CHARLES SANDERS PEIRCE

COLLECTED PAPERS 
(Fragmentos traducidos; Juan Magariños de Morentin)


"The Categories in Detail" / "Las categorías en detalle"

(Traducción en procesamiento; diciembre 2002)


Volumen 1. PRINCIPIOS DE FILOSOFÍA

LIBRO III. FENOMENOLOGÍA

Capítulo 2. Las categorías en detalle

A. PRIMERIDAD

§ 1. La fuente de las categorías (1894)

1.300. La lista de categorías o, como Harris, el autor de Hermes, las llama, los órdenes filosóficos, es una tabla de conceptos extraídos del análisis lógico del pensamiento y considerados como aplicables al ser. Esta descripción se aplica no sólo a la lista que yo he publicado en 1867 y que aquí me propongo ampliar, sino también a las categorías de Aristóteles y a las de Kant. Estas últimas fueron, en mayor o menor medida, modificadas por diversos críticos, como Renouvier e, incluso más profundamente, por Hegel. Mi propia lista surgió originalmente del estudio de la tabla de Kant.

1.301. No indagaré aquí hasta qué punto se justifica aplicar los conceptos de la lógica a la metafísica. Considero que la importancia de esta cuestión, por grande que sea, es quizá secundaria y, de cualquier modo, no supera a la pregunta acerca de qué sean tales conceptos. Puedo decir, sin embargo, que, en mi opinión, cada categoría deberá justificarse a sí misma mediante un examen inductivo que terminará signándole sólo una validez limitada o aproximada.

 

§ 2. La manifestación de la primeridad (1894)

1.302.La idea de Primero predomina en las ideas de frescura, vida, libertad. Libre es aquello que no tiene a otro tras él, determinando sus acciones; pero, en la medida en que entra la idea de la negación de otro, entra la idea de otro; y tal idea negativa debe olvidarse o tampoco podremos decir que predomina la Primeridad. [...] En la idea del ser, predomina la Primeridad, no necesariamente atendiendo a lo abstracto de esta idea, sino atendiendo a su completitud. No es por ser independiente de las cualidades que predomina la Primeridad, sino por ser algo peculiar e idiosincrásico. Lo primero predomina en el sentimiento (feeling), en cuanto diferente de la percepción objetiva, el deseo y el pensamiento.

 

§ 3. La mónada (1894)

§ 4. Cualidades del sentimiento (1904)

§ 5. El sentimiento como independiente de la mente y del cambio (1907)

§ 6. Una definición de sentimiento (1907)

§ 7. La semejanza entre los sentimiento de modos sensoriales diferentes (1910)

§ 8. Mostraciones como signos (1905)

§ 9. La comunicabilidad de los sentimientos (1903)

§ 10. La transición a la segundidad (1910)

 

B. SEGUNDIDAD


§ 1. Sentimiento y lucha
(1903)

1.322. La segunda categoría que encuentro, el siguiente rasgo más simple común a todo lo que llega ante la mente, es el elemento de la lucha.

[...] Por lucha quiero explicar que entiendo la acción mutua entre dos cosas sin considerar ninguna clase de tercero o medio y, en especial, sin considerar ninguna ley de acción.

§ 2. Acción y percepción (1903)

§ 3. Las variedades de la segundidad (fragmento no identificado)

1.325. La idea de segundo predomina en las ideas de causación y fuerza estática. Causa y efecto son dos; y las fuerzas estáticas siempre ocurren entre pares. La compulsión es una Segundidad. En el transcurso del tiempo en la mente, el pasado parece actuar directamente sobre el futuro, denominándose memoria a su efecto, mientras que el futuro sólo actúa sobre el pasado por medio de los terceros. [...] En la sensación y el deseo, existen reacciones de Segundidad entre el ego y el non-ego (pudiendo ser el non-ego objeto de conciencia directa). En el deseo, los acontecimientos que conducen al acto son internos y decimos que somos agentes más que pacientes. En la sensación, los acontecimientos antecedentes no están en nosotros; y además, el objeto del que formamos una percepción (aunque no aquel que actúa inmediatamente sobre los nervios) permanece impasible. En consecuencia, decimos que somos pacientes y no agentes. En la idea de realidad, predomina la Segundidad; porque lo real es aquello exige ser reconocido como un otro diferente de la creación de la mente. (Recuérdese que antes de que la palabra francesa, second, se adoptase en nuestro lenguaje, other era simplemente el ordinal numeral correspondiente a two). Lo real es activo; lo reconocemos así llamándolo lo actual. (Esta palabra se debe al uso aristotélico de energeia, acción, para significar existencia, en cuanto opuesto a un mero estado germinal.) [...]

§ 4. La díada (1894)

1.326. Una díada consiste en dos sujetos vuelto uno. [...]

§ 5. Diferencias extremas y volición (fragmento no identificado)

§ 6. Ego y non-ego (1905)

§ 7. Golpe y el sentido del cambio (1905)

 

C. TERCERIDAD

§ 1. Ejemplos de terceridad (1875)

1.337. Por el tercero, entiendo el medium o vínculo de conexión entre el primero absoluto y el último. El comienzo es primero, el final segundo, el medio tercero. El final es segundo, el intermedio es tercero. El hilo de la vida es un tercero; el hado que lo corta, su segundo. Una bifurcación en una carretera es un tercero, supone tres caminos; una carretera derecha, considerada meramente como una conexión entre dos lugares es un segundo, pero en cuanto implica pasar por lugares intermedios en un tercero. La posición es un primero, la velocidad o la relación entre dos posiciones sucesivas es un segundo, la aceleración o la relación entre tres posiciones sucesivas un tercero. Pero la velocidad en cuanto es continua también implica un tercero. La continuidad representa la Terceridad casi a la perfección.  Todo proceso cae bajo este título. La moderación es una clase de Terceridad. El grado positivo de un adjetivo es primero, el superlativo segundo y el comparativo tercero. Todo lenguaje exagerado, "supremo", "absoluto", "incomparable", "completo" (root and branch), es el alimento de las mentes que piensan segundos y olvidan terceros. La acción es segundo, pero la conducta tercero. La ley como fuerza activa es segundo, pero el orden y la legislación es tercero. La simpatía, la parentela (flesh and blood), aquello por lo cual siento los sentimientos de mi vecino, es tercero.

§ 2. Representación y generalidad (fragmentos no identificados y de 1895)

1.339. La más fácil de aquellas [Terceridades] que tienen interés filosófico es la idea de un signo o representación. Un signo está por algo para la idea que produce o modifica. O bien, es un vehículo que transporta a la mente algo desde afuera. Aquello por lo que está se llama su objeto; aquello que transporta, su significado; y la idea a la que da lugar, su interpretante. El objeto de la representación no puede ser más que una representación de la cual la primera representación es el interpretante. Pero una serie interminable de representaciones, cada una representando a la anterior, puede concebirse que tenga a un objeto absoluto como su límite. El significado de una representación no puede ser más que una representación. De hecho, no es más que la misma representación concebida como despojada de sus ropas irrelevantes. Pero estas ropas nunca pueden sacársele completamente; sólo se cambian por algo más diáfano. Así hay aquí una regresión infinita. Finalmente, el interpretante no es más que otra representación a la que se le lleva la antorcha de la verdad; y en cuan to representación, también tiene su interpretante. Véase aquí, otra serie infinita.

1.340. Algunas  ideas de destacada Terceridad que, admitiendo su gran importancia en la filosofía y en la ciencia, requieren un atento estudio, son generalidad, infinitud, continuidad, difusión, crecimiento e inteligencia.

§ 3. La realidad de la terceridad (1903)

§ 4. El protoplasma y las categorías (fragmentos no identificados y de 1895)

§ 5. La interdependencia de las categorías

1.353. Quizá no sea correcto llamar a estas categorías conceptos; son tan intangibles que más bien son tonos o matices acerca de los conceptos. En mi primer intento de tratarlas, hice uso de tres grados de separabilidad re una idea respecto de otra. En primer lugar, dos ideas pueden estar tan poco unidas que una de ellas puede presentarse a la conciencia en una imagen que no contenga nada de la otra; en este sentido podemos imaginar rojo sin imaginar azul, y viceversa; también podemos imaginar sonido sin melodía, pero no melodía sin sonido. Llamo a esta clase de separación, disociación. En segundo lugar, aún en los casos en que dos conceptos no puede separarse en la imaginación, con frecuencia podemos suponer a uno sin el otro, o sea, podemos imaginar datos a partir de los cuales podamos ser llevados a admitir un estado de cosas en que uno esté separado del otro. Así, podemos suponer un espacio acromático, aunque no podamos disociar el espacio del color. Llamo a este modo de separación, precisión. En tercer lugar, aun cuando un elemento no pueda suponerse sin el otro, puede a menudo diferenciarse uno de otro. Así, no podemos imaginar ni suponer algo más alto sin algo más corto, pero podemos diferenciar lo más alto de lo más corto. Llamo a este modo de separación, distinción. Ahora bien, las categorías no pueden disociarse en la imaginación una de otra, ni de otras ideas. La categoría de segundo y de tercero pueden prescindir de primero y tercero puede prescindir de segundo. Pero primero no puede prescindir de segundo, ni segundo de tercero. Creo que cualquier determinado concepto puede prescindir de las categorías, pero alguno e incluso muchos elementos no pueden prescindir de ellas. No puede suponerse un  primero salvo que este primero sea algo definido y más o menos definitivamente supuesto. Finalmente, aunque es fácil diferenciar las tres categorías, una de otra, es extremadamente difícil diferenciar precisa y ajustadamente los conceptos cada uno respecto del otro, como para captarlo en su pureza e incluso en su pleno significado.