a la primera de estas objeciones debe señalarse que sólo en la deducción no hay diferencia entre un argumento válido y uno fuerte. Un argumento es válido si posee la clase de fuerza que manifiesta y tiende hacia el establecimiento de la conclusión del modo como pretende hacerlo. Pero la pregunta acerca de su fuerza no se refiere a la comparación del efecto esperado del argumento como sus pretensiones, sino simplemente acerca de cuán grande sea su efecto esperado. Un argumento no es menos lógico por ser débil, supuesto que no pretende una fuerza que no posee. [...] O sea, si una falacia no implica nada en su conclusión que no estuviera en sus premisas, o sea, nada que no estuviera en algún conocimiento previo que ayudara a sugerirlo, entonces las formas de la lógica invariable y necesariamente nos habilitarían lógicamente a atribuirlo a un error que surge del uso de una argumentación lógica pero débil. En la mayoría de los casos esto se debe a una ABDUCCIÓN. La conclusión de una ABDUCCIÓN es problemática o conjetural, pero no está necesariamente en el grado más débil de conjetura y lo que llamamos juicios afirmativos son, considerándolos con precisión, juicios problemáticos de una alto grado de esperanza. No hay pues dificultad en sostener que las falacias se deben meramente a errores que son lógicamente válidos, aunque débiles argumentaciones. Sin embargo, si una falacia contiene algo en la conclusión que no estaba en las premisas, o sea, no estaba en ningún conocimiento previo o en ninguno que influenciara el resultada, entonces, se ha cometido también un error, debido como antes a la inferencia débil; sólo en este caso el error consiste en considerarla una inferencia que, respecto de este nuevo elemento, no es una inferencia en absoluto. Esta parte de la conclusión que contiene la totalidad del nuevo elemento puede separarse del resto con el cual no tiene conexión lógica ni apariencia de conexión lógica. La primera emergencia de este nuevo elemento en la conciencia debe ser considerado como un juicio perceptual. Nos sentimos irresistiblemente llevados a considerar que son consciente de ello. Pero la conexión de esta percepción con otros elementos debe constituir una inferencia lógica ordinaria, sometida a error como toda inferencia.

5.193 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Respecto a la segunda objeción de que, según mi exposición de la ABDUCCIÓN, toda hipótesis, incluso fantástica, debe estar presente por completo en la percepción, sólo tengo que decir que sólo podría surgir en una mente completamente inexperta en la lógica de las relaciones y aparentemente distraído por completo de cualquier otro modo de inferencia aparte de la ABDUCCIÓN. La deducción da cuenta, lo primero, de la simple reunión de los diferentes juicios perceptuales en una totalidad copulativa y, entonces, con o sin la ayuda de otros modos de inferencia, es completamente capaz de transformar su proposición copulativa como para llevar a determinadas de sus partes a una más íntima conexión.

5.194  (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §2. ABDUCCIÓN y juicios perceptuales) Pero la tercera objeción es seria. En ella se encuentra el nudo total de la cuestión; y su refutación completa sería un verdadero tratado. Si no se da el antecedente en un juicio perceptual, entonces debe surgir primero en la conclusión de una inferencia. En este punto estamos obligados a diseñar la diferencia entre materia y forma lógica. Con la ayuda de la lógica de relaciones sería fácil mostrar que toda la materia lógica de una conclusión debe estar contenido, a pedazos, de algún modo, en las premisas. Por ello, esencialmente, debe provenir de una parte no controlada de la mente, ya que una serie de actos controlado deben tener un primero. Pero respecto a la forma lógica sería, de cualquier modo, extremamente difícil disponerlos de la misma manera. Una inducción, por ejemplo, resulta de una razón de frecuencia; pero no hay nada acerca de tal razón en las instancias individuales en las que se basa. ¿De dónde provienen los conceptos de necesidad deductiva, de probabilidad inductiva, de expectabilidad abductiva? ¿De dónde proviene el propio concepto de inferencia? Esta es la única dificultad. Pero el auto-control es el rasgo que diferencia a los razonamientos de los procesos mediante los que se forman los juicios perceptuales y el auto-control de cualquier clase es puramente inhibitorio. No origina nada. Por tanto, donde las concepciones formales en cuestión emergen primero, no puede ser en el acto de adopción de una inferencia, en el hecho de establecer que ésta es razonable. Debe ser al percibir por primera vez donde es concebible que éstas puedan razonarse. ¿Y cuál es su naturaleza? Veo que instintivamente describí el fenómeno como un "percibir." No quiero argumentar acerca de palabras; pero una palabra puede proporcionar una sugerencia valiosa. ¿Qué puede ser sino una percepción del mundo de las ideas, nuestro primer conocimiento de una inferencia, cuando todavía no se la ha adoptado? En su primera sugerencia, la inferencia debe pensarse como una inferencia, porque cuando se la adopta siempre se piensa que puede servir para razonar en toda una clase de casos. Pero el mero acto de inhibición no puede introducir este concepto. La inferencia, por tanto, hay que pensarla como una inferencia a su primera indicación. Ahora bien, cuando se piensa una inferencia en cuanto inferencia, el concepto de inferencia se hace parte de la materia del pensamiento. Por ello, el mismo argumento que usamos respecto de la materia en general se aplica al concepto de inferencia. Pero estoy preparado para mostrar en detalle, y virtualmente ya lo he hecho,  que todas las formas de la lógica puede reducirse a combinaciones del concepto de inferencia, el concepto de otridad (otherness) y el concepto de carácter. Estas, obviamente, son simplemente formas de la Terceridad, la Segundidad y la Primeridad, de las cuales las dos últimas se dan incuestionablemente en la percepción. Por ello, la totalidad de la forma lógica del pensamiento está dada en sus elementos.

5.196 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §3. Pragmatismo -La lógica de la ABDUCCIÓN) Si se analiza cuidadosamente la cuestión del pragmatismo, se verá que no es más que la cuestión de la lógica de la ABDUCCIÓN. O sea, el pragmatismo propone una determinada máxima a la que, en su sentido cabal, debe hacer innecesaria cualquier otra regla en lo que respecta a la admisibilidad de las hipótesis que se ubiquen como tales, o sea, como explicaciones de los fenómenos sostenidas como sugerencias posibles; y, además, esto es todo lo que la máxima del pragmatismo realmente pretende, al menos mientras se lo mantenga en los límites de la lógica y no se lo considere como una proposición de la psicología. La máxima del pragmatismo afirma que un concepto no puede tener un efecto o sentido lógico diferente al que tendría un segundo concepto, excepto en la medida en que, tomado en relación con otros conceptos e intenciones, pueda concebirse que  modifique nuestra conducta práctica de modo diferente a como lo haría ese segundo concepto. Ahora bien, no puede negarse que ninguna regla de ABDUCCIÓN sería admitida por filósofo alguno, que prohibiese, con cualquier fundamento formalista, alguna investigación acerca de cómo debiéramos configurar, consistentemente, nuestra conducta práctica. Por ello, una máxima que atienda sólo a las consideraciones prácticas posibles, no necesitará de ningún complemento para excluir a cualquier hipótesis como inadmisible. Esta admite que todos los filósofos estarían de acuerdo en la necesidad de admitir a tal hipótesis. Por otra parte, si es cierto que sólo esas consideraciones tienen algún efecto o sentido lógico, es claro que la máxima del pragmatismo no puede excluir ninguna clase de hipótesis que deba ser admitida. Por tanto, la máxima del pragmatismo, si es cierta, abarca completamente toda la lógica de la ABDUCCIÓN. Falta por investigar si esta máxima puede tener algún efecto lógico más amplio. Si así fuera, debería afectar de algún modo la inferencia inductiva o deductiva. Pero que el pragmatismo no puede interferir con la inducción es evidente; porque la inducción simplemente nos enseña lo que tenemos que esperar como resultado de la experimentación y es claro que tal expectativa puede suponerse que concierne a la conducta práctica. En cierto sentido debe afectar a la deducción. Todo lo que regula la ABDUCCIÓN y, así, pone límite a las hipótesis admisibles, recortará las premisas de la deducción y, por ello, hará posible una reductio ad absurdum y otras formas equivalente de deducción, que de otro modo no hubieran sido posibles. Pero, aquí puedo hacer tres observaciones. Primero, afectar las premisas de la deducción no es afectar la lógica de la deducción. En el propio proceso de deducción, no se introduce ningún concepto que se suponga que el pragmatismo objete, excepto los actos de abstracción. Respecto de ésta, sólo puedo decir que el pragmatismo no necesita objetarla. En segundo lugar, ningún efecto del pragmatismo que sea consecuente con su efecto sobre la ABDUCCIÓN puede llevar a considerar que el pragmatismo sea algo más que una doctrina relativa a la lógica de la ABDUCCIÓN. En tercer lugar, si el pragmatismo es la doctrina acerca de que todo concepto es un concepto de efectos prácticos imaginables, esto hace que el concepto se extienda más allá de la práctica. Ello permite cualquier vuelo de la imaginación, atendiendo a que la imaginación, en definitiva, se apoya sobre un efecto práctico posible; y así muchas hipótesis que pueden parecer, a primera vista, excluidas por la máxima pragmática, no lo están en realidad.

5.197 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §3. Pragmatismo -La lógica de la ABDUCCIÓN) Admitido, entonces, que la cuestión del Pragmatismo es la cuestión de la ABDUCCIÓN, considerémoslo bajo esta forma. ¿Qué es una buena ABDUCCIÓN? ¿Qué debería ser una hipótesis explicativa para que merezca ubicarse como una hipótesis? Por supuesto, debe explicar los hechos. Pero, ¿qué otras condiciones debe llenar para que sea buena? La pregunta acerca de la buena calidad de algo consiste en si eso cumple su finalidad. ¿Cuál es, pues, la finalidad de una hipótesis explicativa? Su finalidad es, sometida a la prueba del experimento, conducir a la anulación de toda sorpresa y al establecimiento de un hábito de expectativa positiva que no resultará frustrado. Por ello, puede admitirse toda hipótesis, en ausencia de alguna razón especial en contrario, supuesto que sea susceptible de verificación experimental y sólo en la medida en que sea susceptible de tal verificación. Esta es aproximadamente la doctrina del pragmatismo.  Pero precisamente aquí se abre ante nosotros una gran pregunta. ¿Qué debemos entender por verificación experimental? Su respuesta involucra a toda la lógica de la inducción.

5.198 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN / §3. Pragmatismo -La lógica de la ABDUCCIÓN) [...] En primer lugar, se encuentran quienes mantienen que no debe admitirse ninguna hipótesis, incluso en cuanto hipótesis, más allá de que su verdad o falsedad sea apta para ser percibida directamente. Esto, en la medida en que puedo comprenderlo, es lo que tenía en mente Auguste Compte, al que se considera que fue el primero en formular esta máxima. Por supuesto, esta máxima de la ABDUCCIÓN supone que, como dice la gente, "sólo debemos creer lo que vemos"; y hay bien conocidos escritores y escritores de no pequeña fuerza intelectual, que sostienen que no es científico hacer predicciones; no es científico, por tanto, esperar nada. Uno debe restringir su propia opinión a lo que percibe realmente. Necesito afirmar con fuerza que esta posición no puede mantenerse consistentemente. Se refuta a sí misma, ya que ella misma es una opinión respecto de algo más de los que está realmente en el campo de la percepción del momento.

5.206 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN /§4. Las dos funciones del pragmatismo) Hay dos funciones que podemos exigir correctamente que satisfaga el Pragmatismo; o si no el pragmatismo, lo que sea la verdadera doctrina de la Lógica de la ABDUCCIÓN debe cumplir con estos dos servicios.
Debe, en primer lugar, proporcionarnos una protección inmediata de todas las ideas esencialmente oscuras. En segundo lugar, debe prestar apoyo y ayuda para hacer precisas las ideas esencialmente claras, pero más o menos difíciles de aprehensión; y, en particular, debe tener una actitud satisfactoria respecto al elemento de la terceridad.

5.208 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN /§4. Las dos funciones del pragmatismo) En la actual situación de la filosofía es de la mayor importancia que la terceridad esté adecuadamente considerada por nuestra máxima lógica de la ABDUCCIÓN. [...]

5.209 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN /§4. Las dos funciones del pragmatismo) Consideraré debidamente fundamentado que hasta donde llega el pensamiento, he mostrado suficientemente que la terceridad es un elemento no reducible a la segundidad o a la primeridad. Pero aunque esté fundamentado, debe adoptarse tres actitudes: [...] (2) que la terceridad es experimentalmente verificable, o sea, es inferible por inducción [¿ABDUCCIÓN?] aunque no pueda percibírsela directamente; [...]

5.211 (Libro I.  CONFERENCIAS SOBRE PRAGMATISMO / Conferencia VII: Pragmatismo y ABDUCCIÓN /§4. Las dos funciones del pragmatismo) Quien adopta la segunda posición, sostendrá que la terceridad es un añadido que la operación de ABDUCCIÓN introduce más allá de lo que sus premisas de algún modo contienen y más allá de que este elemento, aun cuando no se lo perciba en el experimento, esté justificado por el experimento. [...]

5.575 (Libro III. TRABAJOS INÉDITOS / Capítulo 6: Métodos para alcanzar la verdad / §1. La primera regla de la lógica) Esto me recuerda uno de los rasgos más maravillosos del razonamiento y uno de los filosofemas más importantes en la doctrina de la ciencia, del cual, no obstante, se buscará en vano alguna mención en algún libro en el que pueda pensar; es decir, que la razón tiende a corregirse a sí misma y cuanto más lo hace, más sabiamente se despliega su plan. Más aún, no sólo corrige sus conclusiones, sino que también corrige sus premisas. [...]

5.578 (Libro III. TRABAJOS INÉDITOS / Capítulo 6: Métodos para alcanzar la verdad / §1. La primera regla de la lógica) Respecto a las investigaciones RETRODUCTIVAS o ciencias explicativas, tales como la Geología, la Evolución y otras semejantes, siempre han sido y deberán ser teatros de controversia. [...]

5.579 (Libro III. TRABAJOS INÉDITOS / Capítulo 6: Métodos para alcanzar la verdad / §1. La primera regla de la lógica) Así surge que esta maravillosa autocorrectiva propiedad de la razón, que Hegel tanto utilizó, pertenece a toda clase de ciencia, aunque aparece como esencia, intrínseca e inevitable sólo en el más alto tipo de razonamiento, que es la inducción. Pero la lógica de los relativos muestra que los otros tipos de razonamiento, la deducción y la RETRODUCCIÓN, no son tan completamente diferentes de la inducción como podría pensarse, y como  la deducción, al menos, siempre se pensó que era. [...]

5.581 (Libro III. TRABAJOS INÉDITOS / Capítulo 6: Métodos para alcanzar la verdad / §1. La primera regla de la lógica) Respecto de la RETRODUCCIÓN, ella misma es un experimento. Una investigación RETRODUCTIVA es una investigación experimental; y cuando observamos la inducción y la deducción desde el punto de vista del experimento y la observación, meramente estamos trazando en esos tipos de razonamiento su afinidad con la RETRODUCCIÓN. [...] Para volver a la RETRODUCCIÓN, por tanto, ésta comienza con la coligación...

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